𝐎𝐧𝐜𝐞 𝐀𝐠𝐚𝐢𝐧 || Jasper Hale & Edward Cullen

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Well, I talk about it, talk about it
Talk about it, talk about it
Talk about, talk about
Talk about movin'

Lipps inc - Funky Town 

—NO PUEDO CREER LO QUE HAZ CRECIDO—Aquella señora traía lentes de sol y una campera de jean, a su lado estaba un muchacho bastante alto con un cabello largo y oscuro—¿Piensas saludar a tu anciana abuela?

Eva corrió hasta ella casi llorando, su abuela rió ante su reacción mientras se separaban—Supongo que me recuerdas—Hablo el muchacho rompiendo aquel momento, la ojiazul sonrió limpiando sus lagrimas.

—Como olvidaría a alguien que me corría por toda la casa gritando que gustaba de mi y Bella—Jacob se sonrojo ante su comentario.

—Eramos niños, bueno sera mejor que vayamos antes que oscurezca—Ambas mujeres asintieron saliendo del aeropuerto.

La pelirroja miro el auto de su abuela que traía varias abolladuras—Por eso le pedí a Jake que nos acompañe, me sacaron la licencia—Esta se fue atrás junto al equipaje de su nieta, así que Eva fue en el asiento de copiloto.

—¿Por ser mayor?—Se quito los lentes de sol dejando ver unos grandes ojos violeta, miro a su nieta sorprendinda.

—Veo que la arpía de tu madre no te dijo nada—Eva miro al muchacho de cabello largo esperando una respuesta.

Pues su abuela paterna no se llevaba bien con su madre, siempre que se veían empezaban a discutir y la anciana le arrogaba cosas—Tuvo 3 choques en el año por suerte no lastimo a nadie.

—¡Nadie me dijo nada!—Grito mientras Jacob arrancaba a conducir, sin más apoyo su cuerpo en el respaldo suspirando.

Evangeline estaba acostumbrada a que sus padres, más que nada su madre sea fría con todos a niveles de olvidarse que tenía una hija, aunque a ella si le tenía cariño. El camino hacía su casa era largo ya que aquella casa que conocía de niña estaba alejada del resto, al lado había otra idéntica pero abandonada así que con tan solo de pensar provocaba que su cuerpo temblara.

Sonrió apenas noto el gran cartel de Bienvenida, amaba la gran cantidad de arboles que rodeaba el pueblo, podría estar días caminando y estaría encantada. Jacob la miro de reojo, los rasgos de Eva eran finos y sin imperfecciones como si solo fuera una muñeca de porcelana—Sabes, tu y Bella se han vuelto polos opuestos—Hablo llamando la atención de la pelirroja que aun mantenía aquella gran sonrisa—Ella es introvertida hasta parece que se volvió una adulta.

—¿Que tratas de decirme?—Aquel muchacho de piel rojiza pudo notar que su copiloto lo miraba con puchero.

—Que tu pareces más sociable y no te interesa como te mire el resto por como te vistes o eres—Le explico su abuela—Creo que no se van a llevar bien—Acepto, pues apenas Bella había llegado ella misma había ido junto con el padre de Jacob y este a saludarla pero pudo notar como la joven la miraba con desprecio.

—Deja de llevarte por tus presentimientos—Eva se giro para verla.

Cuando era niña su abuela siempre le decía que ella era una lejana descendiente de brujas por lo tanto podía presentir a las personas buenas y malas—Mira quien habla, tu tienes la mala costumbre de tocar las manos a cualquiera para ver si son frías o calientes—El conductor cuando escucho aquello empezó a reír pero al recibir una mirada amenazadora de Eva, se callo.

—Pues yo siempre tengo razón—La ojiazul se cruzo de brazos

—Entonces tu madre es un maldito cubo de hielo

 Caminaba por todo el lugar haciendo sonar aquel par de zapatos, su blanquecino rostro mostraba alegría como si fuera a ver un familiar luego de tantos años. Por otro lado los que estaban presentes trataban de adivinar lo que sucedía pues su hermano no se encontraba para responder.

—¿Piensas decir que sucede?—Un joven de gran cuerpo estaba apoyado en sus manos mientras jugaba cartas con quien era su madre.

—Siento que algo estupendo va a pasar pero ustedes no se lo van a tomar bien—Respondió llamando la atención de ambos.

—Alice, que estas tramando—Su madre dejo las cartas a un lado para prestarle más atención a la nombrada que mantenía una sonrisa, señalo la casa que se encontraba a 3 kilometros.

—Cuando llegamos, tu y Rosalie dijeron que en esa casa estaba el olor a la primera hija de Carlise—Asintió—Creo que tiene que ver con algo, además el aire parece como si oliera a amapolas.

Aquella mujer se quedo con la mirada perdida unos segundos—No sería algo bueno cariño—En segundo desapareció yendo a su cuarto.

—Cuando lleguen no les va a gustar nada—El pelinegro bajo la cabeza apenado así que Alice fue a su lado tratando de consolarlo—Así que sera mejor distraerlos y pensar en otra cosa.