Capítulo 4: (Parte III).

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Victoria:

*Camino a casa*

—Gracias por acompañarme, Allyson, de verdad. Ya que mis padres casi no están en casa, te puedes quedar a dormir si quieres, hablaremos, veremos películas y haremos cosas de chicas —esperaba que dijera que sí, porque no quería pasar la noche de mi cumpleaños sola.

—¡Claro! ¿Por qué no? Sería un placer.

—Ok.

    Al abrir la puerta de mi casa, todo estaba oscuro, pensé que había apagado las luces antes de ir a la universidad, pero no fué así.

     Encendí las luces y todo se volvió oscuro otra vez. Cuando me dí cuenta, estaba tirada en el suelo, todos me preguntaban cosas, escuchaba a mi madre a los lejos llamando a emergencias con lágrimas corriendo por sus mejillas. Parece que me desmayé, en mi cumpleaños.

      Ay, no...

     Pensé que no iba a empeorar, pero, de repente comencé a temblar, a convulsionar y a sudar, desde ese momento no escuché ni vi más nada.

     Lo único que recuerdo es que medio vi a todos saltando y gritando 'sopresa'.

Allyson:

     ¡No puede ser! Apenas hoy planeamos hacer una pijamada para hablar y hacer cosas de chicas, ¡cosas de amigas! Y se desmaya en su propio cumpleaños. Acabo de hacer una amiga, ¡y la estoy perdiendo en éste momento!

     ¿Por qué a mí, Dios?

     Está pálida completamente, su madre está llamando a emergencias, su padre trata de hacerla volver, pero aún no logra nada. Su tío le tomó el pulso, no escuché muy bien lo que dijo, creo que latía muy rápido.

     En éste momento no tengo tiempo para pensar ni decir nada... 

     Sólo parezco una estatua, y no sólo yo; también nuestros compañeros de clases.

     La ambulancia llegó y se la llevaron, les prohibieron a sus padres ir con ella, así que nos fuimos en el carro. Los tíos se quedaron en casa con los demás...

*En el hospital*

     Las enfermeras llevaron a Victoria directamente a la habitación, le tomaron el pulso y otras cosas más ahí que no pude ver ni oír, sólo veía a Vicky, a través de la ventana, ella tenía sus ojos entreabiertos.

Mamá de Victoria:

—Emilio, ¿Tú crees que soy mala madre? ¿Una madre irresponsable? —le pregunté a mi esposo con lágrimas y voz entrecortada.

—No, Vale. ¡No digas eso! Eres la mejor madre que he conocido, la mejor esposa también. Juntos hemos criado a una mujer valiente, fuerte y luchadora. Tranquila, todo estará bien —dijo Emilio y me dió un beso en la frente.

—Gracias, pero aún me siento mal, si núnca le hicimos fiestas sorpresa en su cumpleaños, ¿Por qué se lo tuve que celebrar ahora? Es que siento que por alguna razón núnca lo hicimos.

—Bueno, si me hubieses dicho antes, hubiese impedido que hicieras ésto. Nunca le hicimos fiestas sorpresa a Victoria porque tiene problemas del corazón y, no podía asustarse.

     ¿¡CÓMO!?

—¿Tú me lo dijiste antes? --pregunté.

—Pues... No. Tú te sentías mal en ese tiempo y no quería preocuparte.

—¡Eso no compensa nada! ¡Me mentiste! ¡Ahora nuestra hija está casi muerta! Y todo por nuestra culpa —respondí.

—Tranquila, cariño. Todo va a estar bien... Ahora es cuando Victoria necesita más de nosotros.

—Es verdad, señora Valeria. Ahora es cuando Vicky necesita más de ustedes —intervino su amiga Allyson con lágrimas.

—No sólo necesita de nosotros dos, Allyson. También necesita de tí. Eres su amiga, la amiga más fiel que ha tenido —respondí.

—Es cierto, Allyson. Aunque, necesitas descansar. ¿Te llevo a casa? —preguntó Emilio.

—No lo sé...

—Ve, hija. Yo me quedo acá con Victoria.

—Bueno, está bien.

Victoria:

  Bueno, aquí estoy; casi muerta, completa desgracia.

     Sólo veo las luces a lo lejos, las enfermeras llamando a gritos al doctor, me siento mal, sudo como loca. Mis padres se consuelan entre sí, Allyson está con ellos y llora. Espero no morir...

*4 días después*

     Pasé cuatro días en ese hospital, en esa fría habitación, rodeada de cuatro paredes color blanco, no podía tener muchas visitas. Me sentía terriblemente mal, pero era mejor que los maltratos de Zoey.

     Es hora de volver a casa. Yo sabía que algo iba a pasar en mi cumpleaños, pero no sabía que era tan malo.

*En el auto*

Papá de Victoria:

     Increíble, quisimos darle una fiesta sorpresa a nuestra hija, bueno, Valeria quiso, porque yo no sabía nada.

     Debí haberle comentado a mi esposa lo de su corazón mucho antes, para que ésto no pasara. ¡Casi termino matándola! Todo es culpa mía... Voy a hablarle.

—¿Cómo te sientes, Vic?

—Bien, bien... —no me convenció mucho.

—¿Segura? —volví a preguntar.

—Ehm, sí... —luego de eso dijo algo entre dientes.

—¿Qué dijiste, linda? —pregunté otra vez.

—No, nada, nada. Te dije que estoy bien. Me siento bien, sólo que estoy pensando en cómo voy a recuperar las evaluaciones que perdí éstos cuatro días  —dijo, pero yo tenía todo bajo control.

—Tranquila, hija. Yo me encargué de todo — entonces sentí como mi esposa volteó su mirada hacia mí.

     Menos mal que las miradas no matan.

—¿Ah, sii? A ver, ¿De qué forma te encargaste de todo, que no me dijiste? —preguntó en tono irónico. Vi cómo Victoria prestó atención a nuestra conversación.

—A ver, Valeria. Yo pedí un reposo para Vicky, llamé a la universidad, hablé con los directores y profesores; los cuales me dijeron que no había problema, que Victoria permaneciera en casa hasta que se sienta de maravilla y, cuando ella se incorpore, ellos se encargarán de repetirle todas las evaluaciones, con la misma ponderación. 

     »También le mandaron saludos y que se mejore pronto, que es muy buena alumna, que la quieren mucho y eso. Pero nada que me decían que iban a hacerme una rebaja de la mensualidad.

      Me dí cuenta que Victoria sacó una carcajada.

—Mmm, ok. Eres un gran esposo y el mejor padre —dijo, Valeria.

—Lo sé, lo sé —sonreí y seguí manejando.

—¿En serio hiciste eso, papá? Vaya, ¡Gracias! Ahora podré tomarme toda la semana libre para terminar de estudiar — Vi cómo la preocupación se iba desvaneciendo del rostro de Victoria.

—De nada, cielo. Todo para que mi princesa se sienta mejor --respondí.

Victoria:

     ¡Vaya!, tengo al mejor padre del mundo, me iba a encargar de decirle a Allyson que me hiciera ese favor, pero ya no tengo por qué molestarla, mi padre lo hizo.

     Ahora me tomaré la semana libre para 'relajarme' y 'olvidarme' de todo lo que me han hecho Zoey y sus amigos. Pero sé que eso es imposible...

     Sigue soñando, Victoria, sigue soñando.

Víctimas ✅ [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora