Observaba varios eventos muy perturbadores, demasiado para mi mente... y lo peor es que no podía mover mi cuerpo para intervenir o luchar, solo podía gritar, pero los demás no escuchaban mis gritos. Entre los eventos que observaba estaban Zabuza asesinando a Rock Lee y a Tenten. Veía a Gaara asesinando a Shino y a Kiba, a Hidan matando a Shikamaru, a Obito matando a Kakashi, a Pain asesinando a Hinata, a Guy sensei muriendo intentando acabar con Madara y a Kaguya absorbiendo a Sasuke y a Naruto mientras yo permanecía sin poder hacer nada para evitarlo. Aquello no podía ser real, y no lo era, estaba seguro. Yo estoy dormido y estas solo son pesadillas ¿pero por qué tengo pesadillas tan horribles?... Finalmente tuve una pesadilla de mi llorando frente a la tumba de mis amigos, y tras esta por fin logré abrir los ojos.
- ¡No! - grité levantándome de la cama en que me encontraba acostado. Miré mi cuerpo y estaba completamente sudado.
- Por fin despiertas - me refirió Toneri sentado a un lado de la cama en que me encontraba.
- ¿Que pasó? - le pregunté.
- Te desangrabas debido a la herida que te hice en nuestra batalla. Así que te traje a mi laboratorio con el fin de salvarte de la muerte.
- Ya veo - le contesté - te lo agradezco. No sabía que tenías conocimiento en medicina, bueno... No se mucho sobre ti... No eres precisamente mi persona favorita.
- Tengo un gran conocimiento en ninjutsu médico y una buena tecnología otorgada por mis ancestros, además experimento constantemente con los cadáveres de los miembros de mi clan que murieron en la batalla entre las dos ramas familiares. Gracias a eso logré salvarte.
- ¡Un momento! - exclamé al analizar lo que este me decía - estás queriendo decir que...
- Así es - me contestó Toneri - la sangre que perdiste fue mucha, casi un litro. Era peligroso que alguien te de tanta cantidad de sangre así que te traje a mi laboratorio y te implanté sangre Otsutsuki que tenía conservada con la tecnología de mi clan inyectando directamente tu corazón para que se bombee por todo tu cuerpo.
- ¡Que hiciste qué! - le grité molesto al escuchar su confesión.
- Te salvé la vida, no deberías estar molesto, deberías agradecerme - me contestó Toneri - por poco no la cuentas, pero la sangre que tenía conservada de mi ancestro Hamura Otsutsuki se unió perfectamente con la tuya.
- Ya veo... - expresé tranquilizándome - creo que tienes razón, casi no la cuento, te agradezco - le dije honestamente.
- No es nada - me respondió - tú me salvaste y me demostraste que estaba equivocado así que te lo debía. Por cierto, el agujero de tu cuerpo... Lo curé usando un poco de tu cabello y células del clan Otsutsuki.
- ¡Quiere decir que! - exclamé preocupado, y me desarrope el cuerpo para observar mi abdomen, pero este se encontraba vendado por lo que no pude observarlo.
- Descuida, tu color de piel es el habitual. Aunque no lo parezca yo poseo una gran tecnología incluso mayor a la de la tierra. Por lo que usando tu cabello preservé la pigmentación de tu piel al sanarte. No pensé que eso te preocupara.
- Me preocupa más hacerme fuerte y aprender muchos jutsus para así derrotar a mis enemigos, pero claro que mi imagen también me preocupa - le contesté. Y seamos honestos ¿quien en el cuerpo de Neji Hyuga no estaría a gusto siendo tan atractivo como él? Aunque en el mundo de Naruto lo importante es hacerte fuerte para sobrevivir a los peligros que tengas que enfrentar.
- Entonces supongo que querrás ver tu rostro - me refirió Toneri, luego me pasó un espejo para que mire mi rostro reflejado en él.
Miré mi rostro reflejado en el espejo que Toneri me pasó y al hacerlo este se me cayó debido a mi impresión al mirarme. Luego volví a mirarme de nuevo y no me lo podía creer, las pupilas de mis ojos estaban de color azul y en el centro de estas había una especie de flor con forma de sol anaranjado. Mis ojos tenían el tenseigan.
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Reencarnado como Neji
Fanfiction(Finalizada) ¿Qué mundo es este? ¿En dónde estoy? ¿Acaso, he reencarnado en... ¡Neji Hyuga!? Y... ¿Qué debo hacer? Lo correcto. Morir por proteger a Naruto y a Hinata y salvar los valores de las generaciones, tal y como él lo hizo. O tal vez no, tal...