Capítulo 42: Ático.

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-Pásame el gancho.-decía Nathan.

Mis padres aprovecharon de su tiempo libre para irse, Liam desapareció, Heather hoy estará en una fiesta con Cárter y Nathan y yo tenemos un asunto en el ático.

Que Sábado mas productivo y divertido de la historia.

Agradecía de tener a alguien que me acompañara para arreglarlo. Realmente me aterraba un poco lo que podríamos encontrarnos ahí arriba, tal vez ratas, tarántulas o hasta una plaga.

-¿Qué crees que haya ahí arriba?-me preguntó Nathan mientras abría la buhardilla.

-¿Humedad?-dije dudosa.

Nathan rodeó los ojos.-Piensa en algo más estremecedor.

-Mmm...-pensé y me acorde de aquello en el asiento trasero del auto de Stephen.-...Un cadaver en descomposición, con ratas del tamaño de un Dálmata, y encima de él una abeja mutante.

Nathan me quedó viendo.

-Que dato tan turbador, pero con la abeja lo suavizaste.-logró abrir la buhardilla y salieron disparadas las escaleras hacia abajo.-¿Primero las damas?-me preguntó.

-Si quieres.-dije y me acerque a las escaleras.

-Bien, si nos preguntan quien encontró el cuerpo primero, tú serás la que recibirá las preguntas.-dijo mientras subía.

-Que buen momento para decirlo.

Subí las escaleras y con la linterna de mi celular apuntaba para ver lo que había alrededor.

Telarañas, cajas, una gran ventana por la cual apenas y entraba luz, objetos, juguetes tirados y dos grandes estantes de libros.

-Despejado.-dije y subí por completo, quitando de mi cara algunas telarañas.-De esta ventana no pasa absolutamente nada de luz. Que raro ¿no?

-Esta nublado. Tal vez es eso.-Nathan veía a su alrededor al igual que yo.

Note que la misma ventana estaba un poco abierta, quien sabe desde cuando estaba así. La abrí por completo y mire hacia el vecindario, dejando pasar un poco de luz y aire fresco, ya que parecía que algo se estaba pudriendo aquí.

Tosí un poco al soplar sobre la estantería.

Tarada. Que esperabas. ¿Recibir el aliento a fresas de tu novio?

Claro.

-Pues no hay un cuerpo pero, hay un murciélago muerto.-dijo Nathan al fondo.

Lo mire y me acerque.-Dios, esta enorme.

Y vaya que lo estaba, al igual que un poco de sangre derramada.

-Seguro es lo que provoca el mal olor.-dijo.-Ire por una bolsa y cosas para limpiar.-dijo tomando mi hombro y después bajo.

Deje de ver al pobre murciélago que descansaba en mi ático muerto y me llamo la atención ver algo más. Una tela de color durazno estaba sobre el suelo, cerca del murciélago, me agaché para tomarla, estaba algo escondida debajo de una caja. Tire de ella y la vi, era una blusa que me había obsequiado Heather para que mi ombligo conociera el sol. Cosa que nunca pasó. No tenía mucho que me la había dado, fue cuando termine con Lucca y ella quería que me demostrara firme y con cordura.

Pero nunca hubo necesidad de usarla ya que yo siempre me mantuve a flote. Además era muy provocativa. Pero la cosa era que... yo había dejado esa prenda en mi closet desde entonces. Era extraño encontrarla aquí, si ha pasado tanto tiempo desde que no abrimos el ático. Y no parecía tan sucia. No llevaba mucho aquí.

𝑼𝒏 𝒓𝒆𝒄𝒆𝒍𝒐 𝒆𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora