➵ No lo acepto

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❝El dolor mas intenso no es físico; es aquel que te roba la ilusión por la vida

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❝El dolor mas intenso no es físico; es aquel que te roba la ilusión por la vida.❞















"—¡Bakakashi y Rin están en peligro! ¡también Hinata!"

Basto esas palabras de cabeza de espiral para que su cuerpo reaccionara alarmado, gracias al cuerpo prestado  de cabeza de espiral logró romper la enorme pared que bloqueaba la salida, ahora se encontraba saltando entre las ramas de los árboles lo más deprisa que sus piernas podían.

Para empeorar la situación supo que Minato-sensei o Fugaku-sensei no estaban con ellos. Lo único que quedaba era darse prisa y ayudarlos.

De repente sintió un punzante dolor en su ojo, una difusa imagen de Hinata que no pudo comprender apareció en su mente, por inercia llevo su mano a su cuenca vacía, extrañado por lo que había visto. Sacudió la cabeza, seguramente no era nada. 

Una fuerte explosión unos metros adelante lo hizo detenerse, el lugar de la explosión debía tener un río cercano porque pequeñas gotas de agua como una llovizna empezaron a caer. Apretó los puños y corrió en esa dirección, estaba seguro que hay estaban sus amigos, no necesito siquiera escuchar la afirmación de cabeza de espiral.

«Kakashi, prometiste que las protegerías» corria más rápidamente «Espérame Hinata ¡Ya casi llego!»

Salió de la alborada llegando al lugar, pero lo que vio al alzar la mirada lo dejó estático.

Hinata siendo atravesada por una espada a manos de un Ninja, frente a ella Kakashi intenta sostenerla fallando en el intento. El cuerpo de Hinata cae hacia atrás y el espanto en el crece reflejándose en su expresión, segundos después Kakashi también cae.

«No» Una quemante sensación empezó a arder a través de su sangre, su pecho se oprimió dolorosamente.

"—Obito-kun"

"—Arigatou, Obito-kun"

"—Yo te admiro, Obito-kun"

Cientos de recuerdos de Hinata empezaron a invadir su mente, escuchó su voz como un suave eco en su cabeza, sintió en su piel los delicados dedos de Hinata acariciar su rostro, vio sus amables sonrisas y brillantes ojos. Fue como una rápida película, finalmente terminó en un recuerdo de Hinata sonriendo observando el cielo estrellado y luego girando a verlo brindándole una dulce sonrisa.

Su cuerpo empezó a temblar y retrocedió un paso.

—¡Rayos, ese idiota la mato! — gritó uno de los Ninjas enmascarados

Camino carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora