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CAPÍTULO 38 | Sinceridad de ambas partes

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CAPÍTULO 38 | Sinceridad de ambas partes.


24 horas antes. / 6 de Agosto.


Emma.

Estamos a un mes y días de comenzar la primavera pero pareciera que hoy era la noche más fría del año, agarro mi celular y mis llave para salir de casa. No lejos, apenas me siento en el escaloncito de mi puerta y comienzo a mirar el barrio en total silencio, son las diez y media pero acá se siente como si fuera plena madrugada y me hace pensar mucho más lo que estaba haciendo.

Releo mi último mensaje:

Podés venir? Estoy en mi casa. Hablemos.

Es un mensaje tranquilo, no decía que lo cagaría a trompadas pero si lo asombraría que lo invite a casa tan pronto como paso lo de ayer. Él no es tonto, su respuesta llegó a los cinco minutos diciéndome que salía para acá y es dónde paso diez minutos que llegué a la conclusión que sería mejor que hablemos afuera por eso mismo lo esperaba acá.

Minutos más tarde noto a lo lejos las luces de un auto, así que se que es él. Lo confirmó cuando estacionó y se va del auto para darse vuelta y caminar hacía dónde estaba.

Estaba totalmente serio y lo único que podía pensar era que era un hermoso hijo de puta, hermoso pero hijo de puta.

—Hola —saluda al llegar a mí como si todo el apocalipsis no pasó entre nosotros ayer, hago una mueca y le señaló con mi cabeza al lugarcito que había en el escalón a lado mío, el se sienta largando un suspiro y siento su mirada en mi perfil—. Emma yo...

—Antes —lo interrumpo girando a verlo, me pierdo un momento en sus ojos algo decaídos y sus labios algo tembloroso, así que tomo valor de decirlo—. Antes de que lo digas, quiero ser cien por ciento sincera y después si querés seguir diciendo lo que ibas a decir, decilo o lo cambias, como quieras.

Cristian asiente, sin dejar de mirarme, entonces dejó de mirarlo para no sentirme intimidada y podés soltar lo que tenía preparado buscando las mismas palabras en mi discurso solitaria.

—Cogí con Wos. —suelto sin más, sin anestesia ni nada, junto mis brazos encima de mis rodillas y trato de hacerme más chiquita, suspiro—. Ayer. En el viaje como te dije, pero también antes de irnos.

Pavón no dice nada. Solo siento como respiró muy profundo, así que me giro a verlo, él estaba mirando al frente, específicamente el caminito de la entrada.

—Esos días la pasé muy bien con él. Me reí mucho, conocí otra parte de mí que hace rato no veía o nunca lo ví digamos. —continuo pensando que él no esperaba seguro que sea tan sincera—. Es lindo, es todo lo que no sos vos en una forma rara. Capaz por eso me atrajó un poco, pero a la vez eso me hace dudar mucho.

Me quedo pensando en eso, ¿Ése era el problema, que Pavón no era él? ¿O cuál? Aún no lo decidía.

—¿Te gusta? —rompe su silencio.

Ángel | Cristian Pavón [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora