Capitulo 34

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La ERA D

Dejar a Andy allí hacía que me carcomiera el alma hasta el punto de sentir adrenalina e ira, llegué hasta un lugar oscuro donde nadie pudiese verme y solo en ese instante pude hacerlo, no me convertí en el gran dragón de lucha que fui hace unos meses atrás, me convertí en híbrida, mitad humana mitad dragón y al hablar de esto, muchos dirán ¿piernas de dragón? ¿Cabeza de dragón?, no la respuesta es que me salen dos grandes alas de mi espalda identificandome como parte de la raza de los dragones rojos.

En mi mano, para ser más específica en mi dedo índice y dedo medio yacía aquel falso anillo que andy había cambiado antes de que le hicieran daño.

Salí de aquel oscuro lugar y comencé a caminar sensual mente por los corredores de aquel lugar, fui asesinando uno a uno hasta llegar con mi pequeña víctima, esa que tanto quería tener en mis manos en este instante y asesinarle como si no hubiese un mañana.

-Vaya, vaya- susurré, sonreí victoriosa mientras lentamente empujaba una puerta.

Entre silenciosamente y cerré aquella puerta de forma que mi pequeña víctima no saliera de allí.

-¿Porque me traicionaste? - Pregunté furiosa mientras la tomo de los hombros.

Karla nerviosa me evade la mirada, mi ira e impotencia puede más que mi nobleza y humanidad, levanto a Karla con una mano mientras que con la otra estoy poco a poco hiriendo su cuerpo.

-¡Así, cada pequeño dolor que sientes, lo sentí en demasiado cuando vi, cuando sentí tu traición!. - mi rostro emanaba un aura totalmente fuera de cabales.

-Crista piensa bien lo que harás, no cometas un error - dijo ella para luego ser callada de un golpe.

-¿Error?, ¡eres tan cínica de llamar error a algo que me hirió e incluso me jodio la vida por completo!- Grité.

-No seas tan...- mi boca fue silenciada por un pensamiento.

-Calmate Crista, a lo que viniste- resonó una voz en mi cabeza.

Sente a Karla en la cama donde estaba y busque algo filoso que resaltara entre sus cosas, mientras buscaba olvide haberla amarrado.

-¿Te crees muy lista no? Que idiota eres- dijo una Karla totalmente diferente a la que conocía.

-¿Idiota? Tal vez si, por tenerte a ti como parte de la familia. - lance un dardo que encontré con la mayor de las fuerzas al centro de su estómago.

-Está idiota te asesinara aquí, bajo tu mismo lecho- dije para lanzarme hacia ella.

Esta tenía entre sus manos un alambre con púas gruesas, intentó amarrar mis manos hasta que noto el anillo que según evitaba tener los poderes.

-¿Porque aún tienes poderes? - preguntó desesperada.

-¡Porque para matarte a ti, es más la fuerza que nace que lo que podría hacer esta cosa- me lo quite y tome a Karla por el cuello. -Y de esta forma morirás, pidiendo a gritos, o bueno gritos no, porque no podrás hablar- dije mientras agarraba el alambre con púas y se lo enrollaba en su cuello.

-¿Qué dices?, lo siento pequeña no escucho- termine de decir para conectarlos a la corriente eléctrica, lo que provocó un corto al recibir tan grande descarga.

-Nos vemos- le dije al cuerpo inerte de Karla y me puse de nuevo el anillo.

El lugar estaba a oscuras, se nota que ya estaban acostumbrados a que se fuera la luz, nadie se alertó.

-Maravillosa jugada- dije mientras seguía intentando reconocer aquella voz que resonó en mi cabeza hace un momento.

-No pierdas tu camino Crista, a lo que viniste y es ahora- resonó de nuevo una voz femenina, una voz que conocía.

Hija De Dragones©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora