Cincuenta y dos

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Semanas después...

- Ultimo día... —susurre mirando por la ventana—

- Si...—dice Raúl mientras se apega a mi desde atrás y enrolla sus manos en mi cintura —

Me giré y apegamos nuestras frentes.

- Te amo nena. —dice—

- Yo igual, Raúl. —dije sonriendo—

- Esa sonrisa no parece sincera. —dice mirándome—

Evite la mirada, girándome hacia otro lado.

- Nena. —dice agarrando suavemente mi rostro— mírame...

- ¿ummm...?

- ¿Que te pasa?

- ¿Que va a pasar ahora?

- ¿A que te refieres?

- Cuando lleguemos a Puerto Rico.

No dijo nada, simplemente se limitaba a mirarme.

- ¿Que pasara?

- No lo se...

- Sabia que era un error.

- Jamas fue un error..

- Claro que si, si no hubiera aceptado, no me hubiera...ósea, no...hubiera pasado nada de esto..

- No me arrepiento de nada.

Lo mire.

- De absolutamente nada. Estar a tu lado fue lo mejor que me ha pasado, tu eres única, ¿Okey? UNICA.

- ¿Única?

- UNICA, la mujer que debe de estar a mi lado para siempre. —estrecha mi mano—

- Nunca olvidare lo bien que me lo he pasado acompañándote en este tour..

- La próxima vez que vengamos no será por trabajo, eso te lo prometo. —me dio un pico—

Sonreí.

- Vamos a despedir bien este día, nena...—dice jugando con el elástico de mi brasier—

- Vamos...—sonreí para después sentir como suavemente me agarro de las piernas y yo las entrelace en su cintura

Entre besos húmedos, me pego a la pared y presiono su entrepierna contra mi zona íntima, haciendo varios movimientos circulares para que sienta su miembro bien duro y parado.

- Uhmm....—jadeo al sentirlo—

Sonríe y me vuelve a besar. Finalmente llegamos a la cama, estaba suave, y juraba que mis manos se iban a quedar clavadas en ellas...

Raúl, con una de sus manos empezó a masajearme los muslos, hasta ir a mi ropa interior y arrancarla. Me beso y bajo su mirada a mis pechos erectos por la sensación..

Sin ningún tipo de preocupación, agarro la camiseta que tenía puesta en ese momento, que era de el mismo, y me la quito de un rápido movimiento.

Sus gestos se hicieron sedientos, y su boca fue directamente a uno de mis pechos, y empezó a chuparlo. Su otra mano estaba presionada en la cama para evitar poner todo su peso sobre mi...

Gemí y volvió a mis labios. Hasta dejar de besarme y ponerse de pie. Mirar mi cuerpo desnudo y abrir mis piernas de un movimiento brusco..

Observó mi intimidad mojada y enseguida pegó sus labios a mi zona vaginal. Su lengua fue directamente a mi clitoris, haciendo movimiento de arriba hacia abajo.

Agarre su cabeza y la presione.

Dirigió su mirada hacia mi, y me escuchó gemir. El es malvado y le encanta verme sufrir, así que metio uno de sus dedos, mientras me practicaba el sexo oral,

- Oh si! —gemí—

Movió rápidamente sus dedos, para después de unos segundos subir de nuevo y meterme los mismos dedos a la boca, después también los llevo a su boca. A la vez me beso y se puso entre mis piernas..

Se bajo la pantaloneta corta y ligera que tenía en esos momentos y pude observar su miembro rosadito bien parado.

Me miro a la cara mientras lo rozaba una y otra vez contra mi zona femenina. Como dije antes...le encanta verme sufrir...

Juntamos nuestras frentes, le encantaba tener mi mirada directa a el, le excita ver mis gestos de placer..

Sonrió y entro su miembro.

Apreté su cintura clavando mis uñas y provocando gestos de dolor y a la vez de placer en su rostro..

Minutos después, mis piernas empezaron a temblar mientras sentía su penetracion.

- ¡Ah, ah! —gemí—

Apego su cuerpo mojado del sudor contra mis pechos y empezó a morderme el cuello. Me sentía en el cielo, apreté las sabanas lo más que pude y gemí.

- ¡Oh, Raúl!....

Mire nuevamente su rostro cuando dejo de hacerme marcas en todo el pecho.

- Oh....—escuche su gemido ahogado—

- Va...Vamos, más rápido. —gemí— ¡voy a llegar Raúl...ahh...voy a venirme!

Aumentó sus movimientos, mis piernas empezaron a temblar una barbaridad. Noté que Raúl estaba en las mismas al ver el efecto de debilidad que causaban sus gemidos...

- Oh...puñeta....—jadea—

Mordió sus labios y apretó mi cuello. Este era el final, así lo sentía yo, si nos moríamos, moríamos felices mientras practicábamos sexo...

- ¡Oh, Oh! —gime mientras deja de moverse poco a poco y yo sentir su esperma en mi intimidad—

- Ra, Raúl...—gemí mientras estaba casi ahogándome por lo fuerte que me agarro del cuello, y...explote, mis últimos gemidos en este acto fueron fuertes, a gritos porque sentía que estaba explotando del exceso de placer..

Mi abdomen se contrajo varias veces al ver mi "squirt" salir y mojar absolutamente toda la cama, dejando mi huella en las sábanas blancas....

- ¡Raúl, te amo! —gemí, mientras recuperaba la
respiración—

- Nos hemos matado mi amol' —dice entre suspiros— literalmente hemos alcanzado lo el paraíso.

Sonreí.

•••

Matémonos || Rauw Alejandro (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora