Ángel | Cristian Pavón [2]

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CAPÍTULO 9 | Actos

22 de marzo.

A una semana del comienzo de su gira, Emma sabe que debería cortar con muchas cosas que antes no hacía y que ahora sí debían parar, al menos entre shows. Era su primera gira por el país y quería que salga lo mejor posible, en cada ciudad, dónde se presentaría, iba a ser su primera experiencia haciendo aquello, muchas cosas planeadas, que ya se hacía la idea de que algo no pudiera salir tal cual se lo pensó, pero más de eso no quería equivocarse y a equivocarse se refería a que se hable más de su vida privada que de su carrera.

Luego de la visita en el programa de la diva, Susana Giménez, la prensa, medios y periodistas que iban detrás de ella o fotógrafos habían parado porque ¿qué más iban a sacar de ella, después de que se expresó sinceramente por televisión? no mucho, la chica había dejado de ser el foco de un triángulo amoroso que los demás pretendía y Emma no se veía tanto con Gastón como para darle de comer a los demás con sus historias. Fournier se enfocaba en grabar y ensayar con su banda, Emma de ultimar los detalles que quedaban de la gira, prepararse para si misma, seguir componiendo con la idea presente de que quería lanzar otro álbum, pero aún así, ellos no perdían contacto ya que casi todos los días se mantenían al tanto uno del otro por mensajes o llamadas.

Emma por fin se sentía libre, sin presión de un contrato, una multa o pretender algo, ya había pasado ahora podía hacerlo todo tranquilamente sin pasarse de la raya y para eso tenía a sus amigas y su figura maternal, Paola haciendo de su segunda mamá. Pensaba que lo tenía todo, pensaba porque a veces lo pensaba mejor y sabe que de una persona que necesitaba y era él, aún no lo podía sacar del todo de su cabeza y cada vez que eso sucedía, Moura lo evadía de una forma: salir de la casa. Cómo este viernes dónde armó rápidamente una salida a un conocido boliche, con la excusa de festejar por lo bueno que sería salir de gira junto a bailarines y grupo que lo acompañarían durante estos meses.

—¿Crees que Germán lo sepa?

Ámbar grita por la música Ámbar en dirección a Victoria, quién esperaba que la chica que atendía la barra del vip, pudiera entregarle su pedido. Victoria la había escuchado perfectamente, pero duda de decir su respuesta. Y solo niega, no claro que no lo sabía el manager de la chica, sino la llamaría a diciendo la mala idea que fue, no porque es salir a un boliche, sino porque lo estaban haciendo días previo a iniciar una gira y nadie podía jurar o prometer que no pasará nada malo dentro.

—Por eso mismo... —se acerca al oído de Ámbar para dejar claro aquello—. Será mejor que no lo sepa, tenemos que cuidar a Emmita.

La risita que larga Victoria, la delata. Ámbar, la morocha lo mira dudando y lo sabe, no solo debería cuidar de Emma sino que también a Victoria y sería algo difícil sabiendo que esa noche Luana no las acompañaba.

Al volver al sitio vip del club dónde estaban ellas no ven a Emma, pero no se preocupan porque también faltaba la persona que se había pegado a ella desde que llegaron hace una hora, el bailarín. Sin embargo, ninguna de ellas esperaba que la persona que menos querían ver estuviera allí, esa misma noche y en el mismo momento que ellas.