Elsa Miller, una de las buenas estudiantes de Arendelle High. Aquella albina que se había recuperado de sus bajas notas en tiempo récord, ahora estaba sentada con sus padres detrás de ella y frente al director de la escuela para determinar su castigo. Su mano izquierda se aferraba al borde de su falda mientras la derecha sostenía el hielo contra su mejilla.
Su labio tenía un corte al igual que su ceja, su mejilla estaba enrojecida, tenía marcas de dedos en su cuello y moretones en su estómago que la camisa ocultaba. Aún tenía sangre seca en su nariz y mentón, como también su camisa tenía pequeña manchas. Al otro lado, el chico que se encontró con ella estaba igual o peor que Miller.
– Dos días – habló por fin el hombre –. Elsa estará castigada por dos días. Podría darle una semana, pero las cámaras de seguridad me afirman que el joven LeGume fue quien inició todo y...
– Solo me estaba defendiendo – murmuro Elsa.
– No fue la mejor forma.
– ¿Y dejarlo hacerme algo? Aladdín intento ayudarme, pero no quise meterlo en un problema que era mío – murmuró con cierto dolor en su garganta.
– Dos días y tendrá que quedarse, por una semana, después de clase para limpiar el salón de artes plásticas.
– ¿Eso es todo? – preguntó Cliff.
– Si. Pueden retirarse y decirle al joven LeGume que pase – habló con tranquilidad.
Bulda parecía más relajada que Cliff, como trataba de revisar cada golpe que su hija menor tenía mientras su esposo le hablaba furioso de aquel comportamiento. Kristoff y Ryder los esperaban apoyados sobre el auto, siendo su hermano que parecía más alterado por la paliza que Elsa dio y recibió.
– ¡¿En que pensabas?! – grito Kristoff.
– Amor, tranquilo – habló Ryder sujetando su brazo –. Kristoff, en serio no la toques, mira cómo está.
– No estaría así si hubiera hecho otra cosa, ¡Pudiste llamarme o dejar que alguien más te defienda!
– ¿Por que soy una chica debo pedirle ayuda a un chico? – preguntó Elsa – Kristoff, puedo defenderme yo misma.
– Gastón te dobla tamaño y fuerza. ¿En que estabas pensando?
– ¡No lo sé! Creo que ni siquiera estaba pensando.
Kristoff revolvió su cabello, abriéndole la puerta a Elsa para que pudiera entrar, aunque fue Ryder quien ingresó primero seguido de Elsa. Kristoff suspiro, entrando y cerrando. Su hermana se había apoyado en el hombro de su pareja, quien la abrazó con cuidado. Entre los dos, Ryder era más suave y gentil que Kristoff, tratando de mantener la calma ante cualquier circunstancia.
¿Qué había sucedido para que Elsa acabara de esa forma? Bueno, todo fue horas antes.
Su última clase había sido con Milo Thatch y significaba que tendría la tarde libre para ir a Oaken's y ayudar en lo que necesitará. Debía apresurarse si quería hablar con Anna antes de comenzar a trabajar. Busco el teléfono en su mochila, con la mirada y atención dentro de la misma. Sin percatarse del mundo a su alrededor.
Un brazo la sujeto de la cintura, apegándola a un cuerpo grande y fornido. El aroma de colonia barata impregnando en cada prenda de vestir, ahogando a la albina por la excesiva cantidad que usaba.
– Elsie, que sorpresa.
– Gastón – sonrió – ¿Puedes soltarme?
– ¿Estas apurada?
– Si, asi que agradecería que me soltaras – habló Elsa llevando sus manos al pecho de este para empujarlo.
Aunque Gastón afirmó su agarre en la cintura de Miller, llevando su otra mano se detuvo en su firme trasero, apretándolo y sonriéndole a la albina. Elsa decidió pisar su pie para que este se alejara, lo cual sucedió y le dio tiempo para huir. Igual duró poco. LeGume la sujeto nuevamente, estrellándola contra los casilleros mientras su mano se cerraba en su cuello, impidiéndole la correcta entrada de aire.
– Te crees mucho, ¿eh? Déjame decirte que muchas chicas estarían celosas de estar en tu lugar, Miller – gruñó Gastón.
Su otra mano se adentró debajo de su falta y Elsa decidió poner fin a eso. Dio una patada en su entrepierna, consiguiendo que LeGume se fuera hacia atrás mientras ella recuperaba el aire. Había una pequeña ronda de estudiantes, todos observándolos. Pero fue Aladdin quien se metió para tomar al otro chico del brazo.
Una vez que Elsa logró recuperarse, se acercó dando zancadas hasta donde ambos estaban gritándose. Toco el hombro de Gastón, viéndolo voltearse y recibir un puñetazo en su mejilla. El chico la observo, sujetándola del cuello de la camisa para darle un gancho que concluyó con Miller tragándose su propia sangre.
– ¡Elsa!
¿Que cruzaba por su cabeza?
Solo pudo empujarlo, sin saber de donde sacó aquella fuerza para tumbarlo en el suelo y comenzar a darle golpes en el rostro. Un cabezazo y Elsa sintió su espalda golpearse contra el frío suelo. Gastón la pateó en el estómago, arrancándole todo el aire que tenía y dejándola aturdida.
Se puso de cuclillas, sujetándola del cabello para que lo viera, con aquella engreída sonrisa.
– Con esto te darás cuenta que jamás podrás hacerme algo – se burló el chico.
Miller le sonrió, con los dientes manchados de su propia sangre. Se levantó y pasó su antebrazo para limpiar la sangre en su boca.
– ¿Crees que golpeando a una chica serás mejor?
– Lo soy.
Elsa se intentó acercar, pero los brazos de Honeymaren y Aladdin en su cintura la detuvieron. Se limitó a forcejear, pidiéndoles que la soltaran.
– ¡Elsa, para ya!
– ¡Solo déjenme borrarle esa estúpida sonrisa que tiene! – grito.
– No tiene caso, Elsa – habló Maren colocándose delante suyo –. Mira como te dejó ese idiota.
– Y míralo a él – se burló el castaño –. Te llevaremos a la enfermería.
"Elsa Miller y Gastón LeGume, se les ordena ir a la oficina del Directo, ahora mismo."
Un pesado suspiro escapó de los labios de Elsa al escuchar su nombre en el altavoz. Se había metido en grandes problemas y sus padres de seguro estarían en camino.
Sería una lástima que aquella grabaciones donde Elsa aparecía golpeando a otro chico cayeran en las manos equivocadas, ¿No?
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– Como puede ver en el archivo de video que le acabo de enviar – comenzó Elena con una pequeña sonrisa –. Esa es la chica con la que Anna quiere pasar el resto de sus días, quiere a esa chica problemática en el trono. ¿Puede creerlo?
Agnarr e Iduna observaban sorprendidos aquellos videos, viendo como la chica albina se defendía del otro chico que había intentando tocarla indebidamente. El rey de Arendelle frunció el ceño, cortando el video y observando la pantalla donde se veía a la princesa de Gondolin con una falsa expresión de preocupación.
– ¿Donde está mi hija?
– Ha de estar con mis hermanos, ¿Desea hablarle?
– Por favor y dígale a Egil que también venga.
– Le dire.
Elena se levantó para sonreír mientras salía de la biblioteca, había tardado un poco, pero por fin logró convencer al director de aquella escuela de enviarle el video. Uso una boba excusa que el hombre creyó y ahora había puesto a Elsa en una pésima posición que la dejaba en completa desventaja y le pondría mas difícil el camino.
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Arenfjord ❧ Elsanna
FanfictionElsa Miller no pensó que se chocaría con la mismísima princesa y heredera de Arendelle, Anna, y todo eso durante una pequeña excursión que su clase tenía dentro del castillo. Ahora, Elsa decide sacar a Anna de su encierro y enseñarle la belleza y ma...