☆ 25°•

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DongMin cerró sus ojos sintiendo la lengua de MoonBin lamer todo su miembro, soltaba gemidos mientras la cabeza de MoonBin subía y bajaba entre sus piernas. Mordió su labio aguantando las ganas que tenía de mover sus caderas.

El pelinegro pareció leer sus pensamientos porque se alejo limpiando si boca, gateo hasta el peliazul sonriendole.

- Sabes jodidamente bien. - musito besando su boca, DongMin disfrutó del sabor compartido sintiendo su pene rozar con el de su novio.

-Bin... - murmuró sobre sus labios.- No aguanto, por favor.

MoonBin se alejó observando el rostro rojo deseoso de DongMin, aquella vista fue tan placentera para el.

-¿Tienes condones?- pregunto.

DongMin negó lentamente.

-Tengo pastillas.

-Nene, no confío en esas cosas.

DongMin trago saliva y rodeó su cuello acercando sus rostros.

-No te preocupes, seré cuidadoso. Se cómo tomarlas.

-¿Seguro?- el peliazul asintió.

-Confía en mi.

MoonBin dudo unos momentos pero al final termino asintiendo y sonriendole a su novio para volver a juntar sus bocas. DongMin acomodo su cuerpo al nivel del cuerpo de MoonBin para que este se acomodara entre sus piernas con mejor posición.

MoonBin tomó su pierna derecha y la guío a sus caderas seguida de la izquierda. DongMin automáticamente enredó ambas sobre el cuerpo del pelinegro.

-Si sientes que te estoy haciendo daño, dímelo.- advirtió.

-Está bien. - susurro.

MoonBin no dijo más y bajo su mirada a su entrepierna para tomar su miembro y alinearlo a la entrada del peliazul. DongMin se sostuvo de sus hombros observándolo fijamente.

Para cuando MoonBin entro por completo, DongMin soltó un jadeo por la enorme intromisión. Nada comparado con el juguete que había comprado, el pene de MoonBin era más grande, grueso y hacia que sus paredes se extendieran tanto hasta el punto de doler.

-¿Te duele?- DongMin asintió frunciendo sus labios.- ¿Quieres que salga?

-No, está bien, solo no te muevas.

MoonBin hizo caso y se quedó totalmente quieto, en su lugar empezó a dejar besos por su pecho y cuello para así calmar un poco su dolor. Al cabo de unos minutos DongMin movió sus caderas queriendo más de lo que MoonBin le estaba ofreciendo.

- Muévete.- pidió con un hilo de voz.

MoonBin asintió y salió completamente del peliazul para luego volver a entrar de un solo golpe haciendo que su novio soltara un sonoro gemido.

El resto fue lo que DongMin jamás se imaginó, MoonBin empezó a embestirlo con un vaivén lento y a la vez rápido,tocando su punto dulce y haciéndolo sollozar del placer. Aferró sus manos de su espalda abrazando su cuerpo sudoroso, gimíendole tan exquisitamente en su oído y dejando que el sonido de sus pieles chocar sea el único sonido en aquella habitación.

MoonBin tenía su cabello húmedo y caía en mechones sobre su frente, su boca estaba entreabierta gruñendo y gimiendo cosas al azar. DongMin arqueo su espalda abrazando más fuerte el cuerpo del pelinegro y dejando sus piernas caer a los lados para abrirlas con la flexibilidad que disponía. Su miembro chocaba contra el abdomen de MoonBin acariciandole por su cuenta.

-Agh... MoonBin, joder, si... - gimio con su voz aguda.

-Estas tan apretado, amor. Tan delicioso. - atrapó su boca en un desesperado beso mientras seguía embistiendo su pobre culo.

Sweet Bitter ᵇⁱⁿʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora