Capítulo 50: Final Parte Dos.

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Nathan

El día de hoy tenía trabajo pendiente en la universidad, exámenes y tareas. Esta profunda búsqueda así me ha mantenido y así seguiré hasta poder encontrarla.

Raven...¿Dónde estás?

Solo esperaba que ella estuviera bien.

Estaba a punto de entrar a una clase donde podría ver a Liam el cual también tiene tanto pendiente como yo.

No dude en que la escuela no era algo estresante para mi, sino el no poder irme y seguir buscando. Pero el detective básicamente nos apartó por lo que habíamos encontrado. Y a pesar de haber visto un cadaver en carne propia, no me sentía con algún trauma.

Raven me mantuvo muy preocupado y distraído esos días que ni me percataba de algunas cosas importantes.

Entrando al salón, estuve pensando en lo que hablamos visto y formulado, robo de identidad, la casa en frente a Raven, la ausencia de la cafetería. Apuntaba a un sospechoso acosador y que probablemente de algo huía, incluyendo la razón de que mató a alguien.

No pude poner atención durante media clase.

La idea de que Raven estuviera con un psicópata siempre me atormentaba. Y no quería pensar en que le hiciera daño.

Esperaba que no.

La clase ya iba a terminar.

-¡Nathan!-me grito Liam desde la puerta del salón.-Ven.-dijo señalando el celular.

Me levante y fui.

-Es el tío de Amelie.-dijo y me interese en escuchar. Lo puso en altavoz.

-Ya estamos aquí.-contestó Liam.

-Recibimos una llamada desde Alemania, Raven está aquí.

En ese momento mis ojos se agrandaron hasta estallar. También tenía una extraña emoción de llorar.

El timbre había sonado. Y corrimos por nuestras cosas.

-¿Hace cuánto?-pregunte mientras el salón se vaciaba.

-Tiene como media hora que lleg...-dejó de hablar.-¿Dónde esta?

Me había asustado y Liam y yo nos dimos una mirada extrañada.

Se sintió una presencia más en el salón...






Raven

Iba en la patrulla.

Aún llevaba algo de sangre sobre la cara y el vestido. Miraba la ventana y sentía que el policía joven a mi izquierda me veía con miedo.

Tal vez pensaba que yo era la asesina.

-¿Qui-quieres la manta?-dijo.

Negué con la cabeza.-No gracias.

-Okey.-dijo temeroso.

Físicamente parecía que estaba "bien" por el rostro aburrido que traía. Pero psicológicamente estaba traumada.

Aunque saber que ya verías a los que amas me hacía sentir aliviada.

Llegamos y me tuvieron en la oficina de un detective, que si no me equivocaba era tío de Amelie. Llevaba pocos minutos y parecía que apenas les habían hablado a mis padres para que vinieran.

Y yo me preguntaba cómo estaba Nathan.

-Todos estuvieron muy preocupados por ti.-dijo el detective.-En especial Nathan, que avanzó mucho en la investigación. Ayudó demasiado.

𝑼𝒏 𝒓𝒆𝒄𝒆𝒍𝒐 𝒆𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora