Mis padres partían, una semana yo y Liam solos, no hermanos la clase de hermanos que eran un desastre, claro, refiriéndome al ámbito de hacer fiestas o cosas así, somos un desastre diferente, pero de cualquier manera mantendríamos la casa en orden.Eran las 9:00 de la mañana y mis papás se acababan de ir, nos despedimos y ayudamos a subir sus maletas al auto, irían a Mónaco. Por un lado si hubiese querido ir, pero era algo en pareja que preferiría que se fueran ellos solos a disfrutar. Por mi parte me la pasaría con mis amigas, mi hermano y por supuesto Nathan.
Mi segundo día siendo su novia. Jamás creería que aquel amigo de mi hermano que en la vida le dirigí la palabra terminaría siendo mi novio. Y no puedo parar de pensarlo.
Desayune cereal a solas porque Liam se apresuró porque tenía que salir a hacer algo. Tuvo que ir a la universidad a recoger algo. Quedamos en que nos veríamos en la noche, ya que hoy por ser cumpleaños de Jade no lo vería durante el día.
Claramente le mande un video a Jade felicitándola, cumplía diecisiete, mis amigas siempre me han ganado de edad pero sin duda mentalmente a veces yo parecía la mayor entre las tres.
Después de desayunar, tomé un baño. Tenía dos horas para apurarme ya que a la una iría a la casa de Jade. Ella no quiso hacer nada, como cada año, y sus papás siempre en su cumpleaños solo le dejan un pastel, un regalo muy caro y una carta. Es desgarrador ver lo qué pasa durante los años. A veces me dan ganas de adoptarla, ¿quien no quisiera a Jade como hija?. Es bellísima, talentosa, inteligente y bastante amable.
Decidí ponerme unos shorts, una camisa roja y dejarme el cabello suelto. Tenía tiempo de sobra así que decidí marcarle a Nathan antes de irme.
Me acosté en mi cama y le marqué por videollamada.
Me daba suspenso pensar que en cualquier momento contestaría. Era un nuevo sentimiento.
-Hola nena.-dijo al contestar.-Uff, oye que guapa eh.-dijo.
-Gracias, voy a salir.-dije.
-¿Ah si? ¿Y con quien?-preguntó, haciéndose el celoso.
Sonreí.-Estaré con Jade y Heather todo el día, ¿tu que harás?-pregunté.
-Bueeeno, cosas de chicos cool. Ya sabes.-Dijo.-Felícitas a Jade de mi parte, por cierto.
-Si, yo le digo.-dije.-Oye ¿mañana si me vas a acompañar...?
-Si Rey yo te llevo al doc.-dijo terminando lo que le pediría.
-Bien, la cita es en la tarde.-agregue.
-Ahí estaré. ¿Ya se fueron tus papás?-preguntó.
-Si hace un rato, igual Liam, todos me dejaron.-dije exagerada y dramática.
-¿Quieres que vaya?-preguntó pícaro.
Lo mire sería.
-Será luego.-dije.-Quiero apresurarme para llevar a envolver el regalo de Jade. ¡Te quiero!
-Y yo a ti nena, ¿No quieres que te lleve?-ofreció.
-Esta bien, en menos de diez minutos ya estaré con Jade.
-De acuerdo, y ya sabes...-dijo antes de colgar.-...cuando quieras compañía sabes a quien llamar.-dijo chistoso.
-Claro...-dije sonriendo.-...Te hablo luego.
Colgamos.
Nathan sabía hacerme reír, y eso es algo que aprecio mucho de él.
De inmediato vi mi muñeca, detallada con el brazalete que me dio Nathan. Era preciosa, sencilla, delgada y bonita. Como él me dijo una vez que era.
Me vi en el espejo una vez más para saber si irme así o cambiarme. No estaba convencida. Termine quitándome la camisa y buscando otra que ponerme. En ese momento recibí una llamada.
Era Stephen.
Tome una camiseta igual roja y contesté.
-Hey.-dije.
-Que tal. ¿Cómo estás?-me preguntó.
-Bien, ¿y tú?-pregunté.
-Excelente en realidad. Ya regresaste ¿cierto?-preguntó.
-Si, desde el miércoles.-dije.-Entonces... ¿todo bien después de tu accidente?-pregunté recordando aquella vez que me colgó.
-Si solo fue un error en el trabajo pero todo bien.-dijo.
-Si bueno me había quedado muy desconcertada King, no lo vuelvas a hacer o llamo a la policía.-dije sarcástica.
-No hará falta.-dijo en seco.-...y ¿que haces?
-Estoy a punto de salir con una amiga...-dije y le iba a a preguntar lo mismo pero no me dejo terminar.
-Oh... bueno, espero vernos pronto Raven.-dijo en un tono diferente, triste.
-Si, claro.-dije.
-Nos vemos luego y... perdón por haber cortado así antes.-dijo.
-No te preocupes, solo no...-colgó. Otra vez.
Me preocupaba de cierta manera, solo esperaba a que estuviese bien.
Salí de mi habitación, baje las escaleras tomé un vaso de agua antes de irme y tomé las llaves cerrando la puerta detrás mío.Y empecé a caminar en dirección a una tienda de regalos que estaba en el centro.
El cielo estaba soleado y despejado. Todavía tenía una hora para llegar a su casa. Mientras caminaba las calles estaban con bastante gente como siempre, hacía tiempo que no caminaba yo sola y era por lo menos algo de ejercicio para mi y un despeje de pensamientos.
Al terminar de envolver el libro de misterio que había comprado, se veía bien con un forrado azul turquesa.
Salí de la tienda y pasé cerca de la cafetería Coffee Tree, donde ahora también trabaja Stephen y decidí pasar a verlo y por un café.
Entre y me senté en la barrita donde siempre cuando me ponía a platicar con Miles mientras trabajaba, solo que ahora estaba de vacaciones.
No veía a Stephen cerca. Se supone que debería estar aquí.
-Hola Rey, ¿lo de siempre?-me preguntó el amigo de Miles.
-Por favor.-dije esperando mi café frío.-Oye ¿dónde esta Stephen?
-Supongo que hablas del chico nuevo.-dijo y asentí.-Bueno creo que solo vino como dos veces y no a regresado. Está apunto de ser despedido, deberías decirle eso porque tampoco contesta.
Me sorprendió.-¿Dos veces?-Volví a preguntar.
-Así es.-reafirmó.
Me recargué en el respaldo confundida.
-¿Está bien?-preguntó entregándome el café.
-En realidad no sé.-dije mirando a otro sitio. Vi la hora en el reloj de la pared y me levanté porque ya tenía que irme con Jade.-Por favor denle dos días para venir, hablare con él.
-Haré lo que pueda.-dijo.
-Gracias.-dije y me fui.
Tal vez tenga sentido el porqué me a llamado con poco entusiasmo y el porqué me corta al final. Necesitaba saber que pasaba, pronto hablaría con él.
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𝑼𝒏 𝒓𝒆𝒄𝒆𝒍𝒐 𝒆𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂
Novela Juvenil𝑈𝑛𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛 𝑟𝑜𝑚𝑎𝑛𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑗𝑎𝑟á 𝑐𝑙𝑎𝑣𝑎𝑑𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎... 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟á𝑠 𝑡𝑜𝑑𝑜. 𝐶𝑒𝑟𝑟é 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑙𝑎𝑣𝑒 𝑦 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛é ℎ𝑎𝑐𝑖𝑎 𝑒𝑙 𝑎𝑢𝑡...