Ángel | Cristian Pavón [2]

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CAPÍTULO 32 | Explicaciones.

El primer día de agosto de 2019 se estaba terminando y Cristian caminaba por aquel sendero de la casa por  tercera vez sin saber si encontraría a Emma del otro lado. Los últimos días habían sido cargados y con muchas ganas de que los dos se puedan sentar hablar y dar las explicaciones que correspondía por todo lo sucedido.

Tocó el timbre la casa de la cantante esperando que alguien pudiera atender y que mejor sería que ella, pero esa idea se descarta al instante que la puerta se abre y no es Emma quién lo recibe.

—Hola Ana —se sorprende de ver qué estaba a esas horas en la casa de la chica, sonríe a media señalándose—. ¿Te acordás de mí, no?

La mujer se ríe asintiendo varias veces.

—Claro, claro que sí. —responde dejando de sonreír y cuestiona muy segura a lo que el pudo haber ido—. ¿Buscas a Emma, cierto?

Pavón asiente rápidamente, pero cambia la cara al instante que la mujer responde.

—No está.

—¿No? —cuestiona confundido, pero lo primero que viene a su cabeza es que podría ser mentira—. ¿Le dijo que me diga eso, no?

Y es que desde que él tuvo el valor de dedicarle aquel mensaje en la red social, Emma lo desbloqueó de sus contactos y pudieron hablar, no mucho, pero algo. Le dijo que ella estaba en Los Angeles haciendo algunas cosas, que no podía hablar mucho de eso, pero que son duda hablarían cuando ella llegué al país y le dió hasta el día. Ayer. Así que ahora le parecía raro que ahora diga que no estaba.

—No, para nada. Le hablo en serio joven, Emma no está en la casa. Vino ayer, junto algunas de sus ropas porque yo le hice el bolso y se fue.

—¿Dónde? —responde más perdido.

Eso sin duda ella no le contó y ahora empezaba a dudar que todo lo que salió en el día con el rapero fuera mentira, o que algo de verdad de todo lo que pasó en estos días había.

—No, lo sé... Bien. Pero creo que a un retiro. No podría decirte porque no me lo contó, solo me pidió que me quedé estos días acá.

—¿A un retiro? —cuestiona sorprendido, era lo único que retuvo.

Ana asiente y Cristian se pone a pensar. ¿Emma estaba jugando con él o qué?

—Ah, está bien... —finalmente suspira, no sabe que decir y vuelve a mirar a la señora que lo observaba con algo de lastima—. ¿Le podés decir cuando vuelva que la busque?

Porque a mí no me responde los mensajes, quiso decir.

—Yo le digo. —afirma Ana con una media sonrisa.

Cristian asiente, se despide y da medio giro para caminar hacía su auto con algo de molestia. Saca las llaves de su auto y una vez dentro las coloca para encender, saca su celular viendo que no tenía ningún mensaje menos de Emma, pero ingresa en el chat de su representante para mandar un audio.