☆ ️47°•

882 103 4
                                    

- ¿Es necesario esto?- pregunto por tercera vez en el día MoonBin, mientras era guiado por su novio por todo el centro comercial.

- Ya te dije que si.- le recordó el peliazul.- No puedes ir a un cumpleaños con las manos vacías, y menos si se trata de tu hermano.

MoonBin rodó los ojos y siguio caminando, DongMin se paraba en cada apartado viendo articulos y regalos diferentes para el hermano de su novio, MoonBin no parecía muy emocionado en comprarle algo pero aún así paro frente a una tienda de artesanías y cosas antiguas.

- Espera un momento.- le dice al menor entrando a la tienda.

DongMin entro junto a el observando cada cosa que había en los estantes, todo era muy bonito y se veía sumamente delicado a los ojos del peliazul. MoonBin fue hasta la sección de adornos y tomo en sus manos una pequeña esfera de cristal con unas hojas de otoño cayendo dentro, tenía especia de un campo y mar pintado adentro y al moverlo las hojas caían. El pelinegro sonrió.

DongMin lo observo sin decir algo y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

-Creo que esto le gustará.- indico mostrando la esfera.

-¿Tu crees?- cuestionó DongMin con una sonrisa y enarcando una ceja.

MoonBin lo miro y sonrió de lado suspirando.

- Ya se lo que estás pensando, solo me gustó el adorno no es como que asegure que esto le va a gustar.

- Claro, lo que tú digas.

DongMin se dio la vuelta hasta la entrada mientras esperaba que su novio pagará el regalo y lo envolviera. Al finalizar ambos salieron de la tienda siguiendo su camino. DongMin había optado por no usar la moto de su novio hoy ya que quería caminar con MoonBin un rato sin la necesidad de manejar un vehículo, MoonBin al principio se negó, pero al final termino aceptando la condición de su novio.








⋆ ⋆ ⋆ ★ ⋆ ⋆ ⋆










Cuando la noche llego MoonBin ya se había arreglado junto a DongMin, el peliazul insistió en qué debía ponerse presentable, el pelinegro simplemente se dejó ya que DongMin tenia está loca idea de que quizás hoy el y Jungkook puedan hacer "las pases" cosa que no creía posible, pero quién sabe.

- Listo, recuerda ser educado y no tan frío.- le recordó.

- Si, papá.- se burlo el mayor. DongMin enarco una ceja cruzándose de brazos.- Quiero decir, estaba bien, amor.

- Eso creí, vamos.- entrelazó su mano con la del pelinegro y salieron del departamento del peliazul para ir hacia el de la otra esquina donde vivía Jungkook.

Al estar frente al piso de Jungkook, DongMin le dio una mirada a su novio y tocó el timbre, segundos después la puerta fue abierta y el rostro de Tae se hizo presente.

- Oh, ya están aquí, me alegra verlos.- dice el azabache dándoles el paso. DongMin hizo una pequeña reverencia ante el oficial Taehyung, a excepción de MoonBin, quien solo hizo un asentimiento de cabeza.

Las únicas personas presentes eran ellos ya que el departamento estaba completamente vacío. Solo habían platos vacíos preparados en la mesa para ser servidos.

- Jungkook vendrá en un momento, está hablando por teléfono.- aviso el pelinegro.- Tomen asiento, no sean tímidos.

DongMin le sonrió al castaño y se acercó al sofá de cuero para sentarse, MoonBin por otro lado se mantuvo de pie observando las fotografías en la repisa de la sala, las fotos que estaban colocadas por orden de tamaño eran Jungkook en Nueva York y otras junto a Tae.

Sweet Bitter ᵇⁱⁿʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora