tres

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-Ma... ¿No crees que un mes de castigo es un poco exagerado por un porro?

-¿Y tu no crees que hacer un drama para después ir a fumar es un poco exagerado?

-Pues no fijate... soy adolescente y es lo que hacemos, no puedo ser perfecta.

-Y no pretendo que lo seas... pero drogarte...

-Mamá por favor... un mes... de vacaciones... en verano.

-Bueno va, hablo con Cristina y a ver que decidimos.

-Sabes... no tienes que hacer todo como Cristina.

-Ya, y tu tampoco tienes que hacer todo como Carla, pero lo haces ¿no?-No pienso responderle a eso, pero si, la verdad es que si, creo ser dueña de mi, de mis desiciones, de mis pensamientos, cuando enrealidad no soy más que la seguidora de Carla, dejé de ser yo para ser una segunda versión de ella.

Al no obtener respuesta mi madre sale de la habitación y poco después escucho que sale de la casa. Me quedo pensando un poco en todo. No he respondido al mensaje de Carla... la verdad no sé si quiero hacerlo. Poco después oigo que alguien entra a la casa y en pocos segundos mi amiga entra a la habitación. Mi amiga, supuestamente castigada, en mi habitación con otro porro en la mano, y sonriendome. Niego con la cabeza.

-Venga va.-Me anima.

-No, no quiero otro mes de castigo, gracias. Y ¿Qué haces aquí?¿No deberías estar encerrada tu también?

-Debería, pero mi madre dijo que salía con la tuya a no sé que y aproveché.-Enciende el porro.

-¡No!-Le grito.

-Venga va.-Pone cara triste.

-No.

-Va... porfa.

-No.

-No sabemos cuando vamos a volver a estar juntas. Es pequeñito. Y si vamos a estar castigadas que valga la pena ¿No?

-No.

-Venga va.

-Va.-Me rindo y lo cojo.

Lo estamos acabando casi cuando oigo la puerta de la casa abrirse y muchas voces. Voces de hombre y de mujer, hablando algo fuerte. No me lo puedo creer. Son mis padres y los suyos. No son solo Cristina y Monica... no, ahora en la jugada están también Diego y David. Y eso, eso si que es una combinación peligrosa. Ellos cuatro son el ejemplo del pueblo, siempre lo han sido, desde pequeños. Eran los niños perfectos, los que sacaban buenas notas, guapos, que no se dormían en misa, que ayudaban a sus padres, que nunca se ensuciaban... los niños perfectos. Fueron un grupo de amigos toda la vida, al igual que sus padres, y los suyos y básicamente todas las generaciones, Mónica y Diego, mis padres se casaron en el mismo año que Cristina y David, los padres de Carla y nos tuvieron el mismo año, lo han hecho todo juntos desde siempre. Al igual que Carla y yo. Nacimos casi al mismo tiempo, ella es un mes mayor que yo, hemos estado juntas toda la vida, cada segundo de ella, nos compraban cosas iguales, nos castigan igual, somos practicamente hermanas, y ahora que nuestros padres están abajo hablando probablemente de nosotras como si fuese un consejo esudiantil me pregunto si somos mejores amigas por elección propia.

Están ríendo. Eso significa que ya está todo bien... bueno bien quizás no sea la palabra. Oigo que salen, menos dos, mis padres.

-¡Vete ya!-Susurro gritando a Carla.

-No hemos acabado.-Ríe.

-Te vas ya. A tu casa... a donde quieras, pero ya, no te quiero aquí.

azul infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora