Anoche después de cenar con mi mamá y Jessa me quede en la terraza con la guitarra hasta a las tres de la madrugada... se me fue un poco la mano el horario, sólo un poco.
Increíblemente escuche la alarma y me levante. Cuando bajé para desayunar pude ver a mi mamá haciendo café.
—Buenos días, chico que coloca la música a todo volumen como si viviera sólo —dice y me dedica una sonrisa falsa.
—Yo también te amo—hable desde la mesada, mientras ponía los cereales en mi tazón.
—Te amaría más si no dejaras la música demasiado alta hasta tan tarde. No se cómo no te quedaste sordo aún. —le da un sorbo a su café—. Tampoco sé cómo es que los vecinos no se quejaron.
—Lo siento, no volverá a pasar —digo con sinceridad—. Ya me tengo que ir, por cierto después de la escuela iré a la casa de Logan —le di un beso en la cabeza.
Mientras acomodaba torpemente las cosas en mi mochila ella me miraba con un gesto gracioso, así es Hope, tu hijo no es el ser más organizado del mundo.
—Trata de no llegar tan tarde y ten cuidado —dice, amorosamente—. Te amo.
—¡Te amo, adiós! —grite mientras salía hacia la escuela con un cohete en los pies.
Para que el pequeño maratón que hago de mi casa hasta la escuela no se haga tan tedioso, me coloco los auriculares y pongo una playlist de One Republic. Bendito sea Ryan Tedder.
El universo estuvo de mi lado el día de hoy al parecer. Llegue temprano.
Fui directo a mi primera clase, geografía.
Me senté en el fondo, saqué mis libros y puse mi mochila en el suelo. Después de unos diez minutos aproximadamente llego el profesor.
La clase no estuvo tan densa, pero tampoco diría que fueron las dos horas más fugaces de mi vida. En fin, después de eso fui al receso con mis amigos.
Logan nos estuvo hablando que cuando vayamos a su casa nos tenía que mostrar unos lienzos que le quedaron genial y yo no tenía duda de eso. Él siempre tuvo buena mano para dibujar y pintar, se le daba muy bien.
Me dirigía hacia mi última clase, música. Me hacía mucha ilusión.
Lo bueno es que este año no estaría el señor Collins. El típico profesor que lo único que hace es bajarte la autoestima con una sola palabra y hacer que quieras irte de la clase corriendo. No sé quién será el profesor este año, pero no tengo duda que cualquiera era mejor que ese señor
—Buenos días clase
—¿Clark? —salió de mis labios casi como un susurro.
—¡Ben! qué lindo verte. No sabía que te gustaba la música.
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Dí cuándo ©
Teen FictionLeah regresa después de ocho años a su ciudad natal. Cuando pareciera que en su vida no iba a salir nunca más el sol... aparece Ben, un chico cuyos ataques de ansiedad nadie sabe que tiene. Juntos van a tener que dejar atrás todo lo que los atormen...