Ángel | Cristian Pavón [2]

22

CAPÍTULO 22 | El bajón por la noche.

13 de junio, 2019.

—Te quiero Cristian, mucho. —murmura contra sus labios la morocha, el la observa y sonríe apenas, incómodo, de pronto muy incómodo.

Pavón sabía que no podía corresponderle a Victoria de la misma forma, pero miente, como últimamente le se daba bien para volver a besarla en el cuello.

—Yo también, Vicky. —miente al final algo ronco contra el oído de la chica para hacer que se acueste en su cama.

En ese momento, el jugador siente que la tensión se había disipado un poco, el que lo presionen, porque el se sentía presionado cuando le mostraban amor había cortado un poco su temperatura y lo que se había formado. Y ella lo notó claramente y reconoce internamente que hizo un poco mal en decirle que lo quería.

Sin dejarse caer toma el lugar para hacer que el se tire en la cama y ella subirse encima de él. Cristian cierra los ojos al sentir las manos de ella por su entrepierna y nuevamente estaba relajado. Todo era más fácil con saber que solo estaban ellos en el departamento, pero si como la vida y el destino no quisieran que olvidará a Emma la canción de la Playlist que puso Victoria terminó para comenzar a sonar la voz muy reconocida de Moura por Pavón.

Sus ojos nuevamente se abren y le cruzan imágenes de la última vez que estuvo con Emma, pero que no pudieron culminar. Y la idea segura que Emma se alejó de nuevo de el porque no le pasaba lo mismo que antes y aparece un nuevo personaje en su cabeza, no era el bailarín, Gastón, sino que Valentín Oliva.

Hay muchas personas en su cabeza para querer calentarse y la voz de Emma desde lejos que le pone un freno justo cuando Victoria se proponía a bajar.

—No, Victoria, para, para... —interrumpe levantando su espalda de la cama de la chica.

—¿Qué pasó? —cuestiona agitada mirándolo, se acomoda el bretel del corpiño que le colgaba y se acerca a los labios del jugador para besarlo y reiterar—. ¿Qué pasó? ¿Hice algo mal?

La cara de Cristian cambio completamente y nego, sus ojos dejaron a la chica para mirar a su celular conectado a la televisión y ella lo siguió con la mirada, hasta que se dió cuenta.

Conocía la voz de su ex. Y lo entendió.

Se salió de encima de él para ponerse en frente de él, mirarlo por segundos sin evitar su cara amarga y entender que debería apagar aquella música. Lo hace y vuelve en frente de Cristian quién se hacía el desentendido y se levantaba a buscar su remera.

—¿No fue por lo que creo, no? —intenta creerlo, el está de espalda y se coloca la remera para negar.

Pero Carante sabía muy bien que sí. Le dió bronca en su momento como el hecho de solo escuchar la voz de su ex podía opacar todo.