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CAPÍTULO 26 | ¿Quién da más?

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CAPÍTULO 26 | ¿Quién da más?


Leo por tercera vez el mensaje y a pesar que hace que se me altere un poco el cora, pretendo que no me afecte y solo termino suspirando.

Aunque lo único que estoy segura es que me encanta que el estuviera sintiendo un poco de lo que venía sintiendo yo por ver sus fotos con la otra, al parecer a él le molestaba más de lo que podía esconder que me relacione con Wos, incluso, creo que nunca le dió estos arrancones con Gastón ¿Por qué se preocupaba más por éste? Anda a saber, pero igualmente la estaba pifeando porque debió estar más celoso de Gastón que de Valentín, que si lo único que pasaba o podía seguir pasando van a hacer alguno que otra apretadas.

Pienso mucho en que responderle, sin alargar, pero dejar bastante claro la cosa, así que después de pensar como por diez minutos lo tengo.

Vamos a hablar pero vos cuando entienda que estoy primera como yo te tengo todavía, cuando te pasen cosas reales, no boludeces. primera o nada. soy clara❤️ » tecleo y lo envío.

Debo decir que me siento muy tentada a borrarlo, pero lo dejó y después me voy a dormir. Si, sin cero preocupaciones después de silenciar el chat.

A la mañana siguiente madrugo, si estoy como a las ocho levantada, preparada para esperar a Paola, como era miércoles, Ana estaba conmigo así que ella me prepara el desayuno mientras yo boludeo en pijama en la mesa esperando que llegué la mujer.

Me miró algunos vídeos rápido en mi lupita de Instagram, de perros, ahí pienso que debería tener uno, si es una buena idea. El timbre de mi casa suena y Ana deja una jarra de jugo recién exprimido para ir abrir.

Paola ingresa con su perfume potente que llega rápido a mis fosas nasales, blazer gris, remera blanca y jeans oscuros con zapatos y un bolso y me queda mirando cuando me ve que estoy sentada como un indio en la silla de la mesa y le hago una seña con la mano que tome asiento.

—¿Qué pasó, mom? —pregunto jodiendo, no le gustaba que le diga mom.

—Emma, ¿qué haces que no estás cambiada? —cuestiona frunciendo su ceño y no entiendo—. Te dije que te pasaba a buscar, tenemos que ir a la casa de Germán.

—¿Eh? —suelto y me río negando, directo a buscar el mensaje—. No, no dijiste eso, me dijiste que solo ibas a venir... Ah no, si, si, si dijiste eso. Ya vuelvo.

Pongo mi mejor cara de pelotuda y me levanto de la silla, insistiendo que se siente mientras yo iba a cambiarme rápido. A los quince minutos exactamente estábamos saliendo de mi casa, ella vino en su auto así que nos fuimos en ése, en el camino le pregunto si me perdí algo más, ahí es donde me recuerda que solo era una reunión en su casa para acordar fechas de mi álbum.

Julio era mi mes favorito para lanzarlo, pero no decidimos un número porque primero Germán debía ver cuándo comenzar la promo y que número le venía mejor.

Ángel | Cristian Pavón [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora