Nathan estaba parado ahí recargado en la pared mirando hacia mi.En cuanto me vio puso una mano en su frente como si se debilitara al verme. Sonreí.
-Estoy impresionado de verdad eh.
-Y yo.-Toque levemente su cabello.-Tu cabello está peinado.
Siempre parece que no se peina aunque no se ve mal.
-¿Estás diciendo que nunca me peino?-me preguntó.
-Si.-dije riéndome.-Pero siempre se ve genial y me gusta.
-Ah bueno, a todo el mundo le gusta...-dijo egocéntricamente.-...pero la primordial es mi bella damisela.-dijo mientras caminábamos a el auto.
Nos subimos y el empezó a conducir. De nuevo no sabía a dónde iríamos. A Nathan le gusta sorprender por lo que veo. En el camino, no dejábamos de darnos miradas y sonreír, fue lindo y divertido.
Hacía frío y ahora no me arrepiento de dejar el vestido por lo que uso ahora, estaba cómoda y me sentía linda.
Nathan usaba un suéter al igual que yo, un pantalón y zapatos. Se vea elegante y la vez no muy formal. Sabía de moda masculina y lo había notado desde el inicio.
Cuando llegamos era un edificio poco alto, pero cuando Nathan me hizo subir el elevador sentí que fueron como cincuenta pisos y cómo en la película de Willy Wonka por el diseño del ascensor.
Nathan tenía las manos en los bolsillos, pero mientras subíamos se recargó en una pared y tenía la cara un poco pálida.
-¿Estás bien?-pregunté poniendo mi mano en su hombro.
-Si, me marea un poco los ascensores con muchos pisos. Aunque solo sean trece pisos.-dijo enderezándose.
-Bueno, yo siento que son más de cincuenta.
Por fin sonó de que ya habíamos llegado a la terraza.
Salió y tomó aire.-Ahh listo.-me dio su brazo para que pusiera mi brazo en el de él.
Caminamos y parecía una clase de laberinto pequeño.
Después vi una mesa pequeña, era como una mesa estilo Japonesa, muy bonita, con unas cuantas velas y sus platillos. Había una ligera música que quedaba perfecta de fondo.
-Esto es muy bonito Nathan.-dije acercándome a la orilla del barandal recargándome y mirando a mis alrededores.
-Gracias, yo lo hice... y solo.-dijo.
-Pues quedó maravilloso, me encanta.-me acerqué a la mesa y me senté en un cojín.
Nathan hizo lo mismo y empezamos a cenar.
-¿Y tú también cocinaste?-pregunté.
-¿Estás dudando de mi habilidad de chef?-dijo fingiendo ofenderse.-Bueno en realidad me ayudó un poco Amelie.
-Bueno, me fascina. Completamente.-dije, disfrutando cada bocado.
Pasó mucho tiempo hablando de una variedad de temas y todo fluía bien por parte de los dos.
-Yo digo que en otra dimensión tú serías o serás la mejor en gimnasia.-dijo burlándose.
-Bien, yo digo que tú serías un tipo llamado Chad que le gusta ligar, ya sabes, el trillado.-dije pensando en su cara bonita.
-¿En serio Chad? ¿No podría ser otro nombre?
Negué con la cabeza.-Serás alguien básico.
-Creo que con esto te llevas la victoria.-dijo tomando de su vino.
-Tú quisiste jugar a los universos paralelos.-dije sonriendo recargándome en mi brazo sobre la mesa.
Entonces Nathan se quedó mirándome.
-No me veas.-dije.
-¿Por qué no?-dijo dejando el vino sobre la mesa.
-Nathan soy fea.-dije para saber que me decía.
-Oh.-se asombró.-Bueno, yo estoy embarazado.
Fruncí el ceño.-¿Qué?
-Pensé que estábamos diciendo cosas imposibles.-dijo.
Entonces sonreí.
Saco su teléfono.-¿Qué estás haciendo?-pregunté.
-Tomándote una foto no por supuesto.-dijo y era lo que parecía.-Ya tengo como cincuenta y tres.
Me quede quieta dejando que me tomara una foto.
-Okey.-dejó el teléfono.-Suficiente o me acabaré el almacenamiento.
Al extremo de la mesa había un libro color rojo con hojas negras. Al inicio creí que era decoración, pero después lo examiné más y por su pasta gruesa me interesó aunque no tuviera una portada ni título.
Tome el libro y lo acerqué a mi.-¿Es tuyo?
-No, creo que es de Amelie.-dijo.
Lo mire y empecé a hojear las páginas. Al pasarlas rápido vi que casi no había letras, más que páginas en blanco, pero en unas páginas alcancé a ver palabras en grande escritas de color blanco.
Pase lentamente y empecé a leer lo que decía...
Déjame...
Ser...
Parte...
De...
Tú...
Futuro...
Raven.
Deje de hojearlo y lo cerré, subí mi mirada a Nathan.
Me levante y caminé a otra parte.
Me sentí en un momento de shock. Nathan me hizo insinuarlo apenas... la cita... el libro... todo lo guiaba. Y yo iba a aceptarlo.
-Raven...-interrumpí a Nathan cuando me volteé.
Tomé su rostro con ambas manos y cerré los ojos.
...
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𝑼𝒏 𝒓𝒆𝒄𝒆𝒍𝒐 𝒆𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂
Teen Fiction𝑈𝑛𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛 𝑟𝑜𝑚𝑎𝑛𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑗𝑎𝑟á 𝑐𝑙𝑎𝑣𝑎𝑑𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎... 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟á𝑠 𝑡𝑜𝑑𝑜. 𝐶𝑒𝑟𝑟é 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑙𝑎𝑣𝑒 𝑦 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛é ℎ𝑎𝑐𝑖𝑎 𝑒𝑙 𝑎𝑢𝑡...