Después de haber durado una semana haciendo absolutamente nada en casa mi pierna ya ha curado lo suficiente así que puedo volver a ponerme los tacones negros y regresar al instituto. Nada me causa más felicidad que estar de vuelta y es que aunque mis amigas me mantuvieran al tanto de casi todo nada se compara con estar aquí para recuperar mi título de reina.
Actualizándolos un poco mi padre se ha unido más a Bruno de lo que esperaba, al parecer darle el dinero que necesitaba para arreglar su auto formó un buen vínculo entre ellos. Por otro lado el vínculo entre los dos se ha fortalecido un poco, incluso mi padre le permitió quedarse a dormir hace un par de días y si, hicimos el amor durante casi toda la noche y puedo jurarles que fue una de las mejores noches de mi vida.
Volviendo a la actualidad decidí no conducir el día de hoy así que vine con mi padre ya que aún sigo sin dirigirle la palabra a Owen, se que se preguntan el motivo por el cual aún no le hablo si hice las pases con su madre, imagino que deben saberlo y es que somos hermanos, se supone que nos contamos todo y el me guardo ese secreto así que le aplicare la ley del hielo hasta el día de la boda.
Otra cosa que me causa felicidad es que estoy utilizando el nuevo uniforme, a la otra yo le hubiese molestado las pantimedias negras ya que hubiesen ocultado mis largas y hermosas piernas pero la nueva yo se siente contenta de que este nuevo uniforme oculte la cicatriz qué hay en mi muslo, aún no me adapto por completo a ella y si lo sé, debo trabajar en ello.
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Tomo mi bolso Louis Vuitton con mi mano izquierda, con la derecha acomodó la chaqueta negra, nuevo mi cabeza de un lado a otro para darle más volumen a mi cabello. El día de hoy me maquille y peine como solía hacerlo cuando era toda una diva y a pesar de estos últimos meses no usaban maquillaje pues ahora si, brillo labial y algo de sombras ayudarían a mi rostro a lucir mejor.
Examinó a todos los estudiantes con la mirada, la mayoría están sorprendidos de verme de vuelta tan pronto y es que después de haber escuchado el montón de medicamentos que me dieron los médicos antes de llevarme al hospital creyeron que no estaría viva o peor aún, que no volvería.
—¿Estás feliz de estar de vuelta?—Pregunta mi padre mientras comenzamos a caminar por el pasillo.—Te queda perfecto el nuevo uniforme.
—Gracias.—Le respondo.—Lastima que con estas pantimedias no podré follar en las aulas del instituto.—Le digo mientras me acerco a mis amigas y lo dejo detrás de mi.
—Espera, ¿Qué?—Suelto una leve risita al escuchar su reacción.—Greyson.—Me llama pero decido ignorarlo, al llegar a donde las chicas las abrazo fuerte ya que si, las extrañe.
—Estás hermosa.—Me responde Lea.—Al parecer el bosque volvió a sacar la parte perra de ti.
—Puede ser.—Me separo de ellas y sonrío sin mostrar los dientes.—¿Cuando todos dejarán de mirarme de esa forma?—Pregunto en un susurro mientras saludo con la mano a los que me saludan.
