HOLA! ¿Qué tal? Después de releer este fic, quise agregar algo más... como un capítulo especial para que vean un poco a Elsa como princesa:)
Y ENCIMA CUMPLIENDO AÑOS<333Elsa se removió en las sábanas de la enorme cama cuando sintió los labios de la reina hacer un pequeño recorrido desde su hombro hasta su mejilla. No, no quería despertar porque sabría que tendría un largo día lejos de Anna y todo por sus interminables lecciones de etiqueta, también tenía otras, pero aquella era... detestable, casi irónico porque la albina amaba cada clase que le habían comenzado a dar desde que la monarca le pidió mudarse al palacio tras anunciar su relación. Ahora solo quería hundirse más en la almohada, sentir los brazos de Anna abrazar su cintura y dormir hasta tarde. Lo merecía, era su cumpleaños.
– Miller – susurró Anna, dejando varios besos en su mejilla –, tienes que despertar.
– No.
– ¿No? – la pelirroja rió al verla removerse y girar para verla. Elsa aún tenía sueño, se notaba por cómo intentaba mantener los ojos abiertos y prestarle atención – Oh cariño, ¿tan cansada te dejé? – bromeó Anna acariciando su mejilla – Puedo pedirle a Gerda que traiga el desayuno y ser nosotras dos, ¿que dices?
– ¿Y luego cancelamos todo para quedarnos aquí todo el día? – preguntó con un tono esperanzado, ocultando su rostro en el cuello de la pelirroja – Porque solo quiero estar aquí contigo.
Anna volvió a reír, dejando un beso en su mejilla antes de sentarse y cubrirse con las sábanas. Podía quedarse horas apreciando a la albina, verla acomodarse boca arriba y suspirar con los ojos cerrados, escuchar su tranquilo respirar cuando dormían abrazadas o su risa, aquel dulce sonido que lograba alegrar su día de una manera increíble. Se levantó haciendo oídos sordos a las quejas de la menor, tenía deberes que atender por más que fuera un día especial. Su vida entera cambió desde el momento en que hizo pública su relación con Elsa Miller y sabía que había tomado la mejor decisión, sobre todo porque toda la servidumbre parecía mucho más alegre que antes... dejando de lado a su padre, Agnarr seguía negado a aceptarlo. Iduna, por otro lado, parecía comenzar a llevarse bien con la albina luego de presenciar una de sus tantas lecciones para volverse parte de la casa real.
Amaba a Elsa y nadie podía decir lo contrario. Adoraba verla batallar con su tutora cuando no estaban de acuerdo en algo o simplemente verla reírse con Gerda por algo que nunca sabría. Le gustaba ayudarla a colocarse esos vestidos que comenzaban a aparecer en el ropero, no eran muchos puesto que la albina aún prefería la ropa más cómoda, pero los pocos habían sido hechos a medida.
Se colocó un pantalón a cuadros bordo con zapatos negros y una holgada camisa que logró acomodar dentro de los pantalones, finalizó con un cinturón y el suspiro de Elsa solo la hizo sonreír, inflando su ego.
– Creo que deberías vestirte, Gerda vendrá en cualquier momento y-
Los fríos labios de Elsa atraparon los suyos, interrumpiendo sus palabras y obligándola a caminar de espaldas hasta chocar con el escritorio. Cuando se separó, pudo apreciar mejor el sencillo vestido color azul que la albina llevaba. La sujetó del mentón con cuidado, apreciando aquel brillo en sus ojos que causaba un calor en su pecho.
– Feliz cumpleaños, Els – susurró volviendo a unir sus labios. Sus manos acabaron en la cintura de la menor, sintiendo como ella se aferraba al cuello de su camisa para mantenerse lo más cerca posible.
– Igualmente – soltó Miller entre besos, ocasionando que Anna se alejara para mirarla con diversión y, por la expresión en la albina, era obvio que no sabía que estaba pasando – ¿Qué?
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Arenfjord ❧ Elsanna
FanfictionElsa Miller no pensó que se chocaría con la mismísima princesa y heredera de Arendelle, Anna, y todo eso durante una pequeña excursión que su clase tenía dentro del castillo. Ahora, Elsa decide sacar a Anna de su encierro y enseñarle la belleza y ma...