—¡No puedes hacerme esto Crista, no de nuevo!— Lágrimas caen rodando por las mejillas de Andy mientras con dificultad corre desesperado al túnel, evitando que mi cuerpo se comience a desaparecer en sus brazos.
—No me hagas esto por favor— su voz cada vez era más débil y se quebraba ante cada palabra.
—Debo decirte algo... — Sus palabras en medio del llanto cesan, para luego sacar de su bolsillo un collar, el cual portaba un frasquito muy pequeño con una especie de líquido rojo muy brillante.
—Toma, esto te pertenece. — Limpia una de las lágrimas que estaba apunto de caer en su camisa para luego poner el collar en mis manos. —Bebelo...—
—¿Qué es? — Mi voz es débil y con dificultad logre preguntar.
—¡Tómalo maldita sea! — Nunca vi a Andy tan desesperado ante una situación.
—N... No puedo, es hora de irme, déjame ir...— La desesperación y preocupación en la cara de Andy se hace más notable cada vez más.
—¿Me amas?— Cuestiona preocupado.
—Bien sabes la respuesta de ello.. — Sonreí agotada.
—¡Responde! ¿Me amas? — Andy golpea el suelo, dejando notar su mano ensangrentada por el golpe.
—Si, te amo Andy-Wyatt Samai Thomson. — Sonreí con la poca fuerza que quedaba.
Andy abre sus ojos como platos luego de escuchar su nombre completo directamente de mi boca.
—¿Si me amas, bebe un poco si?— sus ojos denotan preocupación y ganas de acabar con todo.
Quito la tapa del pequeño frasco y bebo aquel líquido, su sabor era algo amargo y algo similar a la sangre.
—Se que pase lo que pase de ahora en más, estaremos juntos hasta el final, no volveré a estar solo. — hace una pequeña mueca.
El frasquito se lleno nuevamente solo, como si de magia se tratase, Andy me puso el collar, mi cuerpo nuevamente recupero las fuerzas.
—Mi debilidad y miedo a hacer lo incorrecto me han tenido presa en mi propia mente, creo que es hora de enfrentar eso y luchar por los que quiero, por los que no están, por los que se fueron. —
Extendí mis alas y volé, aún en la nada visualice a lo lejos una gran cueva, mi intuición no falla, es el lugar en el que yace el verdadero asesino, el verdadero manipulador, el que envía todas sus marionetas.
Sentir el aire por mi rostro fue lo mejor que pudo pasar mientras pienso en que puede ser mi última vez haciéndolo.
Decidida emprendo mi viaje hasta aquella cueva, la cual parece que se alejara cada que vez que me encuentro más y más cerca, noto con rapidez el engaño y la trampa y giro rápidamente para dar con la real cueva.
—¡Buenas, buenas!— Dije para descender y guardar nuevamente mis alas. —¿Creo que me estaban esperando?— sonreí al caminar lentamente mientras observo cada parte de la misma.
—¡Te estaba esperando!— Una voz la cual no conozco reposa en mi costado.
Sin demostrar ninguna clase de sentimiento, giro y observo a un tipo, alto y corpulento, cabello largo y una gran marca en su rostro.
—¿Y tú eres? — Cuestione sin ganas.
—Déjame presentarme, perdona mi mente olvidadiza. — se deja ver una sonrisa psicópata.
—Mi nombre es Lazarus-Wall, puedes llamarme Zawa para tu comodidad.— Sonríe.
—Déjate de estupideces y dime que mierda es lo que quieres. — Sus ojos denotan tristeza e ira al mismo tiempo.
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Hija De Dragones©
FantasíaEl comienzo de la historia, trae consigo algunos enredos puesto que a como avanza la historia se va desarrollando y atando cabos de todo. Crista es una joven quien tiene una marca de nacimiento que la pone en peligro, debe esconder sus poderes por u...