Capítulo 40

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—La soledad y el silencio en este lugar es increíble— dije para luego abrir los ojos y observar todo nuevamente, intente dormir, pero fue en vano —es ridículo, no puedo. —

Me levante del sofá y fui directo a mirar habitación por habitación, descarte solo la de mamá, entre a la mía y busque cualquier cosa que pudiera darme pistas para algo, no sé, hallar la forma de encontrar a mi padre o quizás algo para no seguir guardando rencor.

Entre a mi habitación y organice mi cuarto, cambié de lugar mi cama, gire los estantes, boté lo que no se viera necesario, saqué algunas cajas del armario y observe en ellas cosas que había guardado, como recuerdos con Connor, fotografías, cartas, regalos, solo cosas que debía desechar.

Todo eso lo vacíe a una bolsa, seguí buscando, ropa, zapatos, mochilas, cajones, algo debía encontrar, mientras buscaba, ponía en la bolsa todo lo que iba para el contenedor de basura, en ese momento algo del armario me llamó la atención.

Caminé sigilosamente hasta llegar a este y observar lo inesperado.

—¿Una puerta corrediza a través del armario? — increíble, intente abrirla, pero mi mente me decía que no debía hacerlo o por lo menos no si no había alguien más conmigo, así fue, le hice caso a mi cabeza y me aleje de allí, fui a la sala a buscar mi teléfono, pero mientras bajaba las escaleras noté algo extraño.

—¡Nunca se acaban los problemas aquí! — susurre y seguí bajando con cuidado, vi innecesario usar el poder estando en mi propia casa, no veo algún problema que lo amerite.

Aproveche que había dos estanterías casi juntas, tenía un espacio casi perfecto en el que una persona podría esconderse.

Me hice en medio de éstas y observe todo cuidadosamente, mi casa se hallaba muy oscura, tenía las luces apagadas, no es que le tenga mucho miedo a estar a oscuras.

Mientras observaba, uno de mis ojos se transformó de nuevo en el ojo del dragón, de esta forma pude observar con mejor precisión que ocurría, fue entonces cuando observé a la misma persona del supermercado y quizás la misma que estaba detrás del árbol... dentro de mi casa, se encontraba parado justo al lado del marco de la puerta.

En ese instante mi corazón comenzó a latir muy rápido, podría decir que quizás hasta podía escucharse los latidos, sentía adrenalina correr por mis venas, no sé quién es ni qué hace aquí.

¿Debería correr hacia mí habitación o solo quedarme aquí a esperar?, me sentía segura en ese lugar ya que, a pesar de ser un espacio chico, se disimulaba con las estanterías.

Mientras observaba a este chico o lo que sea que fuese, noto como saca de uno de sus bolsillos traseros un cuchillo, siento que me está observando en medio de la oscuridad, pero al mismo tiempo siento que no puede verme, aquí es donde puedo decir que queda el valor que tanto decía tener, en realidad soy cobarde, ni siquiera puedo concentrarme para poder teletransportarme a otro lugar.

Efectivamente me encontraba equivocada, no puede verme, pero al parecer es una persona que se conoce mi casa de pies a cabeza, del patio a la sala, vi como subía las escaleras sigilosamente mientras observaba a todos lados, no sé si podía ver en la oscuridad y solo estaba tratando de que bajara la guardia o en realidad no me veía.

Espere a que subiera del todo para poder salir de ese lugar, cuando observe que ya no se encontraba en las escaleras y escuche sus pasos en el pasillo de arriba, mire que no hubiese nadie más en la casa, camine lentamente y en puntitas hasta la puerta de entrada.

Me acerque a la puerta y comencé a quitarle el seguro, mala suerte la mía, este sonó al terminar de sacar el pasador, abrí y salí corriendo sin dirección alguna, solo quería esconderme en donde no me pudiera ver, así que sin zapatos ni nada, salí a la nada, comencé a correr hasta donde me llevarán mis pies, tenía la adrenalina al 100, por un momento no me siento la elegida, es como si mis poderes se desvanecieran cuando los necesito.

Hija De Dragones©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora