—No puedo creer que seas capaz de comer eso todos los días —dijo Celia con disgusto.
—¿Qué? Es alimento —exclamo Logan con las mejillas hinchadas de comida.
—Eso. —Señalo la hamburguesa—. No es alimento, son animales, seres vivos como nosotros. Y no es necesario que los comas, puedes reemplazar el hierro de carne con otras cosas, que si son comida .—La pelirroja puso la mirada en mi para luego señalarme con un dedo—. ¿Ves? Ben no come carne.
—En realidad, solo disminuí el consumo de carne, pero sigo comiéndola de en vez cuando. —Me gire hacia Logan—. Y tiene razón, no es para nada bueno comer tanta carne.
—Carne en si —hablo Celia rápidamente.
—Bueno ya papás, déjenme comer. —Volteo los ojos.
—Yo solo digo —levante los brazos en forma de rendición.
—Ah, por cierto. —Termino de tragar y volvió a hablar—. Me cambie de clase de filosofía.
—¿Y eso por qué?
—Al parecer el entrenador cree que es mejor que practiquemos desde temprano, así que cambio los horarios. Por lo tanto, tengo que asistir a otro horario en filosofía, con otro profesor —explico mi amigo.
—Oh, de acuerdo.
—Tranquilo Ben. —Celia tomo mi mano—. De seguro que Leah puede hacerte compañía
Logan soltó una risa divertido.
—De hecho —empecé hablar mientras me levantaba del asiento—, me toco hacer un proyecto con ella, el cual tenemos que realizar todo el año
Los dos se miraron al unísono. No me agradaba para nada que hagan eso.
—Ben tiene chica, Ben tiene chica —empezaron a cantar y bailar al costado de la mesa.
—Me voy antes que me sigan avergonzando. —Agarre mi mochila para colgarla sobre mi hombro y dirigirme hacia mi próxima clase.
—Para eso no nos necesitas —escuche gritar a Logan desde lejos, lo cual me hizo reír por lo bajo.
Payasos.
No entiendo porque están tan pesados últimamente con Leah. Cada vez que la nombro me miran como si la chica y yo fuésemos algo. Y no me mal interpreten, Leah es linda, demasiado y no solo físicamente, pero dudo que vaya a sentir algo por mí. Ni si quiera estoy seguro si yo la veo de esa forma, apenas nos conocemos.
Al parecer la atraje con mis pensamientos. La chica estaba en su casillero guardando unos libros, llevaba puesto unos jeans azul marino, con una remera blanca que en la espalda tenía el logo de Oasis. Tome coraje y me acerque a ella.
—Oasis... muy buena banda, diez de diez.
Ella se giró al escuchar mi voz.
—Al parecer si sabes de buena música después de todo.
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Dí cuándo ©
Teen FictionLeah regresa después de ocho años a su ciudad natal. Cuando pareciera que en su vida no iba a salir nunca más el sol... aparece Ben, un chico cuyos ataques de ansiedad nadie sabe que tiene. Juntos van a tener que dejar atrás todo lo que los atormen...