14| Aclaración y Confrontación.

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Bruno.

Los domingos quería crear la rutina de ir al boxeo, me hubiese gustado comenzar a dedicarme a algún deporte ya que debe el baloncesto por cuidar a mamá pero, sus quimioterapias la movieron para los domingos ya que el hospital estaba saturado de pacientes y la comodidad de los enfermos especiales es primordial así que ya no podré dedicarme a practicar ningún deporte, no tendré el tiempo suficiente. Para mi una de las cosas más importantes en mi vida, bueno, la cosa más importante es mi familia, Begoña y mi madre son lo único que me queda, lo único que tengo y me dolería perderlas a ambas así que me encargo de cuidar a mamá para que Begoña pueda estudiar tranquilamente. La posible ayuda de Greyson la tiene tan emocionada que deja hasta de dormir para estudiar, aunque por otro lado mi discusión con Greyson me ha mantenido pensando todos estos días, una parte de mi quiere escribirle y verla pero antes de eso tengo que aclarar muchas cosas, mi mente esta horriblemente repleta de cosas y se me hace difícil procesarlas a la vez, necesito dividirlas para así poder tener al menos control sobre 3 de esas cosas pero no, ellas hasta ahora tienen más control que yo.

Deposito un corto beso en la mano de mi madre, ella abre lentamente los ojos, su mirada choca con la mía y le regalo una leve sonrisa de aliento, con su pulgar acaricia mi mano dándome a entender que acato lo que quise dejarle entendido, vuelvo a besarla esta vez para ocultar las futuras lágrimas que caerán por mis ojos. Esta es la antepenúltima quimio de mi madre, después de esta le harán análisis para saber si el cancer ya salió definitivamente de su cuerpo, Begoña al igual que yo nos hemos mantenido orando y pidiendo porque así sea, ambos extrañamos a nuestra alegre madre ya que poco a poco el Cáncer la ha consumido por completo.

—Creí que habías ido por un café.—Dice, con las mangas de mi abrigo limpio mis lagrimas antes de levantar la cabeza y volver a mirarla.

—No me quiero separar de ti.—Le respondo con un hilo de voz.—¿Cómo te sientes?

—Muy bien cariño.—Sonríe débilmente.—Estaba tratando de descansar pero el ruido de tus pensamientos no me dejan dormir.

—¿Disculpa?—Le pregunto confundido.—¿A que te refieres?

—Tienes un montón de cosas en la cabeza cariño, no te están dejando ser tú por completo.

—¿Cómo sabes eso?

—Soy tu madre Brunito.—Dice como si fuese obvio.—Cuéntale a mamá que te sucede.

—¿Segura que puedes hablar? No quiero que te esfuerces.—Ella ríe débilmente.

—Hijo, es mi antepenúltima quimio, me siento con más fuerzas que nunca para que esta mierda acabe.—Rio en el mismo tono.—Así que dile a mamá que te sucede.

—Estoy saliendo con una chica.

—¿Con Greyson?—Niego con la cabeza.

—No, se llama Taylor.—Forma una O con sus labios.—A Greyson la conocí hace un mes, todo fue como cosa del destino, la primera vez que la vi no le presté atención, la segunda nos topamos en el gimnasio y desde ahí la vida se ha empeñado en que la encuentre en cada maldito lugar. —Le digo.

—Continúa...

—Al inicio Greyson me caía mal, es la típica niña rica, engreída, mimada, arrogante, poco amable y...

—¿Y? ¿Solo tiene cosas negativas?

—No, sabe hacerte reír, es muy agradable cuando no anda de sangrona y al mismo tiempo inocente.—Digo con una enorme sonrisa.—En fin, el otro día estaba con Taylor...

—¿Tu novia?

—Si, mi novia.—Le afirmó.—Entonces mientras la besaba solo pensaba en Greyson.

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