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CAPÍTULO 5 | Interés

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CAPÍTULO 5 | Interés.


Cristian.

—Que sorpresa está llamada, ¿Que necesitas? —habla fingiendo interés al principio, pero se que le extrañaría demasiado que le esté llamando.

Victoria la amiga de Emma, ella al parecer no me odiaba, así que era la única forma de ver qué pasaba con la estrellita y no quería molestar a Fernández.

—Estoy con ella, bah, esta algo lejos, pero si estoy con ella.

—¿Cómo está? —cuestiono directo, si quería saber de Emma.

Su representante me había dicho que me llamaría o me avisaría cuando llegara al país para que pudiera hablar con ella, pero eso no paso. Y Emma ya había llegado hace días, lo sabía bien, a mí me lo contaba mi hermana, todo como chusma que era.

—Bien, súper. —contesta y me sorprende su respuesta espontánea.

—Ah —murmuro, no era algo que esperaba escuchar, Germán no estaba muy seguro de Emma y más le temia ahora que ella estaba en Argentina, y rápidamente digo algo, me aclaro la garganta—. Bueno, entonces me alegro.

—¡No kichan, no seas tarado! ¡No está bien! —se irrita y ahora estoy más perdido, su voz alta me deja perplejo—. Está loquisima. Ahora le pasó un poco, creo que ni duerme o no sé que carajo hace a la noche. Desde que llegó no duerme la muy hija de su madre, tiene tremenda ojeras.

No sé qué decir, sinceramente. No parecía algo de Emma. ¿Debería preocuparme? Emma en un momento lo hizo por mi...

—Ahora está despierta porque está teniendo una reunión con Germán y otro señor, arreglando para su telonero no sé que coso, pero la semana que viene comienza a ensayar y ni siquiera está descansando. ¿No sabes la última?

—¿La última de qué? —cuestiono perdido y miro mi reloj, no quería que se me haga tarde para salir en camino al entrenamiento, contando que después de eso teníamos que concentrar, pasado mañana teníamos partido.

—Ya no vive más en el departamento —cuenta.

Eso me detiene en camino de ir a buscar mis llaves. ¿Qué?

—¿Cómo? ¿Y dónde está ahora?

—Compro una casa, mejor dicho va a comenzar alquilar una casa, en Nordelta. —cuenta y es de esperarse.

Toda estrella cheta quisiera vivir por eso lados.

—¿Eso no es normal acaso?

—¡No, no! No en la cabecita de Emma, la casa es enorme y se perfectamente que si le das ideas, va a usarla como fiestas. —cuenta y no logro aguantar la carcajada.

¿Emma haciendo fiestas? Si claro.

—No te rías pajero. —me reprende y me quedo en seco.

—Eh, eh, la confianza amiga. —la interrumpo.

Ángel | Cristian Pavón [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora