Kaynea

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Narra Joaquín

- Ivo podes dejar de hacerte el pelotudo - bufé mirando como el menor buscaba en su ropero algo de ropa para salir - Sabes que tenemos que hablar

- No hay nada que hablar - dijó dandose vuelta solo unos pocos segundos

- Estas haciendo un espamento por nada Ivo - volví a decirle intentando acercarme a él

- No estoy haciendo nada Joaquín, córtala, no quiero hablar de eso, no quiero, déjame buscar ropa en paz - pidió con su mirada fija en la pared

- Cuando dejes de ser tan inmaduro si queres háblame - dije tomando mis cosas que se encontraban sobre su cama para después dirigirme a la puerta

El menor movió sus labios diciendo algo que no llegué a escuchar, para después volver a poner atención a su ropero, como si fuera lo más importante del mundo. Bufe y salí de su cuarto, saliendo minutos después de la casa de mi mejor amigo.

Durante la semana no supe nada de él, y aunque necesitaba saber como estaba, no me permití mandarle ningún mensaje, no hasta que tenga los huevos suficientes como para, por lo menos mirarme a los ojos.

Esta noche había joda en lo de Mauro, y sabía que lo iba a encontrar ahí, por lo cual por primera vez en muchísimo tiempo, le dije que no a una fiesta organizada por mi amigo. Los mensajes no tardaron en llegar, los pibes me mandaban para que vaya, que no sea boludo, y lo mismo de siempre cuando alguién avisaba que no iba. Solté un suspiró bloqueando el celular, para después tirarme boca abajo en mi cama.

El sueño me venció, no se en que momento, lo único que sé es que algún pelotudo tiene el dedo pegado en el timbre de mi casa y le quiero partir la cabeza por eso. Me levante con pereza de la cama, intentando alejar el cansancio de mi cuerpo, el molesto ruido seguia presente, abri fuerte la puerta dispuesto a bardear al que sea que este del otro lado, pero esa idea se fugó de mi mente cuando lo vi a él.

Sus ojitos me miraban atentamente, vestía un jean negro, una remera negra, que pude ver bajo su buzo blanco, siempre me gustó como le quedaban esos colores en su cuerpo. Sus mejillas se tiñeron de un fuerte color rojizo al darse cuenta de mi mirada, por lo que tuve que despegar mis ojos de su cuerpo, encontrándome a Bhavi y a Mauro un poco más atras.

- ¿Qué hacen acá? - pregunté mientras me volvía a adentrar a mi casa, dejando la puerta abierta para que puedan entrar - ¿Y que necesidad había de tocar el timbre de esa forma?  - volví a preguntar dejandome caer sobre el sillon

- Tocamos como personas normales pero no abrias y bueno, tuvimos que ir por el plan b - respondió Mau sentándose en el sillon de al lado junto a Bhavi

Lo miré con una de mis cejas levantadas, haciendole saber que no le creía nada de lo que había dicho

- Bueno queríamos molestarte - volvió a decir

- Me di cuenta - respondí - ahora me dicen ¿Para que vinieron? - mi espalda se dejó caer sobre el respaldo del blanco sillón

- Ivo nos pidió que vengamos a convencerte de que vayas a la joda - respondió sin importancia Bhavi - asique de acá no nos vamos hasta que estes cambiado y listo para irnos

Mis ojos volvieron a viajar hacía el menor, el cual se encontraba parado a un lado del sillón de los chicos, con sus mejillas a punto de explotar y su mirada perdida por algún lugar del living.

- No tengo ganas de ir chicos - dije después de que evitara mi mirada por algunos minutos - Posta, vayan ustedes

- ¿Quién sos y que hiciste con nuestro amigo? - pregunto Mauro señalándome

One Shot GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora