La motocicleta de MoonBin paro frente a su departamento, DongMin fue el primero en bajar para ayudar al pelinegro subir hasta su piso. Su mejilla seguía lastimada y tenía un hematoma en su costilla, es que lo único que le provocaba era matarlo con sus propias manos por lo idiota, descuidado e imbécil que había sido.
MoonBin metió las llaves en la cerradura y abrió la puerta adentrándose a su hogar junto a DongMin. El peliazul dejo su cuerpo sobre el sofá y fue hasta la cocina para buscar el botiquín, el cual estaba posado sobre un estante.
Tomo una gasa y otros utensilios para limpiar la herida de su mejilla y conocer una pequeña venda para cubrir la marca. En su costilla hecho un poco de crema para golpes.
-¿MoonBin, hasta cuando tendré que estar así contigo?- dice de repente. - Ya he perdido la cuenta de cuántas veces he tenido que limpiar cada una de tus heridas.
-Puedes dejar de hacerlo si quieres.- responde.
DongMin lo mira por unos segundos y se levanta para dejar las cosas nuevamente en su lugar.
-¿Estás consciente que acabamos de escapar de las autoridades? Ahora estarán más pendientes de ti y en cualquier momento pueden detenerte.
- Es mi destino, no puedo hacer otra cosa.
-¡Si puedes! -exclamó frustrado.- Solo tienes 19 años, Bin. Eres demasiado joven como para desperdiciar tu vida en una cárcel.
El pelinegro suspira revolviendo su cabello.
-No sirvo para nada, DongMin. Si dejo lo que hago, estaré dejando también un pasado en el cual almacenó muchos recuerdos.
-Tus recuerdos permanecerán, MoonBin. Nunca está demás darse una nueva oportunidad, tienes una increíble voz, conseguirás mucho con eso, puedes incluso ser cantante. ¿Que tiene de bueno andar peleando o lastimandote?
-Es lo que mejor se hacer.-musito desviando su mirada.
DongMin negó lentamente sentandose a su lado y tomando su rostro para que lo mirase.
-No es lo único que sabes hacer, Bin. - dice con sinceridad.-Eres muy talentoso en otras cosas, no quiero verte tras unas rejas, ya ha sido suficiente, ¿Que a caso no tienes miedo?
-Deje de tener miedo hace mucho tiempo.
DongMin frunció sus labios posando su mano en la mejilla del pelinegro.
-¿Hay algo que me estés escondiendo? -cuestionó. -Tu sabes cosas de mi pero no sé nada de ti, es frustrante ver cómo todos te conocen como la palma de su mano y yo sea el único tonto que no sepa nada.
-No hay nada interesante que saber.
-¿Hermanos? - enarco una ceja. MoonBin lo miro por unos momentos.
-Tengo uno. -admitió. -Pero no me llevo bien con el.
-¿Por qué? - curiosó más en el tema.
-Porque no es completamente mi hermano, es mi hermanastro. Mi padre se casó con su madre cuando yo era un niño,el era residente de América por lo tanto no lo veía casi.
-¿Cómo murieron tus padres?- se atrevió a preguntar. MoonBin se tenso por un momento y DongMin supo que habia tocado un tema delicado, se acercó más al pelinegro para entrelazar su mano con la suya demostrándole que el estaba ahí para escucharlo.
MoonBin miro sus manos enlazadas y suspiro regresando al pasado, el cual había marcado considerablemente su vida.
-Fueron asesinados.-confesó.- Mi padre era un importante empresario de élite, tenía muchos amigos así como también enemigos,todo sucedió cuando yo tenía siete años. Mi padre tuvo que viajar a Estados Unidos por unos negocios, llegando al aeropuerto fue acribillado por otros tipos que esperaban por el, le dispararon dejándolo sin vida. -DongMin tenía un puchero en sus labios escuchando con su corazón roto la historia de MoonBin. -Mi madre se enteró cuando llamaron por teléfono avisándole, yo estaba con ella preparando un pastel, ella empezó a llorar y en ese momento la puerta de la casa fue derribada y varios hombres encapuchados entraron, mi madre me pidió que me escondiera en un almacén de la cocina donde entraba perfectamente. Cerro la puerta y después de un rato pude escuchar sus gritos y unos disparos.
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Sweet Bitter ᵇⁱⁿʷᵒᵒ
Fanfiction➼ DongMin es un estudiante de danza que llega a la Universidad de Artes de Seúl. Tiene una vida bastante cómoda y una personalidad encantadora. Sin embargo su mundo da un giro de 180 grados al entrar al mundo del misterioso y mujeriego, MoonBin. Un...