❝Mi dolor se convirtió en tristeza y mi tristeza en ira. Mi enojo se convirtió en odio y olvide como sonreír❞
—¿Puedes comprender lo que tus acciones han causado? — la cruda voz de un anciano que destilaba desprecio rebotaba en la amplia habitación, su larga cabellera blanca caía con gracia en su espalda, sus ojos eran tan blancos que a diferencia de ella realmente parecía estar ciego, su rostro está marcado por las arrugas de los años, y su expresión dura como una piedra no cambia en ninguno de sus gestos
Hinata simplemente lo escucha, con una expresión en blanco, repitiendo sus palabras en su mente como una grabadora.
No está segura de cuánto tiempo lleva en esa habitación, escuchando como despotrican en su contra, culpándola de las desgracias que incluso no tienen que ver con ella. Casi parece que disfrutan el destrozarla con sus palabras, golpeando su conciencia de que por su causa sus dos padres ya no están, recordándole que todo lo que ella es se lo debe al apellido Hyuga.
Pero está acostumbrada.
El desprecio.
El sentimiento de soledad y las miradas recriminadoras que parecen decir que su existencia es solo un error del destino.
Si, está acostumbrada. Debería estarlo ¿no?.
Eso es lo que se quiere decir, que con el pasar de los años se ha vuelto inmune a las palabras venenosas y los ojos afiliados cuyas miradas son peor que las palabras, realmente quiere creerse a sí misma que esas palabras no le importan, que su conciencia no debe sufrir por lo que digan personas que jamás se tocaron el corazón para verla como un ser humano. Pero la realidad es más retorcida, la realidad es que aunque se esfuerce y trate de hacer oídos sordos y forrar su corazón en una gruesa capa al final no es lo suficiente fuerte para ignorarlos.
Con cada silaba, con cada palabra, es como si pequeños fragmentos de su alma se fueran rompiendo, eran como pequeñas migajas que al ser constantes terminan formando un gran montaña.
"—Hinata, cariño. Tu eres fuerte, puedes soportar lo que sea"
Aquellas palabras que sonaron como un susurro en su cabeza se revolvieron en el eco de las demás voces. No recuerda muy bien quien le dijo esas palabras, pero supone que se trata de su madre.
Es irónico que esas palabras vengan en esa situación, y de verdad quiere escucharlas, quiere demostrar que su mamá no se equivoca, pero...
—Desde un principio supe que Hana no debía seguir con el embarazo, al final terminaste consumiendo su vida. Y, Hiashi, jamás escucho lo que decíamos y simplemente te dejaba a la libertad. — Otro anciano dijo, tenía algunos cabellos castaños y su cabellera era un poco más corta llegándole debajo de los hombros — Le dijimos que no lo hiciera, que simplemente te dejara y luego volviera a tener un hijo, uno que no fuera un fracaso; ese hombre no escucho. Al final el y su esposa caminaron a su propia destrucción — una cínica sonrisa se ladeo en sus agrietados labios — Unos verdaderos tontos que al final resultaron una mancha más del clan
ESTÁS LEYENDO
Camino carmesí
Sonstiges→ Te convertiste en lo mas importante para mi, y sin darme cuenta, ya te amaba ¿sera muy tarde para expresar mis sentimientos?