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CAPÍTULO 12 | Los veintitrés

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CAPÍTULO 12 | Los veintitrés


Para mi desgracia cuando llegó a casa mis amigas seguían despierta y a la primera que veo es a Luana tirada en el sofá de la sala principal que se trata de levantar animada viéndome.

—¿Y? —pregunta ilusionada.

—¿Y Victoria? —ignoro su pregunta y su cara cambia y señala a la cocina, así que me tomo tiempo de caminar hacía la cocina para verla tecleando algo en su celular mientras se comía un pote de helado hasta que levanta su cabeza viéndome con una sonrisa y le cortó lo que va a decirme para hablar yo—. ¿Qué sabes que yo no?

—¿Bueno? ¿De qué me perdí? —cuestiona riéndose y camino para sentarme en el banco del frente de la isla.

—¿Cristian anda con alguien, no? —pregunto directa.

Y Victoria finge que se indigna o algún gesto de eso, me tenía hasta esta Nazarena Velez y responde más indignada.

—¿Por qué yo tendría que saber su vida sentimental?

—Por lo que me dijiste antes de que me vaya.

Victoria se queda en silencio y suelta la cuchara en la barra para suspirar y volver a mirarme cambiando drásticamente su ceño.

—¿Qué pasó? ¿Estaba con otra mina?

—¡No sé! —exclamo nerviosa por el momento bochornoso que pase, me quedo pensando en eso—. Creo que sí, tuve ese presentimiento horrible de que si, le dije que estaba afuera, tardo mucho en contestarme y me dijo que bajaría a verme osea... ¿Estaba con alguien? Seguramente.

Victoria permanece en silencio creo que sufriendo por mi tal vez, hasta que finalmente habla.

—No sé si anda con alguien, pero si que andaba una detrás de él. —finalmente confiesa y para mí sorpresa no es que mucho me impacta eso porque me la veía venir, Vico me mira con una mueca para jugar con sus dedos—. Estuvieron juntos ese día del boliche...   Pero no solos, osea estuvieron con su hermano y algunos chicos más.

Ahora tiene sentido su distancia por teléfono pienso. Capaz por eso no quiso que suba, da igual, menos mal que me fui antes de verlo bajar y ya lo bloqueé por la vergüenza que pase.

—Dios, ¿Soy muy estúpida, no? —pregunto pero se bien la respuesta, Vico hace un puchero y se levanta de su lugar para venir a lado a abrazarme—. Me voy a matar...

—Pensé que no te importaba más.

Victoria susurra contra mi cabeza y asiento, enojada. No sabía cómo explicar este sentimiento.

—No en ese sentido, solo quise ser agradecida y que quedáramos bien. —comento angustiada aportando—. Da igual, creo que yo también quiero estar bien con dios y el diablo, no se puede.

Ángel | Cristian Pavón [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora