» 𝐃𝐞𝐢𝐜𝐡

1.3K 179 15
                                    

Como Anna había sospechado, la princesa de Gondolin se quedaría una semana más, incluso estaría en el festival. La decisión de Elena complicó un poco las cosas para la heredera, después de todo, se suponía que iría para estar solamente con Elsa. Pero sus padres, al parecer, se enteraron del festival y acordaron ir.

« ¡Hey! Todo el pueblo se enteró que puse en su lugar a la princesa de no sé dónde y ¿sabes que es lo mejor? todos me felicitan, ¿puedes creerlo? »

« ¡Jamás pensé que la señora Norris me dirigiera la palabra! Esa mujer me detesta porque dice que soy muy alegre con todos.»

Anna mordió su labio, acelerando su paso para poder encerrarse en su habitación e intentar llamarla.

Hola.

– Elsa, hola. ¿Cómo estás? – preguntó al tiempo que colocaba el seguro en su puerta.

Veamos... Ahora todo el mundo me ve como la chica que le cerró la boca a la princesa de Gondolin.

Anna soltó una suave risa al escuchar hablar de todas las personas que le dijeron algo respecto a lo sucedido en Oaken's, como algunos estudiantes le habían creado apodos y le hablaban. Elsa parecía demasiado feliz y Anna no podía dejar de sonreír por eso. Se aclaró la voz, escuchando a Miller dejar de hablar.

– Te quiero.– suspiro Andersen.– Y debo irme, clases de esgrima.

Elsa balbuceó algo que ella no pudo comprender en lo absoluto. Quedaron en silencio unos cuantos segundos antes de poder oír la dulce voz de Miller.

También te quiero, suerte en tu clase.

Anna no pudo contener la sonrisa y el grito de felicidad cuando escuchó a Elsa, todo eso tras haber terminado la llamada. Se dejó caer en la cama, con una sonrisa que, dudaba, se iría en todo el resto del día. Observó la pantalla en su teléfono, tenía diez minutos más antes de tener que ir por Bjorn, su instructor de esgrima. Aquel hombre que estaba en sus cuarenta y que parecía bastante estricto la primera vez que lo veías. Incluso Anna le había puesto difícil las cosas al inicio, porque no toleraba al sujeto.

Los insistentes golpes en la puerta la hicieron levantarse, guardando su teléfono y quitando el seguro. Elena se encontraba con aquella sonrisa que Anna detestaba. Tan inocente y alegre.

– Princesa, ¿Necesita algo? – preguntó con cortesía la pelirroja.

– A usted.– contestó sin más.– Pensaba salir a caminar y su padre me sugirió venir por usted para hacerlo juntas, dijo que podría darme un recorrido por los jardines del castillo.

Anna levantó una ceja, se suponía que tenía clases de esgrima. ¿O no tenía? Intentaba recordar y llegar a la conclusión que todas sus actividades se habían cancelado por la presencia de la princesa de Gondolin.

Un suspiro escapó de sus labios, saliendo de su habitación y cerrando la puerta detrás de ella. Le sonrió a Elena, sintiendo cómo está sujetaba su brazo para poder hacerla caminar más rápido.

───────────────────────

Elsa miraba como su hermano intentaba completar una ecuación en la pizarra. Trataba de contener la risa que insistía en salir de ella al verlo mirar a Ryder y luego a ella, pidiendo ayuda. Apretó los labios, formando una línea recta y ahogando las risas. Yzma miraba su reloj, irritada por la falta de atención que tenía su hermano durante sus clases de química.

– ¡Ya, ya! Regresa a tu asiento, me doy cuenta que no prestas atención.– gruño la mujer arrebatándole el marcador.– ¡Miller chica, ven aquí!

Elsa suspiro, empujando la silla para acercarse hasta la pizarra. Tomó el marcador y vio unos segundos la ecuación. Sin tardar mucho más, escribió el resultado y viró la vista hacia la mujer con arrugas.

– Listo.

Justo cuando Yzma pensaba hablar, se escuchó aquella campana que indicaba el final de la clase. Sonrió, buscando su mochila y saliendo del salón a toda prisa. Había recibido un mensaje de la princesa que involucraban las palabras "Oaken's, almuerzo y te quiero."

Trataba de no tropezar o chocar con algún estudiantes que cruzaba su camino. Veía a lo lejos aquella cabellera roja. No podía dejar de sonreír, verla esperándola en aquel auto de siempre. Apenas Anna la vio, Elsa saltó para abrazarla. Sus piernas se enredaron en la cintura de la heredera, abrazándose de su cuello y ocultando su rostro también ahí.

– Hola a ti también.– se rio la pelirroja.

– Hola.– murmuro Elsa alejándose un poco.

Miller se bajo, lanzando su mochila dentro del auto y apretando las mejillas de la heredera al trono.

– ¿Vamos a Oaken's? – preguntó Anna con sus manos en su cintura.– Yo invito la comida.

La estudiante asintió, entrelazando sus dedos con los de Anna, la cual la jalo para comenzar a caminar directo al centro del pueblo. Ambas habían hablado de diversos temas, sin hacer mención alguna sobre la princesa que estaba en el reino por una semana más. Elsa había soltado su mano para poder sujetarse del brazo de Anna, sin tener intenciones de alejarse de ella otra vez.

– Mañana será el festival.– comenzó la platinada.– Estaré ayudando en todos los preparativos, así que...

– ¿Quieres que vaya a ayudarte? – interrumpió Anna.

Eso dejo en blanco a la platinada. Volteando a ver la brillante sonrisa de la princesa. Su corazón se detuvo y su cerebro se apagó en ese instante. Anna se estaba ofreciendo a ayudarla. La princesa de Arendelle, aquella que debería de hacer algo más importante, le estaba ofreciendo ayuda. Bajo sus manos hasta tomar la mano de Anna entre las propias.

– ¿Tú puedes? – preguntó tímidamente Elsa.

Anna se había detenido, obligándola a ella a detenerse. Sintió su rostro arder cuando la pelirroja la sujeto con gentileza de la barbilla. La obligaba a verla.

– Claro que si... – susurro Andersen, inclinándose lo suficiente como para que Elsa pudiera sentir la respiración ajena mezclarse con la propia.

¿La iba a besar? Anna Andersen, princesa heredera del trono estaba a punto de besar. Ahí mismo, frente a varias personas. Miller, entro en pánico y una idea apareció en su cabeza, llevó dos de sus dedos hacia los labios de la princesa, impidiéndole acercarse más de lo debido.

– Preferiría que esto... sucedería en otro lugar y tiempo.– susurro Miller con una divertida sonrisa.– ¿Entiendes?

Anna asintió, sonriéndole como para lograr quitar los dedos de Elsa y besar la punta de su nariz. Ese pequeño gesto solo llevo a Miller a sonrojarse lo suficiente como para que Anna riera suavemente.

– Eres adorable.– se burló la pelirroja.

– Tú también.– susurro la estudiante con una torpe sonrisa.

Arenfjord ❧ ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora