Aviso de capítulo
Thiago me miró algo confundido porque yo no me movía y se bajó apenas para mirarme de lado.
—¿Estoy haciendo algo mal? – quiso saber. —¿Algo de lo que dije o hice no te gustó? – siguió preocupado. —Porque a lo mejor yo pensé que este era un buen momento, pero me equivoqué.
—No hiciste nada malo. – me apuré en aclarar. —Soy yo, que me siento rara, tengo algo acá. – me toqué la barriga. —No es algo malo, es algo, raro. No me había pasado antes.
—Está todo bien, podemos esperar todo lo que quieras. – dijo con dulzura y me besó en los labios. —Si lo que tenés es miedo, no hace falta que hagamos nada.
—¿Miedo? – lo miré sin entender. —Thiago, no es mi primera vez, sé de qué se trata todo esto.
Él asintió tranquilo.
—Igual no lo tenía planeado cuando me escapé para venir. – me contó. —No pienses que vengo con esa idea, porque nada que ver. Me gustaría que cuando estemos juntos sea... – me miró con cautela. —No te rías, pero me gustaría que sea especial para los dos.
Sonreí sin poder evitarlo, como cada vez que alguien te dice "no te rías".
—Especial cómo. ¿Con velitas y pétalos de rosas sobre la cama...? – y ahora ya me tuve que reír del todo.
Puso los ojos en blanco y resopló de manera adorable. Ahora era cuando se le subían los colores y se ofuscaba.
—No, pero sí había pensado en cenar algo y a lo mejor poner música de esa que te gusta tanto. – me miró de reojo. —Me imaginaba que eso de las flores no te iba a gustar.
—Algunas flores están bien. – dije y me miró curioso. —Pero ya me dijiste que de eso no fumabas. – bromeé y él se rio cuando entendió.
—Especial es que estemos cómodos los dos, no el escenario ni nada forzado que sé que no te va a gustar. – dijo y me apoyé en mi barbilla para seguir escuchando. —Es un cuándo, no un cómo ni dónde.
—Filosófico, me gusta. – dije y me empujó de su abrazo cariñosamente.
—¿Te vas a burlar de todo lo que digo? – preguntó y yo me reí, prometiéndole que ya me callaba.
—Quería que fuera cuando los dos lo sintiéramos bien. – siguió explicando, aunque yo era insoportable. —Cuando te dieras cuenta de que me gustas mucho, y me gusta mucho más que tu cuerpo. – me sujetó el mentón para mirarme otra vez, y el corazón me galopó entre las costillas. —Nunca nadie te demostró lo que vales, y quería que supieras que yo siempre te voy a cuidar.
—Yo... – empecé a decir con la garganta hecha un nudo apretado.
—Te mereces mucho más de lo que los que estuvieron antes te hicieron sentir. – siguió, aunque yo ya no podía más. —Y que si no me echas, acá me voy a quedar.
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1 - Perdón por las mariposas
Fiksi RemajaBianca tiene una vida difícil, de la que ya está aburrida. Cree en el amor, y le gustan los chicos malos que no siempre la trataron tan bien. Thiago es un chico de buena familia, clase media-alta, que vive para jugar al fútbol. Dulce, considerado y...