❝Como un antiguo perfume llega a sus narices, aparecen los recuerdos aunque aquella persona sea otra❞
(novela basada en la famosa saga Crepúsculo, todos los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer menos la protagonista y algunos extras que agrega...
SU MENTE SE DETUVO, todo en el se había congelado mientras veía a Evangeline en el suelo aun sosteniendo el rostro de Jasper. Carlisle se había encargado de coser la herida de Bella y después ir al lado de la pelirroja para analizarla, su pulso era débil, su amado por otro lado parecía un cadáver.
En todo su tiempo de vampiro y investigación nunca había visto a un vampiro desmayado de tal manera, con la ayuda de Emmett los llevaron a camas diferentes.
Edward había decidido quedarse al lado de Eva, sus ojos dorados estaban inundados de lagrimas al igual que Esme.
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Aquel día era el más caluroso del verano, llevaba viajando varias semanas, aun así se sentía perdida, su olfato aun no se acostumbraba aquellas tierras así que corría una gran desventaja.
La pelirroja se arrodillo en aquel lago mojando sus piernas y brazos, las grandes temperaturas no era un problema pero adoraba sentir la fría agua atravesar sus extremidades, se levanto para dejar su largo vestido a un costado y así zambullirse.
Con solo meter la cabeza en el agua lograba percibir el sufrimiento de las tierras gracias las peleas de terrenos, evito cada uno de los pelotones aunque en el fondo deseaba acabar con cada uno para que todo acabara.
—Señora, ¿Se encuentra bien?.
Apenas escucho una voz masculina Callie se tapo con lo que pudo—¿No te han enseñado a no ver a una dama mientras se baña?—El joven avergonzando se dio vuelta ruborizado.
—Lo siento, creí que se estaba ahogando. La vi a varias millas y no salía del agua—Hablaba con la voz temblando, sin más la pelirroja apresuro a vestirse y estrujar su larga melena.
Callie se acerco a el para verlo de cerca—Pues ya ves que estoy bien—Esta se cruzo de brazos, era mucho mas alto que ella, un tono de piel rozado y grandes ojos oscuros pero un cabello rubio brilloso y largo, al recordar el motivo de su viaje observo hacía todos lados—Seguro puedes ayudarme soldado del ejercito confederado—Este asintió—¿Donde queda Misisipi.
El rubio rió por la pregunta—¿No sabes donde estas?—Callie negó—Esta tierra—Señalo el suelo donde estaban pisando—Esta en Misisipi señorita, ¿Necesita que la lleve a un lugar seguro? Mi caballo puede soportar el peso de dos personas.
Ambos fueron hasta donde se encontraba el animal, este al verla fue hacía la pelirroja, como si fuera una vieja amiga coloco su hocico en su hombro—Le haz caído bien, las primeras veces me hacía caer.
