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Greyson.

Ayer me escapé de Cotton, eso impidió que puédese venir a dormir a mi casa, el día de hoy en el instituto tuve que técnicamente suplicarle que me disculpará y también tuve que inventarme un montón de excusas absurdas con tal de que no se enojará conmigo y al menos me intentará creer, por supuesto no funciono así que le ofrecí tener una especie de cita el día de hoy. Un poco feliz el acepto sin dudarlo dos veces, me dijo que me llevaría a un lugar especial y en mis adentros solo me decía a mi misma que a los únicos lugares especiales que he ido a sido en compañía de Bruno, no quise arruinarle la creciente emoción que sentía dentro.

Hace pocos minutos termine de alistarme, me puso unos jeans gastados, una blusa de tirantes, un suéter y unas vans, llevo mi cabello suelto, algo de maquillaje, la verdad espero que no vayamos a ningún restaurante ya que no me vestí para aquel tipo de ocasión.

Por otro lado no he hablado con Ethan desde el sábado, desde aquel fatídico sábado donde volvimos a tener uno de esos horrorosos momentos, aún trato de descifrar la razón por la cual suceden, ¿Qué diablos sucede en mi vida últimamente?

Escucho el timbre, le doy una última mirada a Owen y me levanto del sofá, suelto un leve suspiro desde el instante que llego frente a la puerta, tomo el pómulo entre mis manos y la abro, sonrió débil al ver a Cotton con una enorme sonrisa. El lleva unos jeans negros, una camiseta negra,  y unas botas del mismo color.

Salgo de la casa y cierro la puerta detrás de mi, el se hace a un lado permitiéndome bajar los pequeños escalones que me separan de la entrada. A paso lento y con muy pocas ganas de ir comienzo a caminar hacia su auto, como todo un caballero el abre mi puerta, le agradezco con una corta sonrisa y entro en el. Con rapidez me coloco el cinturón de seguridad, veo como el rodea la parte delantera del auto, el entra e imita los mismos pasos que yo, enciende el auto y salimos con rapidez del vecindario.

Cotton coloca su mano en mi muslo y me da un ligero apretón.

—Me esforcé mucho para hacer la cita perfecta.—Dice emocionado.—Rente una habitación en el motel que está en las afueras de la ciudad, alquile un par de películas, compre un montón de dulces en fin, te encantará.

—Si.—Respondo sin ánimos, recuesto mi cabeza del cristal y me limito a mirar la luna, los árboles y las estrellas.

—¿Estás bien amor?—Acaricia mi muslo.

—Por supuesto.—Suelto un suspiro desde que noto que estamos en la carretera.

—Sabes que te amo, ¿Verdad?—Me quedo en silencio.—Y que seamos pareja nuevamente ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado, los días que no te tuve te extrañe mucho y al parecer tú a mi ya que cambiaste mucho.

—Si, lo mejor por nuestra relación.—Le respondo en el mismo tono.

—Adoro que hayas cambiado, las cosas están marchando perfectamente entre los dos.—Dice feliz.—¿Me amas, Greyson?

—Si, claro que te amo.—Cierro los ojos, el se queda en silencio y comienzo a imaginar la primera vez que salí con Bruno.

Recuerdo cuando llegué al restaurante, me sentí incómoda al ver a Ryan, el intento saludarme pero yo me alejé un poco demostrándole que no me gustaría. También recuerdo que comimos happy Brownies, joder y como olvidar cuando creí que aquel puto sartén era Winnie The Pooh, me pego tan fuerte en la frente que me hizo volver a la realidad. Bruno me llevo al hospital, estaba dormida en el asiento trasero de su auto, tomo mi mano cuando me suturaban y me hizo un flequillo improvisado para ocultar la cicatriz.

En ese instante todo se volvió diferente entre nosotros, yo odiaba los abrazos pero los suyos me daban paz, sus brazos rodeando mi cuerpo me daban calor, calidez y yo me negaba a sentir esas cosas por el digo, el era solo una puta venganza y ahora es la persona que quiero cuidar sin importar nada.

HABITUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora