Capítulo 30: Ambos.

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Nathan estaba parado ahí recargado en la pared mirando hacia mi.

En cuanto me vio puso una mano en su frente como si se debilitara al verme. Sonreí.

-Estoy impresionado de verdad eh.

-Y yo.-Toque levemente su cabello.-Tu cabello está peinado.

Siempre parece que no se peina aunque no se ve mal.

-¿Estás diciendo que nunca me peino?-me preguntó.

-Si.-dije riéndome.-Pero siempre se ve genial y me gusta.

-Ah bueno, a todo el mundo le gusta...-dijo egocéntricamente.-...pero la primordial es mi bella damisela.-dijo mientras caminábamos a el auto.

Nos subimos y el empezó a conducir. De nuevo no sabía a dónde iríamos. A Nathan le gusta sorprender por lo que veo. En el camino, no dejábamos de darnos miradas y sonreír, fue lindo y divertido.

Hacía frío y ahora no me arrepiento de dejar el vestido por lo que uso ahora, estaba cómoda y me sentía linda.

Nathan usaba un suéter al igual que yo, un pantalón y zapatos. Se vea elegante y la vez no muy formal. Sabía de moda masculina y lo había notado desde el inicio.

Cuando llegamos era un edificio poco alto, pero cuando Nathan me hizo subir el elevador sentí que fueron como cincuenta pisos y cómo en la película de Willy Wonka por el diseño del ascensor.

Nathan tenía las manos en los bolsillos, pero mientras subíamos se recargó en una pared y tenía la cara un poco pálida.

-¿Estás bien?-pregunté poniendo mi mano en su hombro.

-Si, me marea un poco los ascensores con muchos pisos. Aunque solo sean trece pisos.-dijo enderezándose.

-Bueno, yo siento que son más de cincuenta.

Por fin sonó de que ya habíamos llegado a la terraza.

Salió y tomó aire.-Ahh listo.-me dio su brazo para que pusiera mi brazo en el de él.

Caminamos y parecía una clase de laberinto pequeño.

Después vi una mesa pequeña, era como una mesa estilo Japonesa, muy bonita, con unas cuantas velas y sus platillos. Había una ligera música que quedaba perfecta de fondo.

-Esto es muy bonito Nathan.-dije acercándome a la orilla del barandal recargándome y mirando a mis alrededores.

-Gracias, yo lo hice... y solo.-dijo.

-Pues quedó maravilloso, me encanta.-me acerqué a la mesa y me senté en un cojín.

Nathan hizo lo mismo y empezamos a cenar.

-¿Y tú también cocinaste?-pregunté. 

-¿Estás dudando de mi habilidad de chef?-dijo fingiendo ofenderse.-Bueno en realidad me ayudó un poco Amelie.

-Bueno, me fascina. Completamente.-dije, disfrutando cada bocado.

Pasó mucho tiempo hablando de una variedad de temas y todo fluía bien por parte de los dos.

-Yo digo que en otra dimensión tú serías o serás la mejor en gimnasia.-dijo burlándose.

-Bien, yo digo que tú serías un tipo llamado Chad que le gusta ligar, ya sabes, el trillado.-dije pensando en su cara bonita.

-¿En serio Chad? ¿No podría ser otro nombre?

Negué con la cabeza.-Serás alguien básico.

-Creo que con esto te llevas la victoria.-dijo tomando de su vino.

-Tú quisiste jugar a los universos paralelos.-dije sonriendo recargándome en mi brazo sobre la mesa.

Entonces Nathan se quedó mirándome.

-No me veas.-dije.

-¿Por qué no?-dijo dejando el vino sobre la mesa.

-Nathan soy fea.-dije para saber que me decía.

-Oh.-se asombró.-Bueno, yo estoy embarazado.

Fruncí el ceño.-¿Qué?

-Pensé que estábamos diciendo cosas imposibles.-dijo.

Entonces sonreí.

Saco su teléfono.-¿Qué estás haciendo?-pregunté.

-Tomándote una foto no por supuesto.-dijo y era lo que parecía.-Ya tengo como cincuenta y tres.

Me quede quieta dejando que me tomara una foto.

-Okey.-dejó el teléfono.-Suficiente o me acabaré el almacenamiento.

Al extremo de la mesa había un libro color rojo con hojas negras. Al inicio creí que era decoración, pero después lo examiné más y por su pasta gruesa me interesó aunque no tuviera una portada ni título.

Tome el libro y lo acerqué a mi.-¿Es tuyo?

-No, creo que es de Amelie.-dijo.

Lo mire y empecé a hojear las páginas. Al pasarlas rápido vi que casi no había letras, más que páginas en blanco, pero en unas páginas alcancé a ver palabras en grande escritas de color blanco.

Pase lentamente y empecé a leer lo que decía...

Déjame...

Ser...

Parte...

De...

Tú...

Futuro...

Raven.

Deje de hojearlo y lo cerré, subí mi mirada a Nathan.

Me levante y caminé a otra parte.

Me sentí en un momento de shock. Nathan me hizo insinuarlo apenas... la cita... el libro... todo lo guiaba. Y yo iba a aceptarlo.

-Raven...-interrumpí a Nathan cuando me volteé.

Tomé su rostro con ambas manos y cerré los ojos.

...

𝑼𝒏 𝒓𝒆𝒄𝒆𝒍𝒐 𝒆𝒏𝒊𝒈𝒎𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora