Capítulo 43

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Rosé Pov

Odio.

Odio no poder dejarte ir, odio sentirme así por ti, odio que tengas este efecto sobre mi.

Pero me odio más yo, por quererte de la manera que te quiero, sabiendo que solo me haces daño.

Salí de ahí cuando se perdió dentro de ese armario, no soporte más.

Me levanté ante la vista de los demás, sentía el llanto precipitarse en cualquier momento, quería ser fuerte, pero ella me quebró.

Jisoo salió tras de mi, encontrándome en la entrada de aquel lugar.

-Lisa es una idiota- Gruñó molesta-¿éstas bien Pasta?- cuestionó pasando un brazo por mis hombros.

Negué con la cabeza.

-¿Quieres ir a casa?- la mire significativamente asintiendo.

Jisoo marcó a Jennie para avisarle nuestra pronta partida, cuando subí a su auto abracé mi cuerpo luchando contra mis ganas de romperme delante de mi mejor amiga.

Llegamos rápidamente, Jisoo se limitó a dejarme en mi casa para luego partir a la suya, entre sigilosamente, sin intenciones de despertar a nadie me saqué los tacones en la entrada y subí a mi habitación.

Cuando estuve en la seguridad de mi cuarto, me recosté sobre la puerta y dejé caer el cuerpo hasta el piso, encogí mis piernas y por fin solté todo lo que estaba conteniendo.

Sollozos se escapaban sin mi permiso, cogí  mi celular y lo estrellé en la pared contraria, odiaba sentirme así.

Traté de recomponerme, me saqué el vestido, y fui directamente al baño para lavar mi rostro, mis ojos hinchados se veían más tristes que lo normal, mi nariz estaba roja del lloriqueo.
Una vez limpié todo rastro de maquillaje en  mí, salí para ponerme el pijama, recogí los restos de mi teléfono, no prendía el aparato.

Lo dejé sobre mi mesa de noche y me recosté en silencio, mirando el techo de mi habitación y escuchando el sonido de las ramas contra mi ventana.

Una vez más su imagen vino a mi mente, las esquinas de mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas amargas.

Por mucho que quisiera, no podía dormir, no con ese amargo sabor en la boca, sabiendo que ella se había liado con otra persona, pensé por un momento que se negaría, que en cambio me tomaría de la mano y me arrastraria con ella a donde sea.

Me siento como una tonta, y sí, ella no tenía que rendirme explicaciones, pero por el mínimo de respeto no debió aceptar.

Mi cabeza seguía dando vueltas en eso.

Un crujido en la ventana llamó mi atención, sacándome las mantas de encima, me acerqué al pequeño balcón que conectaba con mi patio trasero.

Casi caigo de espaldas al ver una sombra afuera.

Me quedé observándola un rato, y se movió esta vez acercándose a mi, mi corazón empezó a latir con fuerza, el miedo se inyectó por mis venas paralizando cada movimiento que pudiera dar.

La ventana se abrió y mostró por fin una figura que conocía.

-¿Que coño haces aquí y como entraste?- cuestioné sacada de casillas, era la última persona a la que quería ver.

-Quería explicarte lo que sucedió- habló por primera vez desde que irrumpió en mi habitación.

-¿Explicarme como te líabas con alguien más?, no gracias, no tengo ganas de escucharte- dije para estirar mi mano hacia la ventana- Vete- ordené.

Días Nublados || Chaelisa & JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora