Capítulo 44

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CAPÍTULOS FINALES.

Sonreí al darme cuenta que al menos en otras dimensiones si podía tener una familia común y corriente, lastimosamente en está me toco el final terrible a mí, para que otras yo de diferentes dimensiones puedan vivir, al menos me llena de orgullo el poco esfuerzo que estoy haciendo.

Andy me observa con determinación y en su mirada se notaba la preocupación por mi caso, sonríe de medio lado y me abraza. — Siempre serás la mejor, serás mi guerrera y la única guerrera que por fin pudo poner orden para las generaciones futuras.— Pasa su mano por mi mejilla y sonríe.

Salimos de mi habitación e inmediatamente cerramos cada una de las puertas de la casa, seguía con mi pensamiento de estar encerrada por un tiempo aunque ahora sea en compañía, algo que no pensé que llegase a suceder pero bueno, así fue y para ser sincera me encanta.

—Ahora... ¿Que haremos?— preguntó Andy mientras me observa pensativa en el sofá.

—No se que se hace en estos casos, es incluso extraño para mí, de hecho nisiquiera siento que esta sea yo. — sonreí de medio lado y camine hasta donde este se encontraba.

—Cada vez me siento más extraña, aveces siento que desaparezco por momentos. — Me acerque lentamente mientras mis brazos rodeaban su cuerpo.

—Eres la única persona en quien confío y puedo decir que estoy completamente segura que amo de verdad. — dije mientras posaba mi cabeza en su pecho y escucha su corazón latir rápidamente con cada palabra que le decía.

Me aleje lentamente mientras emprendo camino a la cocina, me detengo en el mesón y tomo un vaso, sirvo agua fría y tomo un sorbo suavemente mientras siento el líquido bajar por mi garganta.

Me apoye en el mesón mientras pensaba en cuantas cosas posibles podrían pasar de un momento a otro, mi preocupación se esfumó al sentir los brazos de Andy rodeando mi cintura, me sentí amada y segura con él.

—Debemos prepararnos para lo que se viene. — Susurrando en mi oído Andy dice aquellas palabras para luego darme un beso en la frente.

—Siempre, recuerdalo siempre, ¡tú eres la mejor!.— me acerca a su pecho y me abraza.

3 MESES DESPUÉS.

P.O.V PRINCIPE COREANO.

Después de unos meses de olvidar todo lo que paso, de intentar superar el pasado y reincorporarme por completo para seguir ejerciendo mi labor, llega a mi una corazonada, algo malo estaba por suceder, al parecer no todo iba tan bien como parecía, puesto que las malas noticias son lo primero en llegar.

—¿Hola, que sucede?— Pregunta con incomodidad a su amigo el caballo.

Este ante su pregunta, le observa con tristeza y deja notar un desespero en su mirada, sus manos temblaban y su palidez deslumbraba ante la lámpara del lugar.

—¡Ya es hora!— Su voz entrecortada y ronca hizo notar la seriedad de este, al mismo instante en que todo cambia de rumbo.

—Sonaron las campanas del palacio indicando que ya es hora— Volvió a su forma natural, dejó su forma animal por un momento y se dispuso a caminar con el príncipe.

—Enviare una postal a la reina, dándole a entender que debemos alistarnos. — saca de su mochila un rollo de papel y consigo trae la pluma y el tintero, en el instante en que se disponía a escribir, una voz familiar lo detiene haciéndole girar rápidamente.

—¡No es necesario, ya estamos aquí!. — sonreí y les mire fijamente. —¡Los extrañe!— caminé hacia ellos y les abrace fuertemente.

Me alejé un poco y desplegue mis alas las cuales cambiaron de color, ya no son rojas como siempre han sido, el color pasó a ser un rojo intenso con dorado, puntas en cada esquina y mi cabello parece fuego de lo intenso que se volvió.

—¡Asombroso!— Exclamó el príncipe.

Nos separamos y quedamos en reunirnos en la cueva bajo el agua.

Mis alas comenzaron a agitarse hasta el elevarme, tomé poder de ellas y me dirigí a la cueva, mientras descendía toque el agua para que se abriera la puerta de la misma para dar paso a su entrada.

~Recuerdo el último día que estuve aquí,  pasaron tantas cosas~

Entre, baje escalón por escalón hasta llegar al centro de la misma, mire nuevamente cada parte de la cueva, fui a la habitación de mi tatarabuela nuevamente, quería ver si podría encontrar algo que me ayudara a ser más fuerte y mas decidida en el momento en que deba entregar mi vida.

Entre a la habitación y observe nuevamente su estudio, sus fotografías, sillas, muebles, su cama, era una habitación amplia y bonita, camine hasta su baño, grande, muy grande, entre en este y observe parte por parte, vi una pequeña hoja que provenía de entre la pared y el piso, sorprendida por tal cosa, me agaché e intenté halar de la hoja pero no salía, intente quitar un poco de baldosa, grata fue mi sorpresa al correr una pequeña puertecilla en el baño, al lado de la ducha.

—¡Vaya, vaya!— intenté cerrar la puerta pero me fue imposible, en ese instante apareció la abuela.

—Debes ir, no pierdas tu oportunidad de cambiar el mundo, de cambiar tu vida, de rehacer las cosas, anda, inténtalo.— Sonríe amablemente.

—No puedo hacerlo, debo ir con Andy. — Agache la mirada y sonreí de medio lado.

—Debes dejar de depender emocionalmente de otra persona, tu debes depender de ti misma, tus decisiones son tuyas y nada más, el es tu escudo y tu apoyo, pero en estos momentos te necesitas más tu, así que, cumple con tu misión. —

—Si lo hago, podría perderlo. —

—Debes arriesgarte y así sabrás que pasaría.— en ese instante la abuela desaparece.

Realmente no se que hacer, depende de mi el destino de muchas personas, incluyendo generaciones futuras, depende de mi, mi futuro y el futuro de las personas que amo.

Luego de unos minutos de pensarlo tanto, me decido a entrar no sin antes dejarle un escrito a Andy, ya que antes de pasar por aquella puerta, escuché cuando entraba a la cueva y me llamaba apurada mente.

—Lo haré por ti y por todos, perdóname— Susurré para luego pasar por aquella pequeña puerta. —Quiero un mejor futuro para todos y que en el estemos tu y yo. — Sonreí y cerré.

Hija De Dragones©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora