Capítulo 7: Señorita.

52 7 0
                                    

Shawn:

     Acabo de hablar con Victoria, una chica muy hermosa, aunque con muchos problemas.

     Trato de animarla, ya que nadie lo hace. Quiero ser su amigo, ya que nadie quiere y, trataré de no decepcionarla nunca. Su personalidad no es muy buena; ella no se siente bien consigo misma, lo cual es pésimo.

     Estamos esperando los muffins y los refrescos. 

     Ella sólo mira su celular y yo la miro a ella; su cabello lacio y castaño, sus ojos café, su nariz perfilada, toda ella.

    ¡Es perfecta!

     No puedo creer que alguien así de hermosa pueda ser tan vulnerable, tan maltratada y pueda sentirse tan mal con ella misma. Sería una buena amiga para mí, o quién sabe si sea mi novia en lugar de mi amiga... ¿Pero qué estoy pensando? ¡La acabo de conocer, por Dios!

Victoria:

     Estaba con Shawn en la cafetería; estaba desesperada por que me dieran mi muffin y el estúpido refresco. Sólo miraba mi teléfono.

     Luego volteé hacia mi derecha y vi a Allyson con Christopher, estaban riendo mucho.

     Si tan solo pudiera decirle a Allyson lo que presiento sobre ese chico, que se nota que solo quiere jugar con ella... Creo que debo irme de aquí.

—Oye, Shawn. ¿Qué te parece si en lugar de comer aquí, comemos dónde estábamos hace rato? Es que me siento incómoda —dije.

     Espero salir corriendo de éste feo lugar.

—Ok, señorita. No hay problema, donde usted guste —respondió.

—Deja de decirme señorita. Además, ¿por qué me dices señorita? —pregunté.

—Bueno, es que he visto que en algunas películas les dicen 'Señorita' a las chicas hermosas y respetables... También a las princesas. Y tú eres una de esas chicas —respondió él.

—¿En serio? ¿Yo soy hermosa? ¿Soy respetable? ¿Soy... Una 'princesa'? No creo, soy fea, vulnerable y, soy una miserable. ¡Mírame! Se aprovechan de mí —dije.

—¡Alto ahí, señorita! Me retracto, usted no es hermosa... —dejó un suspenso.

     No sé por qué me sentí un poco mal.

—Tienes razón, Shawn. Soy horrible.

—¡No! ¡Usted es preciosa! La mujer más hermosa que existe en el mundo —en ese momento sentí como si el corazón se me iba a salir por la boca.

     Eran muchas cosas raras que no sabría explicar.

Shawn:

      Noté cómo su rostro cambió; se sonrojó. ¡Que cuchitura!

—¡Vaya!... Gracias. Es muy lindo de tu parte, pero, no tienes que preocuparte por mí. Si quieres irte, vete, lo entenderé. No hay problema —dijo.

—No, no y no. No me iré hasta cumplir mi misión, señorita.

—¿Ah, sí? A ver dime, ¿cuál es tu misión? —preguntó.

—Hacer que la señorita Ross supere sus problemas, sea feliz y que se convierta en la mujer perfecta —en realidad, espero que así sea.

—Mmm... ¿La mujer perfecta para el mundo... O para tí? —eso me dejó pensando un rato.

—B-bueno pues, para el mundo y para tí misma. ¿Q-qué es, vale? —me hizo tartamudear... ¡Qué astuta!

—Ah, ok. Pendiente pues. Bueno, tenemos que irnos, ya tenemos todo listo. Vamos a las gradas —respondió. Ella llevaba los muffins y su refresco.

—Permítame ayudarla, señorita —le dije mientras agarraba las cosas.

—Eres muy caballeroso, Shawn. Pero yo puedo, gracias.

     Es difícil la mujer, no la dejaré.

—No, no y no. Nada de eso, señorita. Deme eso.

—¡Oye, pero al menos dame mi refresco! —¡Ups!

—Tome, ya no pida más nada...

—Ok.

     Íbamos caminando sólo ella y yo. Tal vez seamos la pareja perfecta.

     ¿¡Qué es lo que me pasa!? ¿Me estoy enamorando? No puedo y no debo. Al menos no de ella.

     Le pedí una foto; su respuesta fue:

—No.

—¿Por qué, señorita?

—Es que estoy fea y aun tengo marcas de lágrimas en mi rostro, tengo los ojos rojos y por último llevo un suéter. ¡A nadie le gusta los suéteres!

—Primero: no estás fea.
     Segundo: no tienes marcas de lágrimas en tu rostro.
     Tercero: amo los suéteres y digo que te ves hermosa así.

—Bueno... Está bien. Sólo no la subas a ningún lado.

—Como usted diga, señorita. ¡Ah! Suéltese el cabello, por favor —dije, todo un caballero.

—¿Qué? ¿Para qué? —preguntó.

—Para que salgas más hermosa en la foto.

—No.

—¡Por favor!

     Me hace suplicar, nunca nadie lo ha hecho.

—Arrodíllate, mejor... -dijo ella.

     Se notó el sarcasmo, pero obedecí. Me arrodillé.

—Señorita Ross. ¿Me concedería el honor de soltarse el cabello para tomarse una simple foto con éste, su humilde servidor?

—Shawn... ¡Te ves ridículo! Era sarcasmo. ¿Qué no entiendes nada? ¡Levántate!

—No hasta que escuche un sí.

—¡No puede ser!... Está bien, sí. Pero ya no me pidas más nada.

—Ok.

      Al final nos tomamos la foto, ella salió hermosa, bueno... No salió hermosa. Salió perfectamente preciosa. Con su sonrisa, el sol pegaba en su cara y sus ojos se veían más hermosos.

     ¡Es perfecta!

Christopher:

*En el comedor*

     No sé, pero me gusta jugar con las mujeres, sólo son un objeto. Y Allyson es el objeto menos valioso, así que sólo la haré sentirse importante hasta obtener lo que quiero.

     Tengo que dejar que pasen unos días, después de todo, la nieta del director la dejó en mis manos...

Víctimas ✅ [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora