➵ Sentimientos no expresados

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❝Todos tenemos nuestro intenso y privado apocalipsis❞

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❝Todos tenemos nuestro intenso y privado apocalipsis











Cuando Kakashi despertó Minato estaba junto a él al igual que Rin, esta última con una expresión preocupada en su rostro.

—Que bien que despertaste — un suspiro de alivio escapó de los labios de la castaña

Miro a los lados, desorientado.

—¿Y... Obito? 

La castaña apartó de inmediato la cabeza, lagrimas brillantes asomándose en sus ojos que luchaban por salir.

—Lo siento Kakashi, no pude estar ahí — el aludido miró a su Sensei, y la pequeña esperanza de que todo hubiera sido una mala pesadilla se derrumbó

Obito habia... Obito habia... su mano fue a su ojo izquierdo, ese ojo que no era suyo y le fue entregado por su compañero para ver el futuro que no podría ver.

Obito habia muerto salvandolo.

"—Onegai, regresen a salvo"

Sus cuencas se expandieron al escuchar esa voz como un eco resonando en su cabeza.

«Hinata»

¿Como se lo explicaría? No estaba siquiera seguro poder verla a la cara. Sus puños se apretaron.

«¡Kuso! ¿por qué lo hizo? ¡Fui yo quien debió ser aplastado por esa roca, no el!»

"—¿Po...porque? ¿Por que lo hiciste? — demando saber, lagrimas empañando sus ojos

—Por ... que— una mueca de dolor destello en sus facciones — Hinata llorara si mueres "

Apretó los dientes «Idiota» tenía unas grandes ganas de golpear algo, regresar y enfrentar a esos Ninjas que los habían atacado posteriormente.

Si lo que quería era evitar las lagrimas de Hinata ¡no debía salvarlo en primer lugar y salvarse el!

Si lo que quería era evitar las lagrimas de Hinata ¡no debía salvarlo en primer lugar y salvarse el!

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Hinata esperaba en la puerta de Konoha, cruzado de brazos a su lado Azuma le hacía compañía. Llevaban un buen tiempo ahí y pensaban seguirlo hasta ver que las personas que esperaban atravesaran las altas puertas de la aldea.

Distraídamente la peliazul jugaba con sus dedos, un acto que en antaño era por su timidez ahora se calificaba por nerviosismo. Un nerviosismo justificado.

Asuma la veía de reojo y sonreía de lado levemente al ver la expresión nerviosa de su compañera. Habían tenido una larga conversación, ambos dejaron ir aquello que encerraban, liberaron las emociones que los golpeaban desde la muerte de Isamu, se dieron cuenta que retrasar lo que podría hacerse hoy al mañana podía hacer que se arrepientan, por eso al tocar ese tema Asuma le aconsejó a su amiga que lo mejor era que confesara lo que sentía, si se lleva un rechazo en el camino eso le ayudará a madurar como persona y dejar de estar atrapadas con esos sentimientos, aunque honestamente Asuma dudaba un rechazo, no lo aseguraba sin embargo se habia dado cuenta la manera en que Obito Uchiha mirada a su compañera, igual a Isamu, la única diferencia es que el pelinegro aun seguía enganchado con sus viejos sentimientos por Rin y no se daba cuenta de lo que en verdad sentía.

Unas siluetas se distinguieron por el sendero de tierra, iban a paso lento. Hinata mordió su labio inferior, ansiosa. La sonrisa que empezaba formarse en sus labios se congelo al ver solo tres de lo que alguna vez fueron cuatro personas.

Una faltaba.

Kakashi que iba con la vista en el suelo alzo la cabeza al sentir una mirada sobre el, su mirada se encontró con la de Hinata. Los ojos perla expresaban temor y negación, pidiendo silenciosamente con una simple mirada que estuviese equivoca en la deducción de su mente, pero Kakashi no podía decirle eso, no podía engañarla cuando la realidad era tan triste y evidente. El equipo Minato se detuvo frente al equipo Fugaku, el Namikase quedó unos pasos atrás observando la escena con tristeza.

Kakashi se detuvo frente a Hinata, su miraba baja, su cabello caía sobre sus ojos ocultandolos, creando una sombra.

—Ya no está — su voz fue como un murmullo que danzo en el aire hasta atravesar como una estaca los odios de la Hyuga

La mano de Hinata que estaba apretada en un puño frente a su pecho cayó a un costado de su cuerpo, sus ojos abiertos empezaron a ser cubiertos por un manto cristalino, sin la fuerza para contenerlas las lágrimas bajaron lenta y silenciosamente de sus mejillas, ningún sonido escapó de sus labios, sus ojos expresaban el sufrimiento que no era capaz de articular. 

Alguien se acercó a ella y la abrazo por los hombros. Con la vista borrosa Hinata pudo distinguir un cabello castaño. Rin.

Su llanto silencioso fue peor que escuchar gritos de dolor, el dolor en su expresión era como ver el sufrimiento de su corazón.

Observandolas sin emitir algún sonido o mover algún músculo Kakashi no supo como actuar, la impotencia, dolor, enojo, tristeza, tantas emociones negativas que eran como un tornado en su interior. Una punzada en su ojo izquierdo lo hizo llevar la mano derecha a el, inevitablemente recordando que ese ojo no era suyo.

Ese ojo le fue entregado por Obito para ver un nuevo futuro.

Pero en ese momento Kakashi se cuestionaba ¿Qué futuro? tenía ese ojo especial y lo unico que podia ver era oscuridad, como un augurio de que ese solo era el comienzo.

Y no quería pensar eso, quería olvidar que su compañero de equipo habia muerto en su lugar, quería borrar de su memoria lo sucedido con su padre, quería borrar cada rastro de soledad y tristeza de su corta vida. Pero no podia, porque esa era la vida que habia escogido.

La vida de un Ninja.

Una vida llena de batallas y manchada de sangre.

Una vida que bailaba con la muerte constantemente.

Una vida de tristeza.

Esa era la vida que escogió, el camino que decidió recorrer.

Camino carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora