54| Tu siempre estás.

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Greyson.

Aprieto los párpados al sentir el reflejo de la luz tratando de entrar a través de ellos, intento pasar una mano por mi rostro peor suelto un gemido al sentir una pequeña electricidad recorrer mi cuerpo, una parte de mi quiere abrir los ojos pero la otra se niega ya que no me acostumbro por completo a la luz.

Unos pequeños flashbacks invaden mi mente y trato de conectarlos para así poder recordar lo que sucedió después de haberme desmayado en el bosque por causa de la infección que contraje por el corte en mi pierna. Muevo la cabeza de un lado a otro al sentir unas manos retirar la máscara de oxígeno qué hay en mi rostro, abro los ojos de golpe tratando de acostumbrarme por fin a la luz, trago un poco de saliva al sentir mi garganta tan seca.

Miro mi cabeza un poco hacia la izquierda y sonrió sin mostrar los dientes desde que veo a Cotton tomando mi mano, esta sentado en una silla, vestido completamente de negro y tiene una gorra. Dejando de observarlo me percato de los moretones que tengo en mi brazo izquierdo, ¿Qué rayos sucedió?

—Bienvenida de vuelta Greyson.—La enfermera se coloca frente a mi.—Le diré a los demás que despertaste.—Sale de la habitación.

—Hola.—Le digo a Cotton con una sonrisa débil, el le da un corto beso a mi mano sonriendo feliz.—Tu siempre estás aquí.

—Eres mi persona, para ti siempre estaré aquí.—Deja un corto beso en mi mano.—¿Cómo te sientes?

—Cansada, ¿Cuantos días llevo aquí?—Pregunto confundida.

—Dos, feliz Año Nuevo.—Sonríe sin mostrar los dientes.—Operaron tu pierna, el torniquete improvisado retrasó la hemorragia que causó el corte al desgarrar tu aorta femoral pero no impidió que las bacterias entraran rápido a tu sistema, al parecer una rana venenosa anduvo por encima del hierro antes de que cayeras sobre el, esa infección hizo que se te coagulara la sangre, que te diera fiebre entre otras cosas pero ya estás bien.—Me sonríe.

—¿Y Bruno?—Preguntó en un susurro, el suelta lentamente mi mano colocándose poco a poco de pie hasta alejarse un poco de mi.

—Estuvo aquí hace media hora no se si se marcho, le interesa saber cómo sigues.—Muerdo mi labio inferior.

—¿Podrías ver si sigue aquí? Me gustaría verlo.—El me mira dudoso unís segundos, rasca su nuca y asiente, se acerca a la puerta tomando el pómulo entre sus manos, cuando va a girarlo la puerta se abre con rapidez. Bruno lleva un ramo de rosas en su mano, tiene media sonrisa y se nota algo cansado, esta vestido con ropa del trabajo y joder, que bien se ve.—Hola.—Le digo en un susurro con la voz ronca.—¿Cómo estás?

—Pues, mejor porque ya despertaste.—Entra a la habitación, se acerca a mi colocándose justo donde estaba Cotton hace pocos minutos.

—¿Quieres que te deje a solas con mi novia o me quedo a ver como ambos se coquetean entre sí?—Pregunta Cotton cruzándose de brazos, ruedo los ojos y suelto un suspiro.

—Estuve 26 horas pérdida en un bosque, aferrándome a sus brazos para poder vivir, me gustaría darle las gracias y saber cómo está, si te molesta que haga eso creo que no deberías está aquí.—Lame su labio inferior, sin responder sale de la habitación cerrando con rudeza la puerta detrás de él.

Bruno deja las flores a un lado de la cama, toma ambos lados de mi cabeza y comienza a regar besos por toda mi cara, deposita unos cuantos en mis labios y sonrió a mitad de ellos, se aleja de mi sentándose en la silla que está a mi lado, tratando de contener un poco la alegría de tenerlo a mi lado pongo una cara de felicidad moderada.

—¿Te sientes mejor? Joder, estaba tan asustado, no sabía que hacer.—Toma mi mano entrelazando nuestros dedos.—Solo te decía que te amaba y que por favor no me dejarás.—Frunzo el ceño.—Oh no...¿No recuerdas que nos dijimos que nos amábamos? Genial, ahora soy un idiota no puede...

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