Capítulo 41

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Lisa Pov

Pensar en Rosé dolía, mi corazón se estrujaba y se quejaba dolido por la falta que me había hecho, verla y no poder correr hacia ella era un constante martirio, claro que hablar por mensajes de texto calmaba de cierta manera mi alma, sin embargo, no era lo mismo a estar frente a ella y decirle lo mucho que la había extrañado.

Nuestros cuerpos enredados en el suelo se veían consumidos por el cansancio, respiraba el aroma de su cabello, sentía su cálida presencia junto a la mía, ella descansaba en mi pecho mientras yo atesoraba cada facción relajada de su rostro.

Mis ojos pesaron, no quería cerrarlos, no quería dejar de observarla, sentía que si dejaba de verla ella desaparecería y dejaría solo un espacio que nunca podría ser llenado.

Pero ante mi más grande esfuerzo fui quedándome dormida aferrándome a su cintura para sentirla real, para saber que ella no era solo parte de mi imaginación.

Soñar con ella era una costumbre arraigada en mí desde que la conocí, su sonrisa y su manera de arrugar la nariz mientras ríe eran mis sueños favoritos, aunque también estaban los sueños subidos de tono, en donde ella aparecía frente a mi desnuda y con una mirada obscurecida por el deseo, recuerdo muy bien tener que bañarme con agua fría después de eso.

Un zumbido hizo eco por la acogedora sala de estar, trate de ignorarlo y seguir aferrada a Rosé, pero no, mi teléfono decidió sonar esta vez más fuerte y provocar que ella se moviera dando signos de que su breve sueño había sido interrumpido.

Un mal presentimiento pasó por mi cabeza.

Tomé mi celular del bolsillo del pantalón y vi reflejado el nombre de Jisoo, fruncí el ceño confundida, ¿qué querría?

Deslice el dedo sobre la pantalla para contestar.

__¿Está Rosé contigo?- cuestionó directamente sin esperar a que diga algo-

La falta de respuesta fue una confirmación para Jisoo por lo que siguió.

__¡Manoban!, detén lo que estés haciendo de inmediato- ordenó desde el otro lado de la línea- el padre de Rosé está buscándola.- dió el ultimátum y sentí el alma abandonar mi cuerpo.

Mis ojos buscaron inconscientemente a Rosé y la encontré observándome en silencio, preguntándose tal vez que pasaba, o porque de pronto me encontraba pálida.

Tragué el gran nudo de mi garganta y aclaré mi voz.

__¿Cómo?-

__Al parecer la llamó primero, pero tiene el celular apagado, además, son la 1 de la madrugada Manoban, yo también me preguntaría donde está mi hija a esta hora - decía Jisoo- Me llamaron para saber si estaba conmigo, pero me atraparon cuando no respondí a tiempo, lo siento- se disculpó- lleva a casa a Rosé, suerte con el suegro.- fue lo último que dijo antes de colgar y dejarme a mi suerte.

-Mierda...- susurré entre dientes.

-¿Qué pasa?- preguntó Rosé sentándose y cubriéndose con las mantas.

-Será mejor que nos cambiemos- sugerí tomando mi ropa.- te llevaré a casa, es tarde.

Me hubiera gustado levantar a Rosé con tiernos besos repartidos por la extensión de su cuerpo, en cambio nos vestíamos apresuradamente sin mirarnos, y temía que ella pensara que esto se había tratado de un polvo simplemente.

Cuando estuvimos listas ella me dirigió una mirada en la que gritaba por una explicación.

Me acerqué rápidamente alcanzando sus manos y acariciando sus nudillos.

Días Nublados || Chaelisa & JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora