Capítulo 38

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Camine pausadamente hasta la casa de Andy y Cristen, dudando si entrar o no entrar, en realidad mi cabeza se encontraba en las nubes, muchas cosas pasan por mi mente en este preciso instante.

Entré y fui a la cocina, bebí un poco de agua y me recosté en el mesón para aclarar mis pensamientos, puse el vaso de nuevo en el mesón y camine de nuevo para el ante jardín.

-¿Ya despertó?- pregunté mientras una grandiosa idea pasa por mi mente.

-Apenas y puede recobrar la vida. - Responde el príncipe coreano.

-¡Excelente!, traelo por favor. - camine de nuevo hacia la casa.

Me senté en el mueble mientras esperaba a que entrarán todos.

-¡Deben venir todos!- Grité mientras observaba como entraba cada uno y tomaba posición cerca a la puerta.

-¿Saben porque decidí dejar a Jack con vida? - Cuestione mientras recogía mi cabello en una cola.

-Supongo que tienes un plan, con la cara que traías se nota que no eres de dejar vivo a nadie. - Respondió nervioso el chico caballo.

-Acertaste, medusa se llevó a los nagas, pero falta uno, falta ese maldito que me arrebató a mamá e incluso la momifico para hacer crecer mi dolor cuando la viera, falta ese ser despreciable que alguna vez hizo que le llamara padre. - Las venas se hacían notar en mis brazos, mis ojos cambiaron nuevamente de color.

-¿Entonces cuál es tu plan?- Pregunta Andy, mientras me observa con decepción.

-Usaremos a Jack como carnada, quizás el tipo ha de estar preocupado porque hemos derrotado a gran parte de su legión, pero Jack será en realidad quien nos lleve hasta él. - Sonreí mientras mi lengua mojaba mis labios.

-¡Es tu padre...!- réplica el príncipe coreano.

-¡Un padre jamás juega con los sentimientos de un hijo y menos si es asesinando a la madre de su hija!- Le mire mientras fulminaba a este con la mirada. -Ese ser no merece ser llamado padre, realmente es una palabra muy grande para tan poca cosa.- El sonido del silencio se hizo presente en la sala.

-¿Cuento con ustedes o debo hacerlo sola?-Cuestione limpiando una de mis uñas.

-¡Yo voy!- Todos respondieron al mismo instante, mientras el príncipe coreano se queda mudo ante tal hecho.

-¡Shemuel!- Gritó el príncipe coreano a su amigo caballo.

-Lo siento, mi deber está con la reina, si tu no lo harás yo si.- Respondió con cierto desprecio en sus palabras.

—¡Increíble!— réplica el príncipe coreano para fulminar a este con la mirada.

—Querido príncipe, te recuerdo que vinimos a una misión y en esta se encomendaba el ayudar y proteger a la reina por encima de todo, sea cual sea la decisión, ¡Yo estoy cumpliendo con mi deber!—. Chasquea su lengua y se gira para mirarme nuevamente.

—En realidad no quiero que lo hagan por obligación, quiero que lo hagan porque realmente quieren acabar con esto, la verdad estoy cansada, presiento que es mi última batalla y para serles sinceros a todos esperaría morir allí. — me levante después de aquellas palabras y salí.

Punto de vista de Andy.

Luego de que Crista dijera esto intente salir detrás de ella pero creo que es hora que se haga responsable de sus actos, siempre está actuando como niña, debería comenzar a madurar ahora, ¿hablar de muerte cuando en realidad apenas se empieza a vivir?, nosotros hemos pasado años, décadas y más y hasta ahora no nos hemos quejado.

—Andy... es solo una humana. — Dice cristen mientras me saca de los pensamientos.

—No creo que debería actuar de esa forma, siempre hemos estado cuidándola, ¿porque no actúa por una sola vez en su vida de forma razonable?. — Cuestiona enfadado.

—Por qué para eso nos enviaron a nosotros, para cuidarla, protegerla y apoyarla según fuera su decisión, y como sus guardianes debimos haberle enseñado a madurar con el paso del tiempo, por eso te dijeron que no podías enamorarte de ella. —Responde cristen dejando un gran silencio ensordecedor.

Observo cómo todo me miran después de esto, un sentimiento incómodo comienza a invadir la sala a lo que me dispongo a salir de allí.

Fui al antejardin y tomé un poco de aire, me sentía agotado totalmente, siento que debí haber dado lo mejor de mi.

FIN DEL PUNTO DE VISTA.

Punto de vista de Cristen.

Dios, en que nos estamos convirtiendo— susurre y coloque una de mis manos en la frente.

—¿Y... Bien chicos, con sinceridad, quien apoya a Crista?. — Cuestione mientras me sentaba en el mueble.

—¿Shemuel?— pregunté mientras le observaba con detenimiento.

—Yo daré mi vida si es necesario. — Respondió y se paro a mi lado.

—¿Príncipe?— le llame para luego observar su mirada en mi.

—¡Demonios!, ¿porque todo debe ser así, tanta violencia?. — dijo mientras se paraba a un lado.

—¿Y ustedes, apoyan a Crista?— Preguntó a todos los dragones que se encontraban dentro y fuera de la casa, estos respondieron a su modo al mismo tiempo, se apoyaron en una pierna y agacharon su cabeza en respuesta a esto.

—¿Entonces?, ¿que esperamos?— Salimos todos al antejardin y esperamos indicaciones de Crista.

FIN DEL PUNTO DE VISTA.

Cuando salí de allí, pude respirar un poco mejor, sentía la necesidad de tomar aire fresco, de despejar mis pensamientos, de sentirme libre de nuevo, luego de que los nagas fuesen devorados por medusa me hace sentir bien, tengo la espada de fuego en mis manos y con ella podré derrotar hasta al mismiso diablo si es necesario, pero no, a ese también lo necesito conmigo.

—Bueno... Iré a mi casa, creo que ha terminado todo por ahora. — me dije a mi misma para voltear a mirar hacia atrás y ver a Andy saliendo de la casa, sonreí y comencé a caminar.

—Realmente las horas pasan volando, no te das cuenta si es de día, de noche o madrugada, todo está pasando muy rápido. — Cogi mi cabeza con ambas manos y la sacudi.

—¡CRISTA!— Se oye la voz de cristen gritar.

Me giro y observó a cristen parada en el antejardin con todos los dragones y los chicos con quien nos encontrábamos.

—¡ESTAMOS LISTOS! — Gritó de nuevo.

Sonrei desde lo lejos y hice una señal con las manos, dándole a entender que por ahora habrá un receso.

—¡TOMEMONOS UNOS DÍAS, DEBEMOS DESCANSAR Y TENER ENERGÍAS!— respondí para seguir caminando, levante mi mano y me despedí.

Continue caminando, el sol era un poco fuerte pero no le preste atención, recordé que tenía mi maleta en la casa de Cristen y corrí de nuevo por ella.

Al llegar allí, golpeo dos veces y entro, observó mi maleta y procedo a cogerla.

—Bienvenida querida— detrás de mi se escucha una voz familiar.

Me giro y veo que es...

—¿Papá? —.

Hija De Dragones©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora