Lisa Pov
No pude contenerme y fui en su dirección, ella estaba muriendo de frio por cómo se abrazaba a su cuerpo, ¿porque sale con cosas tan diminutas a la calle?, no quiero que nadie más la vea así, solo yo quería ese permiso.
Me saque la chaqueta deportiva que llevaba y se la puse, ella obviamente se sobresaltó cuando la detuve por detrás.
La abracé por la espalda, no recuerdo cuando fue la última vez que lo hice, disfrute lo suficiente, respiré el olor de su cuello, no sé si ella ya se había dado cuenta de mi identidad, lo ignoraba por completo.
-Lo siento mucho Rosie- expresé para que ella reconociera mi voz, realmente lo sentía, nunca quise herir sus sentimientos.
Ella seguía en silencio, ni se movía, ni decía nada y me preocupaba que no quisiera saber de mí.
Le di la vuelta para poder verla directamente y me encontré con sus ojos, estos brillaban, pero por las lágrimas que se habían acumulado en sus cuencas, mi corazón se apretó al verla así, realmente había sido una estúpida, una solitaria gota atravesó su rostro.
-Nena no llores- dije mientras pasaba mi pulgar por su mejilla para limpiar el rastro de esa impertinente lágrima.
-¿Porque?- la escuche decir después de un momento, fue lo único que dijo también.
Sabía que le debía una buena explicación, pero la mitad de la calle no era precisamente el lugar adecuado para llevar a cabo una conversación.
-Te lo explicaré todo, solo ven conmigo- esperé a que mis palabras llegaran en su totalidad a ella, cuando comprendió, pareció tener un debate consigo misma, por lo que me adelante a decir.
-Si es por Jisoo, lo tengo arreglado, ella te cubrirá cualquier cosa, solo ven conmigo y déjame explicarte- dije juntando nuestras manos, esperando por una respuesta positiva de su parte.
El verla suspirar y asentir pesadamente, me había dado una oportunidad de poder arreglar las cosas con ella, así que cuando estuvo de acuerdo la lleve a mi auto aun con mi abrigo puesto, le abrí la puerta y deje que ella pasara.
La llevaría lejos, un lugar que le pertenece a mi familia, ni bien llegué de la práctica a casa, corrí por las llaves de aquella cabaña ubicada a las afueras de la ciudad.
Tardamos cerca de media hora para poder llegar, en el camino ninguna de las dos habló, el ambiente estaba tenso entre ambas, puse un poco de música para poder aligerar la carga, pero no ayudo mucho.
Ella parecía querer preguntar a dónde íbamos, pero se tragó la duda, al ver a donde habíamos llegado.
-Ésta es la vieja cabaña a la que veníamos cuando éramos pequeños, es de mi padre y creo que será el mejor lugar para poder hablar libremente.- me desabroche el cinturón y baje para abrirle la puerta, pero antes de poder siquiera salir del auto, ella ya había hecho lo propio y estaba esperando fuera.
Seguía sin emitir palabra o expresión alguna, solo estaba ahí con un semblante neutro, vaya que me iba a costar reparar las cosas.
Fui hasta la entrada de la cabaña, asegurándome de que Rosé me siguiera de cerca, abrí la puerta, busque el interruptor para prender el pequeño ambiente de la entrada, una vez logrado mi objetivo la deje pasar primero.
Ya dentro, busque prender las demás luces de la cabaña, cuando logré iluminar casi todos los ambientes de ésta, me acerque a ella pidiéndole que tomara asiento en el sofá que quedaba justo en frente de la chimenea, con una cajetilla de fósforos logré prenderla y darle al ambiente un toque cálido.
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Días Nublados || Chaelisa & Jensoo
Novela JuvenilLisa se encontraba perdida, no quería nada, no lograba sentir, vivía como un zombie, todo se resume a un corazón roto, ilusiones perdidas, y la dura realidad de no poder ser quien realmente eres. ¿Podría Lisa volver a tener fé en el Amor? ¿Podría se...