3| Baylee Adams.

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Greyson.

La voz de Daniel Caesar inunda mis oídos, las chicas han estado llamándome pero no quiero verlas hoy, debo ponerme al día con los deberes de la escuela ya que la venganza no puede distraerme de lo importante que es mantener mi perfecto promedio ante todo el instituto. Mis día favorito de la semana es el sábado, papá casi nunca está en casa así que puedo usar su despacho para realizar mis tareas. Aunque en mi habitación tengo un escritorio y casi todo lo necesario me gusta más su oficina, es casi una réplica exacta de la del presidente en la Casa Blanca, cuando estoy aquí me gusta colocar música de Daniel y distraerme un rato.

Mi fachada de los sábados por la mañana es sencilla, después de la ducha me coloco mis cómodos pantalones de dormir, unos calcetines y algún abrigo que haya olvidado mamá en su proceso de mudanza. Aunque la deteste a ella me gusta usar su ropa, me da comodidad y algo de paz.

Escucho pasos, observo hacia la puerta donde esta Cotton de pie, lleva unos pantalones gastados y una camiseta gris, lame su labio inferior al verme sentada frente a él, le pedí que viniera ya que necesito que mis neuronas comiencen a trabajar y que mejor manera de que trabajen con la sexo.

Dejo el lápiz sobre la libreta y me levanto, al acercarme a él rozo unos segundos sus labios con los míos, antes de que pudiera besarme me alejo de él saliendo del despacho, siento sus manos en mi cintura, me da un giro rápido haciendo que quede frente a él. Me coloco de puntillas y levanto mis brazos con intención de que me cargue, sosteniendo mi trasero me levanta, enrollo mis piernas en su cintura y coloco mis brazos alrededor de su cuello.

Intenta besarme pero hecho mi cabeza hacia atrás, con cuidado sube la escaleras y camina lentamente hasta llegar a la última habitación, a la mía, a esa solitaria que está al final del pasillo. Cierra la puerta detrás de él, quita una mano de su trasero y le coloca el cerrojo, a paso lento se acerca a la cama, me lanza con algo de agresividad a la misma, sus ojos se centran en mi cuerpo, muerdo mi labio inferior y tomo las orillas de mi pantalón para bajarlo hasta después de mis nalgas, levanto un poco el trasero y las piernas para que así el termine de sacarlo, agarra los bordes y termina de retirarme el pantalón.

Levantando un poco mi cuerpo me quito el suéter y dejo todo mi cuerpo al aire, si mirada se torna dura, me mira con deseo y con muchas ganas de comerme, abro mis piernas dejándole a la vista todo mi coño. Con sus pies se quita los zapatos y después baja sus pantalones, me sorprendo al notar lo duro que se ve debajo de esos apretados bóxers Calvin Klein.

Con cuidado se sube sobre mi, toma su miembro con una de sus manos mientras se apoya del codo con el otro brazo, entra con brusquedad y con una fuerte embestida, suelto un fuerte grito al sentir la electricidad recorrer mi cuerpo, sus labios atrapan los míos, se afinca sobre ambos codos mientras que yo envuelvo mis piernas en su cintura apretándolo más a mi, aferrándome más a él.

—¿Como va tu plan?—Pregunta en un gemido, levanto la cabeza dándole acceso a mi cuello, su lengua recorre desde mi barbilla hasta la parte más baja de mi cuello.—¿Mmm?

—Fui...—Me da una fuerte embestida.—Fui al restaurante pero no puedo acercarme a él por esa vía.—Tomo su cabello con una mano apretándolo fuerte, con la otra araño su espalda.—Al parecer tienen un protocolo estricto que no les permite socializar con los clientes.

—O de seguro no le pareciste lo suficientemente atractiva.—Con ambas manos empujó su abdomen hasta que parte de su pene sale de mi interior, lo miro con mucho cinismo.—¿Que?

—¿Lo suficientemente atractiva?—Le preguntó.—Cotton, ¿Acaso no me has visto bien? Claro que le parecí atractiva, tan sólo mírame, soy sumamente hermosa y tengo un cuerpo envidiable además, ¿Ves mi cabello? Es tan lacio, hermoso y nutrido que hasta parece de mentira.—Digo enojada.

HABITUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora