(Finalizada)
¿Qué mundo es este? ¿En dónde estoy? ¿Acaso, he reencarnado en... ¡Neji Hyuga!? Y... ¿Qué debo hacer? Lo correcto. Morir por proteger a Naruto y a Hinata y salvar los valores de las generaciones, tal y como él lo hizo. O tal vez no, tal...
Asuma me enseñó todo lo que podía enseñarme, igualmente Kurenai y Kakashi. Como recuerdo por haber sido su discípulo por corto tiempo cada uno me regaló algo. Kakashi me regaló algunos libros de la autoría de Jiraiya, pero me advirtió que no debía leer la mayoría de ellos hasta que cumpla los dieciocho años. Entre los libros estaba una copia de la leyenda de Naruto, el cual fracasó en su publicación. Kurenai también me regalo algunos libros que retaban la inteligencia, eran sobre batallas bélicas. Por último Asuma me regaló una katana, me explicó que el nombre de dicha katana es Masajara y que es una espada muy deseada por haberle cortado la cabeza a un demonio.
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Días después, Hiruzen nos solicitó a su oficina de Hokage con el fin de pedirnos algo. Yo no tenía la menor idea de que se trataba y debido a eso estaba ansioso y un poco nervioso.
Atravesé la puerta junto a mi equipo y al momento Guy sensei cuestionó a Hiruzen por nuestra solicitud.
- Diganos Lord Hokage ¿cuál es el motivo de nuestra solicitud? - le preguntó Guy.
- Verán, equipo Guy - nos contestó Hiruzen - los solicité aquí para encargarles una misión. Por un momento pensé en encargársela al equipo Kakashi pero un ninja llegó avisándome de unos bandidos que asaltaron la biblioteca de la aldea y decidí encargarles a ellos que se ocupen de los bandidos y dejarles esta misión a ustedes.
- ¿Qué rayos está pasando? - me pregunté a mi mismo dentro de mis pensamientos.
- Permitan que el cliente pase - le ordenó Hiruzen a sus ninjas.
Un sujeto en estado medio ebrio de cabellos grises canosos y con una botella en la mano atravesó la puerta mientras refunfuñaba sin parar quejándose por cualquier cosa que veía. Su nombre era Tazuna, el constructor del puente de las olas.
- ¿Estos son los ninjas que me protegerán? Si solo son unos niñitos - se quejó Tazuna - Tenemos al niñito pálido con ojos de marciano - señaló refiriéndose a mí - Una niñita que parece niño - refiriéndose a Tenten - Y un rarito con cejas mas amplias que un bosque.
Rock Lee estalló en una carcajada al escuchar esto.
- ¿Y cuál es ese rarito con... con...? - preguntó Lee pero rápidamente se dió cuenta que se refería a él - ¡Como te atreves, te voy a...!
- ¡No Lee, calmate! - le pedí sujetándolo junto a Tenten.
- ¿Por qué tenemos que cuidar a un señor tan irrespetuoso? - preguntó Tenten indignada.
Me sentí mal al escuchar eso, probablemente todo sea mi culpa. Desde que llegué al mundo con solo mi nacimiento alteré varios sucesos sumado a las acciones que usé a mi conveniencia. No podía ser tan egoísta, tenía que hacerme responsable de lo que causé.
- Les recuerdo que no están en la obligación de tomar esta misión. Si no la quieren ejercer puedo encargársela a alguien más.
- Pero yo si quiero tomarla - le contesté a Hiruzen. Mi equipo se sorprendió por mi decisión - Por favor chicos, se los pido. Quiero hacerme responsable de esta misión y quiero contar con su apoyo. No me dejen solo en esto.
