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Me despierto con el cabello enredado, con los pensamientos enredados. Me siento mal, triste. Hoy no es una mañana bonita. Hoy me siento como me sentí el día del funeral y como me siento cada vez que algo malo pasa. Como si todo fuese negro. Siento que el día es gris, aunque el día sea igual de bonito que ayer. Una lágrima recorre mi rostro, no sé porque lloro pero lo hago, y eso no me gusta. Llorar, no me gusta.

No salgo de la cama por unas horas, el ruido que antes se oía en la cocina desapareció. Mis padres se fueron. Mi padre sale siempre temprano al trabajo, mi madre ahora no, porque como yo está de vacaciones, es profesora en el colegio que está a las afueras del pueblo. El colegio al que vamos todos los que vivimos en los pueblos pequeños de los alrededores. No sé a donde fue y no me importa la verdad, pero me siento aún más sola. Y aún más triste si eso es posible.

Perdida en mis pensamientos, haciendo historias sin inicio ni final, tarareando canciones, recordando momentos tristes como divertidos, empiezo a dormirme, oigo que la puerta se abre, no solemos cerrar con llave ni nada, nadie cierra con llave, aveces incluso dejamos las puertas abiertas para que corra el aire, en un pueblo caluroso como este y con cero vandalismo podemos darnos el lujo. Alguien empieza a subir las escaleras, no me preocupo, supongo que es mi madre. Cierro los ojos. Abren mi puerta, se acuestan a mi lado. No huele a mi madre, huele a perfume frutoso. Es Carla. Volteo a ver y efectivamente mi mejor amiga está acostada a mi lado. Me ve, le sonrío, ella no me devuelve la sonrisa, me preocupo, ella siempre sonríe, ya sea una sonrisa de buenos días, una sonrisa de felicidad, una sonrisa de tristeza o una sonrisa porque trama algo, ella siempre está sonriendo; la interrogo con la mirada, mi expresión es seria y se ve un ápice de preocupación en mis ojos... dura poco, se acerca y me roba un beso, me alejo. Sus labios sobre los míos era una sensación que jamás pensé que tendría que sentir, y sigue gustando más esa idea. Ambas tenemos la misma cara, como de miedo, esta también dura poco pues ella se levanta y se va.

Me deja sola en mi cuarto hecha un lío, no entiendo absolutamente nada. Hace unos momentos estaba llorando quien sabe porque y ahora estoy preocupada porque mi amiga vino, me besó y se fue. No sé porque me besó, no sé que significa, no sé que hacer, no sé porque se fue y tampoco sé porque no la seguí. Decido ir a buscarla así que me visto rápido con lo primero que veo y salgo corriendo de mi casa hacia la suya. Para llegar a su casa debo pasar por la de Cecilia, por un momento me da vergüenza que me vea vestida de esta manera, no sé muy bien porque, nunca me han importado este tipo de cosas pero con ella todo es distinto.

La preocupación y el pudor desaparecen rápido cuando veo a un hombre salir de su casa. No puedo verle el rostro porque justo al salir se da la vuelta para verla a ella. La abraza, ella está viendo hacia afuera y me ve, me sonríe, esa sonrisa se va cuando el chico le da un pequeño beso en los labios. Yo no estaba enterada de que hoy es el día de los besos, que esto parece feria, todos regalándose besos tan tranquilamente. Me voy de ahí, no quiero seguir viendo la escena y mi mayor preocupación en este momento es hablar con Carla.

Llego a su casa y está mi madre, con la suya en el jardín, que últimamente no sé que les ha dado por la botánica, empiezan a hablarme pero las ignoro y entro a la casa, voy directa al cuarto de mi amiga, probablemente fuera una falta de respeto entrar así a casa de alguien más, ignorando por completo a la dueña pero la verdad es que entre su beso y el de la otra hoy no tenía ganas de ser muy correcta y esta casa siempre fue mi segunda casa, eh pasado la mitad de mi vida aquí y no veía la necesidad de pedir permiso ni perdón. Al entrar al cuarto vi que estaba vacío, busque en toda la casa hasta que me topé con las dos adultas que me veían con una cara de enfado que no veía desde que Carla y yo hicimos un grafitti en el colegio.

-No está. Dijo que iba a tu casa.-Me dijo su madre intentando parecer tranquila.

-Bueno y a ti que te pasa que entras así a una casa que no es tuya, hecha una furia, y además ignorando a todo dios...-Mi madre claro, que no podía quedarse callada.

azul infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora