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MoonBin estacionó su motocicleta un rato después frente a una enorme casa cerca de un lago, DongMin podía sentir el retumbar de la música incluso en el piso. El pelinegro saco su casco y dándole una mirada juguetona al peliazul, emprendió camino hacia adentro de la casa con DongMin a su lado. El peliazul observaba todo con atención, la casa por dentro era enorme y estaba repleta de personas bailando y bebiendo como si fuera su última noche en este mundo.

-Mantente cerca de mi, y no aceptes nada de lo que te ofrezcan.- le advirtió el pelinegro.

-¿Por qué?

-Solo no lo hagas.

DongMin rodó los ojos y siguió su camino hasta que el más alto paro frente a un sofá donde estaban tres chicos fumando y una chica morena de mechas rosadas quien al ver al pelinegro se levantó para abrazarlo. Era latina por lo que DongMin pudo analizar.

-Me alegra verte, corazón.-dice la morena rodeando el cuello del pelinegro. MoonBin le sonrió tomando su cintura para sentarse en el sofá con la chica en sus piernas.

Jodida mierda, pensó DongMin.

-Nos tienes olvidados hermano. La universidad de niños ricachones te ha alejado de nosotros. -comento un chico rubio que por su acento, era americano.

-Solo cambie de aires no de vida.-recito mientras acariciaba las piernas de la morena. DongMin lo veía con disgustó, el pelinegro posó sus ojos en el peliazul haciéndole una seña para que se sentará a su lado. DongMin no quería estar cerca de el, así que opto por tomar asiento en un sofá más pequeño al frente.

-¿Quién es la niña?- pregunto ahora un chico de piel oscura, DongMin le vio un parecido a los raperos de Nueva York que cantaban en los metros.

-El es DongMin.-respondió sin dar otro detalle del peliazul.

-Y soy chico, no niña.- aclaro con obvia molestia en su voz.

El chico comenzó a reír contagiando al rubio.

-Lo siento, es que con ese suéter morado y ese cabello con mechones azules hasta un demente te confundiría con una chica.

-No seas malo, Jake.- dice está vez la morena en las piernas de MoonBin.

-Las chicas son más bonitas.- todos empezaron a reír y DongMin empuño sus manos desviando su mirada hacia otro lado.

MoonBin tenso su mandíbula por las risas hacia DongMin, pero no dijo nada. La morena se quitó de encima de el y se sentó a su lado para sacar un cigarrillo y pasárselo al pelinegro. DongMin vio todo aquello con desagrado, había sido malísima idea aceptar venir aquí con MoonBin, este no era su ambiente, ni su estiló. Todos aquí parecían perdidos en un mundo inexistente, el terrible olor a marihuana asfixiaba su pecho y las escenas tan desagradables de personas besándose y tocándose como dementes era una total asquerosidad para DongMin.

-¿Dónde está el baño?-pregunto, llamando la atención de MoonBin.

-En el segundo piso hacia la derecha.-respondió fumandose su cigarrillo.

DongMin se levanto del sofá dejando al pelinegro atrás y yendo hasta las escaleras para subir al segundo piso, paso entre la multitud de personas siendo empujado e insultado por estos mismos. Cuando por fin logro subir, camino hasta el lado izquierdo buscando el dichoso baño, abrió varias puertas en el pasillo pero solo lograba ver habitaciones siendo ocupadas por gente follando. DongMin ya estaba demasiado asqueado esa noche.

La última puerta blanca quedaba al final, se dirigió a ella y la abrió respirando con tranquilidad al ver qué se trataba del baño. No espero más y se adentro cerrando la puerta con seguro, así se aseguraría que nadie intentará entrar y hacer quien sabe que.

Sweet Bitter ᵇⁱⁿʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora