MoonBin caminaba de un lado a otro procesando lo que su novio le había confesado de manera precipitada, DongMin tomaba tranquilamente un vaso de yogurt esperando alguna otra reacción por parte de MoonBin.
El pelinegro detuvo sus pasos y se giro hacia el peliazul.
-¿Entonces estás diciendo que mi madre la que me abandono está viva y todo esté tiempo la tuve frente a mis narices?- cuestiona arrastrando cada palabra.
- Si lo dices de ese modo si, pero amor. Deberías escucharla antes de volverte un animal, tuvo sus razones y son completamente razonables.
MoonBin suspiro dejándose caer en el sofá al lado de DongMin.
- No se que pensar justo ahora.- musita mirando el techo.- Siento que cada día mi vida se vuelve una montaña rusa y solo quiero bajar de este jodido juego para poder pisar tierra firme.
DongMin deja el vaso de yogurt y se acomoda al lado de su novio.
-¿No te has puesto a pensar que quizás es una señal del destino?- el pelinegro lo mira confundido.- Primero tu hermano, lograste hacer las pases con el y arreglar las cosas, y ahora tu madre. Quizás la vida te está recompensando lo que has perdido con el tiempo, solo piensa de una manera positiva y no te cierres a las posibilidades.
- ¿Entonces que debo hacer?
DongMin toma su mano para entrelazarla con la suya.
- Escuchar, se que no tengo moral para decirlo porque jamás te escucho cuando estoy enojado. Pero eso nos ha llevado a múltiples discusiones. Y no quiero que pase lo mismo.
MoonBin se quedó pensativo acariciando la mano de su novio mientras pensaba en sus palabras, estos días su vida ha dado tantos giros que ni ganas tenía de enojarse o pelear con DongMin por haberle ocultado algo tan importante como eso.
-¿Entonces nos invitó a comer en su casa?- pregunta.
DongMin asiente.
- Quería decirte todo hoy y me pidió ayuda para que te llevará a la cena.
- Joder, no me siento listo para esto.
- Solo finge que no sabes nada y escucha lo que tenga que decirte, ¿Bien?
MoonBin lo miro y frunció sus labios para aceptar su propuesta. DongMin le sonrió y acercó su rostro para besar su mejilla.
Unas horas más tarde se arreglaron y dieron camino a la casa de la profesora donde toda la verdad por fin saldría a la luz.
La motocicleta del pelinegro estacionó frente al portón de hierro de la profesora Somi, DongMin bajo acomodando su suéter de lana azul con rosado, el cual le hacía ver un poco su barriguita pero no lo suficiente para sospechar algo.
DongMin entrelazó su mano con la del pelinegro y tocó el timbre de la casa a un costado de la pared de mármol. El portón hizo un sonido activando su cerradura y abriéndose de par en par, DongMin miro al pelinegro y tras asentir con la cabeza se adentrarón a la casa.
-¡Ya están aquí! Me alegra verlos.- exclama la profesora llegando a la puerta con un delantal rodeando su cintura.
- Gracias por la invitación, profesora.- dice el menor haciendo una reverencia.
MoonBin un poco serio hace lo mismo que su novio.
- No se queden ahí parados, pasen al comedor y sientanse cómodos.- ofrece con una sonrisa. DongMin le devuelve el gesto y jala el brazo de MoonBin hacia el comedor donde se sentaron cerca del otro.
MoonBin lucía tenso, lo suficiente como para no elevar su mirada para darle un vistazo a la casa de su "madre". Estaba conteniendose solo porque tenía a DongMin a su lado y porque si volvía a sacar sus impulsos probablemente le hiciera daño al peliazul, y el quería cambiar cada uno de sus malos comportamientos, pero también le resultaba difícil porque había crecido con esa personalidad déspota, arrogante y agresiva.
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Sweet Bitter ᵇⁱⁿʷᵒᵒ
Fanfiction➼ DongMin es un estudiante de danza que llega a la Universidad de Artes de Seúl. Tiene una vida bastante cómoda y una personalidad encantadora. Sin embargo su mundo da un giro de 180 grados al entrar al mundo del misterioso y mujeriego, MoonBin. Un...