☆ 35°•

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La motocicleta de MoonBin estaciono frente a la entrada de la Universidad, DongMin fue el primero en bajar y encarar a su novio impidiéndole el paso.

- ¿Que fue todo eso? - pregunto cruzándose de brazos.

- Hablemos adentro, DongMin.- pidió el pelinegro.

-No, MoonBin. Quiero respuestas ahora. -insistió.- ¿Por qué trataste de esa manera a Jungkook? ¿Y de dónde lo conoces?

MoonBin miro al peliazul suspirando en derrota, DongMin era demasiado terco e insistente, sabía que no iba a ganar está batalla con su novio, y para evitar futuras discusiones, prefería decirle lo que quisiera saber.

-Es mi hermano.- confesó. -Hermanastro, mejor dicho.

-¿El que dijiste que jamás vino por ti? - MoonBin asintió.- ¿Y qué hace aquí?

- Vino a perder su tiempo, solo quiere hablar conmigo de no se que mierda, cree que con esas palabras estúpidas podrá hacer que le vuelva a tener el mismo respeto que antes.

DongMin frunció su ceño y golpeó el brazo de MoonBin sacándole un quejido.

-¡Auch! ¿Por qué fue eso?

-No actúes como un inmaduro, Moon. - le regaño.- Te comportaste como un patán cuando solo quería hablar. ¿Qué te cuesta ser educado por una vez en tu vida?

-Nene, no entiendes la situación, se lo que dirá y no quie .. -

- Me importa un beso tu opinión. - interrumpió- Además, el fue quien me ayudó ayer cuando salí corriendo en plena lluvia, me llevo a su departamento y me dio yogurt de fresa.

MoonBin enarco una ceja.

-¿Te fuiste con alguien que recién conoces y te dio yogurt de fresa? - cuestionó incrédulo.

-Si, y fue muy amable, me dio muy buenos consejos.- siguió comentando.- No sé lo que ha pasado entre ustedes, pero Moon, si vino desde muy lejos solo para arreglar las cosas contigo, entonces debe tener un buen motivo para eso. Nada pierdes en escucharlo, el primer paso para el cambio es aprender a escuchar a las personas, ya queda en ti en tomar sus argumentos o no.

El pelinegro quedó pensativo analizando detenidamente las palabras de su novio. Y en el fondo sabía que DongMin tenía razón, estaba actuando como un niño malcriado, pero el tenía sus razones, nada iba a cambiar el rencor que sentía en su corazón. Tendría que hacer lo imposible para poder olvidar todo aquello.

- Amor, solo inténtalo.- volvió a decir el peliazul posando su mano en la mejilla del pelinegro. -Si no lo quieres hacer por el o por ti, entonces hazlo por mi.

MoonBin frunció sus labios tragando saliva, observo fijamente los ojos avellana del peliazul y tras debatir mentalmente la respuesta, logro aceptarlo.

-De acuerdo, lo haré. Pero no prometo perdonarlo a la primera.

DongMin sonrió rodeando el cuello de su novio para acercar sus rostros.

-Me conformo con eso.- acepto.- Ven aquí, gran idiota.

MoonBin estuvo por quejarse pero los labios del peliazul chocaron con los suyos en un fogoso beso que hizo tragarse sus palabras.

Seguía sin entender como DongMin lograba hacerlo cambiar de opinión tan rápido. Era algo que jamás comprendería.













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El ensayo de baile fue el más complicado y difícil de todos. DongMin siguió cada paso que daba su profesora, pero llegaban momentos en los que perdía el equilibrio y no lograba sostenerse de ambos pies. La mujer estaba siendo bastante persistente y fija con su baile, a pesar de que DongMin se sentía cansado, no podías dejar de bailar.

Sweet Bitter ᵇⁱⁿʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora