» 𝐅𝐢𝐜𝐡𝐞𝐚𝐝-𝐝𝐡𝐚̀

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Un anuncio real había sido dado al pueblo en la mañana.

Nadie parecía haberse sorprendido, tampoco fue algo tan largo como usualmente sucedía y es que Anna prefirió hacer todo más corto, informar sobre su ascenso a la corona y desearles un buen día a todo el reino. No estaba lista como creía, pero no podía dar marcha atrás. La corona ahora estaba sobre su cabeza, el reino sobre sus hombros y apenas eran las nueve de la mañana. Por lo menos su humor estaba mucho mejor que antes, sin tener que cruzar palabra alguna con su padre y evitándolos a toda costa. Acordó con Gerda que las comidas las recibiría en la oficina cuando ella lo decía, esa vez desayuno sola y frente a una pila de papeles.

Kai la ayudó en casi todo, colocándola en el camino y poniéndola al día con todo lo que estaba sucediendo. Papeles que leer y firmar, también tenia mails que debía de responder y algunas juntas a las que asistir. El chaleco le apretaba, había desabrochado los primeros dos botones de su camisa para respirar como también dejó el chaleco completamente abierto.

– Kai – llamó Anna – ¿Y Elsa?

– Mattias no ha llegado aún, majestad – habló el mayordomo.

– Si la señorita Miller no se encuentra aquí antes del mediodía, iré personalmente a buscarla – concluyó la nueva reina, haciendo un gesto para despedir al hombre.

Estaba sola frente a los papeles, frente a la pantalla de la computadora con la casilla de correos abierta y su desayuno sobre una pequeña bandeja. Tenía demasiado por hacer y apenas había dado un corto sorbo a su café para despejarse. Miró el reloj en la pantalla de la computadora, solo pasaron cinco minutos y ya quería arrojar todo. ¿Realmente había hecho bien? Quizás, al menos ahora tenía el poder para tomar sus propias decisiones.

Pasó las manos por su rostro, dando un bostezo. No estaba tan atrasada como creía, su padre siempre había estado al día con todo lo referente al pueblo y sus tratos comerciales con el mundo exterior, pero los detalles de la boda estaban atrasados y Anna no quería saber nada con eso, dejó los papeles a un lado del escritorio, luego le pediría a Kai que se encargara de eso.

Sujeto el puente de su nariz, permitiéndole la entrada al hombre que venía con una mueca en su rostro. Anna sabía que se trataba de alguna mala noticia y quería hacerlo todo rápido, hizo un ademán para que hablara.

– La señorita Miller no vendrán.

La nueva reina alzó la cabeza, observando al hombre parado en la puerta. Levantó una ceja al tiempo en que se enderezaba en la silla y soltaba una pequeña risa, moviendo el bolígrafo entre sus dedos.

– ¿Disculpa? ¿Cuál es la razón del porqué no vendrá Elsa Miller?

– La señorita Miller no estaba...

– ¿No estaba en casa? – interrumpió la pelirroja levantándose – Kai, quiero que Elsa Miller este aquí, no me importa donde esta. La van a traer aquí y nadie va a interrumpir hasta que yo lo diga, ¿Bien?

– Si, majestad.

– Dile a Mattias que la busque en la escuela, no me importa si pierde el día, necesito hablar con ella urgentemente. Y si ella piensa negarse... iré personalmente.

Kai se retiro con la nueva orden por parte de la reina.

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Kristoff golpeaba insistentemente la puerta, un anuncio de la casa real se daría y él estaba necesitando la presencia de su hermana allí, pero no contó con el hecho que Elsa había colocado el seguro a la puerta y se había colocado unos tapones para los oídos, nadie la iba a despertar ahora, lo haría cuando su despertador lo indicará. Le quedaban dos horas más y deseaba disfrutarlas.

Arenfjord ❧ ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora